martes, 12 de marzo de 2019

LOBBY MAG


LOBBY MAG

Año XXXI, 14 al 20 de marzo, 2019
MIS APUNTES: Bidasoa, el secreto mejor guardado de la capital
LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR: Le Bistrot: Precio y calidad asegurada
 

MIS APUNTES


 
 
 
BIDASOA
El secreto mejor guardado de la capital

Si uno llega con los ojos cerrados a este restaurante -enclavado en el primer piso del hotel del mismo nombre-, y los abre una vez que esté cómodamente sentado, sentirá que lo transportaron a un lejano país. ¿Está en París, Roma, La Habana, El Cairo o Estambul? No. Lo entretenido es que está en pleno Santiago, en un ambiente de ensueño, donde todo, absolutamente todo, está pensado en el cliente.

La socialité chilena se hizo cargo de evaluarlo y mantenerlo como uno de los secretos mejores guardados de la capital. Un oasis que sus egoístas y silenciosos fanáticos no quieren exponer masivamente y por ello nadie corre la voz.

Uno de los magnetismos del restaurante, más allá de su carta, está en los personajes de la familia que lo maneja. Una tradición familiar que empezó hace 78 años con el restaurante Pinpilinpausha –del que también son propietarios-, y que hoy sigue corriendo por las venas de esta familia, que abrió hace unos meses este nuevo complejo, con 87 habitaciones de alto estándar y servicio.


Todo lo que tiene Bidasoa es familiar. Los platos de la carta -donde hay una generosa y gustosa parte dedicada a comida vegana, sin gluten y baja en carbohidratos-, así como la oferta de vinos que incluye un apartado sin sulfitos, son un concreto y fiel reflejo de una necesidad que parte de ellos mismos por mantenerse sanos en medio de una rutina de trabajo que no conoce de horarios. Manifiesto que también se traduce en la música que suena de fondo, en la decoración de cada rincón, en el ambiente. Nada está ahí al azar.

Ese mismo azar que me llevó a conocerlo un caluroso atardecer veraniego. Su terraza, rodeada de verdes jardines, cuenta con una acogedora decoración protagonizada por mesas de madera, sillas de mimbre estilo Gatti –las mismas que uno encuentra en los cafés parisinos–, cojines e individuales con estampados botánicos y jazz como música de fondo, se convirtió en el escenario perfecto para una increíble velada, ya que es imposible salir decepcionado de este lugar.

Sin ser vegetariano ni nada que se le parezca, mi primera aproximación a esa gastronomía fue una increíble Pizza de cáñamo ($ 9.900), elaborada con masa de harina de semilla de cáñamo, linaza, almendras y zuchinni con tapenade de tomate deshidratado, brócoli, corazones de alcachofa, aceitunas y queso de levadura, que haría volarle la cabeza a cualquier vegano que la pruebe. Acompañada con una buena copa de sauvignon blanc, destruyó mis prejuicios sobre la dieta vegana y sus eternos discursos acerca de los beneficios que acarrea esta forma de vivir.

Una carta donde conviven platos para todos los gustos. Desde una destacada Tortilla española ($ 5.500) con papas y cebollas confitadas, hasta los famosos Camarones al pilpil ($ 8.900), en su receta española, y arroces veganos como un maravilloso Risotto de arroz de coliflor con setas trufadas y queso de castañas de cajú ($ 9.900), una genialidad altamente adictiva.

Pescados, mariscos y carnes por doquier. A punto, con guarniciones entretenidas y golosas, como una Merluza austral ($ 12.900), con salsa verde de camarones y habas sobre papas mortero, o una genial Chaufa de camarones ($ 10.900), con arroz salteado y verduras, al más puro estilo chifa.

En fin, para enamorarse. Para regresar una y otra vez con el fin de revisar la carta completa o volver por preparaciones únicas, lúdicas y tremendamente armoniosas. Realmente es un secreto y se los comparto ya que estoy seguro que este lugar les encantará. Aprovechar las tibias tardes de marzo es una buena idea para ocupar la terraza, pero si la temperatura no acompaña, el acogedor comedor es otra sorpresa de diseño y calidad. Si o si debe reservar mesa, ya que el lugar se repleta con sus actuales fans y sus huéspedes. No pierda la oportunidad de conocerlo. Será amor a primera vista. (JAE)

Hotel y Restaurante Bidasoa: Avda. Vitacura 4873 / 22242 1525

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR


 
LE BISTROT

Catalogado como uno de los mejores restaurantes en relación precio / calidad de la capital, destacamos la consistencia de una carta llena de guiños gastronómicos.

Como todos sabemos, comer en Santiago no es barato. Sin embargo, en Le Bistrot se han empeñado -desde sus inicios-, en ofrecer una carta de platos –y otra de vinos y cócteles- cuyos valores están bastante más debajo que su competencia directa y del barrio en general.

Antiguamente usado para denominar las tabernas o boliches de comida preparada, los “bistrots” representan pequeños establecimientos populares de Francia que, a lo largo del siglo XX se fueron convirtiendo en puntos de referencia del modo de vida culinario parisino y de las grandes ciudades galas. La cultura del bistró es parte de la vida cotidiana de los franceses desde hace un siglo y hoy el fenómeno de la “Bistromanía” responde a exigencias menores en términos de servicio, pero manteniendo la calidad y la identidad gastronómica esperada por el cliente.

Inicialmente llamado “El Bistrot de Gaetan”, con el tiempo fue perdiendo su apellido y se convirtió en el favorito de muchos fanáticos de esta cocina honesta y hasta cierto punto económica. Con el paso de los años –y a pesar de que está rodeado de buenos restaurantes- consiguió fama de bueno, barato y con una destacada carta de vinos que sus clientes agradecen, compartiendo junto al Baco –uno de sus vecinos más conocidos- la fama en lo que todos conocen como la Plaza del Sol, puerta de entrada para ambos restaurantes.

Con un salón interior y una privilegiada terraza (abierta en verano y cerrada con calefacción en invierno), Le Bistrot da la bienvenida a sus clientes, muchos de los cuales ya saben que la mejor forma de encontrar una mesa disponible es reservando con anterioridad. Abundan las mesas pequeñas dejando poco espacio para el movimiento de la brigada de Sala, pero no es inconveniente para una rápida atención. Pan, paté de la casa y una botella de agua para leer una carta que ofrece una gran variedad de platos con reminiscencias europeas.

Un bistró con vinos del mes, por copas o botellas de medio o 3/4 de litro, donde suman ejemplares de vitivinicultores nuevos que buscan un espacio para sus vinos. Buenos espumosos franceses, argentinos y chilenos, y una batería de platos que parte con un excelente Paté de campo casero (4.400), o un deslumbrante queso Camembert apanado (4.900), acompañado con láminas de manzana y nueces, o un gran carpaccio de salmón ahumado (6.100) con alcaparras, rúcula y parmesano. La infaltable sopa de cebollas gratinada (4.100) es una de sus grandes especialidades.

Moules et frites (choritos al vino blanco y crema -con papas fritas-), para compartir por su cantidad, a sólo $ 6.700 y un confit de pato por $9.100. Aparte de omelettes y panqueques (entre 3.600 y 4.900). El día de mí visita compartí una Trucha a la mantequilla al limón con almendras tostadas (6.600), que con gran profesionalismo abrió la moza en la mesa para retirar las espinas. ¿Quién hace servicio a la mesa en estos días?

Una Crêpe Suzette flambeada (3.800) como feliz final para salir con una sonrisa de oreja a oreja. Buen inicio y buen final. Reserve mesa al menos el día anterior. Sus fanáticos clientes lo repletan todos los días. ¡Infalible! (JAE)

Le Bistrot: Plaza del Sol, Santa Magdalena 80, Providencia / 22232 1054