Un indio con traducción al español
Hay que ser prácticos en la materia ya que
tratar de aprenderse los nombres que le ponen a los platos indios es una larga
tarea. Está bien saber del “naam” o de las samosas, pero obligar a conocer la
carta en su idioma es sencillamente una tarea de largo aliento.
En el Rishtedar lo saben y por ello tienen un
servicio que explica todo en español. Vik Ram Thadani es el propietario y lo
acompañan en esta aventura dos cocineros que poco o nada saben de español: Ram
Sinhg y Atul Negi. Se especializan en la cocina de la costa de la india y los resultados
son bastante buenos para los amantes de los picantes curries. Claro está que en
este sur del mundo, lo ofrecen en una escala del uno al cuatro. ¡Menos mal!, ya
que aguantar el picor de sus preparaciones es toda una proeza.
Como no quería ahogarme con los picores, partí
por lo básico. Ricas Samosas (empanaditas con comino rellenas de papas y
verduras y acompañadas de una salsa de cilantro y menta, $ 3.400 las cuatro
unidades) de rico sabor y consistencia. A su lado, siete champiñones con salsa
blanca y castañas de cajú y cardamomo (4.200). Entre lassi (la bebida
tradicional india preparada con yogurt o vino chileno, opté por la segunda
opción, un Tierra Noble sauvignon blanc de todo mi gusto.
Gigantes los naam, ese pan indio que ayuda a
empujar: dos diferentes en la mesa y había que hacerles un hueco, de ajo y de
cilantro, grandes muestras de la gastronomía del Rishtedar. De fondo, y para
placer, tres preparaciones entregadas el lindas ollitas enchapadas en cobre:
pollo, camarones y lentejas rojas. Estas últimas (4.300), con especias indias y
crema al curry, un poema. El pollo (6,300) macerado en salsas indias y los
camarones (6.900) con salsas indias y coco, fueron acompañados de un buen y
graneado arroz basmati (2.400).
Plátano frito con helados artesanales de
almendra y pistachos (3.600), además de unas maravillosas bolitas de almidón de
leche maceradas en agua de rosas (3.200) para un dulce y agradable final.
El lugar es cómodo y relativamente económico.
Lo adornan figuras de la india y si bien no tiene la majestuosidad de otros
restaurantes que ofrecen esta especialidad en Santiago, tiene un público fiel
que lo sigue. Una calle tranquila a pasos de Providencia le ayuda a mantener su
ambiente y sus platos son sabrosos y suculentos. A una tremenda oferta de
platos le suman un delivery con valores bastante atrayentes. Ideal para un
almuerzo o una cena diferente. Personalmente creo que si bien la comida y el
lugar están OK, si lograran tener a su personal de sala vestidos a la usanza
india, el lugar no pasaría desapercibido para nadie. Es difícil, pero no
imposible.
En resumen: una picada india de las buenas
(Juantonio Eymin)
Rishtedar: Av. Holanda 160, Providencia, Fono 231 3257