Un nuevo referente en Santiago Centro
Es que el centro de
la capital tiene horario. 12 horas de ocho a ocho, donde los negocios son parte
de una agitada vida y luego, las horas nocturnas, donde se otro target (por así
decirlo) se toma el centro. Quijote apunta a las horas del día, y con un éxito
mayor al esperado.
Me enteré por su
chef: Sebastian Gamboni, ex sous chef de Giancarlo Mazarelli en Puerto Fuy y
luego chef del Zinnia. Hace un tiempo lo llamaron para enfrentar un desafío
nada de menor: atender al menos a 300 comensales a la hora de almuerzo con un
buen producto, buenas y variadas recetas y sin que la cocina quede corta. Menudo
desafío que está superado gracias a Gamboni y a un eficiente equipo de
cocineros que preparan diariamente una gigantesca mise en place para no
defraudar a sus clientes.
Allí llegué junto a
un amigo la semana pasada. Aun sin patente de alcoholes, el local estaba repleto.
Un primer piso acogedor, con reminiscencias francesas y un gran subterráneo muy
iluminado, con techo de cristal y un par de comedores privados.
Al compás de una Agua
Tónica, comenzaron a llegar los platos: un Piqueo de entrañas (8.800) para
comenzar. Justo para dos personas, con una entraña blanda y jugosa, acompañada
de tomates asados y vegetales grillados. Luego, Ajíes y pimentones rellenos
(4.990), de gran sabor y poco picor. Mientras
degustábamos los platos, revisábamos al respetable público asistente. Mucha
corbata y moda. Definitivamente es más que menú ejecutivo. Es un restaurante
hecho y derecho con opciones para el desayuno; carne, pescados y pastas para el
almuerzo (donde el Cancato –merluza y longaniza- es el plato estrella, $6.650)
y sándwiches para la hora del té. Además, las famosas sugerencias del chef, de
la cual probamos un Boeuf Bourgignon con risotto al vino tinto (7.350), con un
arroz algo ácido causado por los taninos del vino; y una Plateada tradicional
con puré sureño (7.500) de una blandura y sabor perfecto.
Grandes y suculentos
platos no dejaron espacio para los postres, que a un promedio de $ 3.000
cautivan de preferencia a las féminas. De ellos, una tremenda porción de torta
Quijote, de hojarasca, con vainilla, manjar y suspiro limeño, cubierta con
merengue italiano y chocolate. ¿Será vicio?
Así es Quijote. En su
próxima visita al centro de Santiago, que cada vez se torna más amistoso y atractivo,
entre por la remodelada calle Nueva York y se encontrará con esta novedad. Un
buen equipo de mozos lo atenderá de la mejor forma, y si se encuentra con Don
Quijote invitándolo a entrar al local, tómelo con toda la gracia del mundo, ya
que acá, aparte de tratarlo bien y sin ser un comedor de siete estrellas,
quedará feliz y con ganas de regresar a degustar de una carta que nunca cansa.
(Juantonio Eymin)
Quijote: Nueva York 52, Santiago
Centro, fono 9322 4859