martes, 2 de julio de 2019

LOBBY MAG


 
 
LOBBY MAG
Año XXXI, 10 al 16 de julio, 2019
LA LISTA DE LA SEMANA: Cinco datos para la semana
MIS APUNTES: Puerto Claro (Valparaíso)
LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR: Danubio Azul
 

LA LISTA DE LA SEMANA


CINCO DATOS PARA LA SEMANA
SOTTOVOCE: Fino y sabroso
No solo los viudos del Da Carla lo adoptaron como propio, ya que se ha convertido con el tiempo en uno de los restaurantes más exclusivos de Santiago. Con todo el know-how de los socios argentinos que llevaron a la cima esta marca en Buenos Aires, sumado a capitales nacionales, vivir la experiencia de almorzar o cenar en este comedor, es inconmensurable. (https://sottovoce-chile.business.site)

 
HOTEL CIRILO ARMSTRONG: Para una segunda luna de miel
Si viaja a cenar algún día a la ciudad puerto, aproveche de conocer este pequeño hotel boutique construido en pleno cerro Alegre y a pasos de toda la movida gastronómica porteña. Lindos lofts –con estufas a leña en su interior- y algunos con hot tube en sus terrazas, además de un agradable y personalizado servicio, lo convierte en otro de los “must” en los cerros de Valparaíso. (www.ciriloarmstrong.com/es-es)

 

 
 
 
NOLITA ISIDORA: Un clásico de los buenos
NoLiTa, abreviación de "North of little Italy", un barrio de Nueva York, fue la inspiración de los hermanos Carlos y Pancho Toro durante su permanencia en USA. para crear una referencia gastronómica en Santiago. La perfecta fusión de comida ítalo-americana hizo de esta apuesta gastronómica un ejemplo del emprendimiento gastronómico chileno, manteniendo por años su calidad y refinamiento. (www.nolita.cl)

 
TRAFALGAR: Happy hour con piano bar
¡Vaya que tiene historias el Crowne Plaza capitalino!, pero como a pocos les interesa el tiempo pasado, ya que la vida es vertiginosa, nos quedaremos en el Bar Trafalgar, un renovado y cómodo espacio que se está transformando en uno de los epicentros más concurridos –y tranquilos- en un Santiago Centro que cada día se pone más interesante. Entretenido a la hora del happy hour, con pianista y cantante, incluye un buffet con especialidades y una amplia variedad de cócteles. En la semana hay que reservar, ya que se repleta. (www.ihg.com)

 

99 RESTAURANTE: Un invitado de lujo
Este 12 de julio, la cocina del 99 tendrá a uno de los más influyentes y afamados cocineros brasileños en una cena para sorprenderse, con platos emocionantes, variados, festivos y deliciosos, ya que Rodrigo Oliveira viene a Chile para ser parte de una gran cena, el día 12 de julio, junto al chef Kurt Schmidt, fundador del premiado 99. El Mocotó, número 45 en los 50 Best de Latinoamérica, ofrece una cocina casual, donde ingredientes básicos de Brasil como el maíz, los frijoles, los vegetales, el cerdo, la yuca, entre otros, confabulan para dar vida a la experiencia brasileña más auténtica del momento. Reservas solo en www.99restaurante.com

 

 

MIS APUNTES


 
PUERTO CLARO
Este restaurante está en los cerros de Valparaíso, pero podría estar en cualquier lugar de Chile y brillaría tanto como lo hace en el puerto. Incluso en Santiago.
No es la primera vez que llego un mediodía cualquiera a almorzar al Puerto Claro. Ubicado en el cerro Concepción y emplazado en una antigua casona refaccionada, sus comedores son capaces de recibir a medio centenar de clientes, aparte de su cava subterránea, terraza y dos lofts de exquisita decoración.

La idea: los detalles hacen la diferencia. Eso, que pareciera ser simple, es uno de los grandes problemas de la gastronomía.  De partida, un equipo de sala eficiente y amistoso, donde priman las sonrisas y conocen tanto la carta de vinos como la que entrega la cocina. Luego, precios que dejan la sensación de bastante económicos –en comparación con otros restaurantes- donde, por ejemplo, una botella de sauvignon blanc Amaral cuesta $ 12.700 y/o un carmenere Tabali, a $ 15.100… un lugar donde si uno bebe una copa de burbujas como aperitivo, la sirven en copa tallada de cristal, o satisfacen al cliente con una amplia barra de licores. En esos momentos, en el inicio del almuerzo o la cena, el cliente ya se siente querido, protegido y agradado.

No hay manteles, las cubiertas marmoleadas de las mesas no necesitan ser tapadas por una tela. El lugar provoca pensar en su historia. Muros de adobe y madera se unen al acero inoxidable y a las maderas nobles, para armar un conjunto armónico. Láminas de pan de masa madre, dan inicio a un almuerzo – degustación que supera con creces lo imaginado al leer la carta.

El alquimista –o chef- es Antonio Moreno, que, tras larga trayectoria en Perú, España, Francia y cinco años en el hotel Casa Higueras, convenció a los propietarios del Puerto Claro y lo convirtieron en socio del lugar. Un socio que le ha dado la tranquilidad para manejar una carta en base a sus conocimientos y siempre en búsqueda de la excelencia gastronómica.

De su carta –seis entrantes y seis principales-, destacan las Chochas (8.600) con salsa verde y cochayuyo, uno de los entrantes más atractivos del lugar. Las chochas, moluscos cuyo sabor es una mezcla entre lengua de almeja y locos, adquiere notoriedad mezclada con cochayuyo y se convierte en un imperdible. Sabroso y equilibrado también es el Crudo de filete (7.800) cortado a mano, con mayonesa de limón, yema curada, pepinos encurtidos y mostaza, que se presenta envuelto en masa de hojaldre y mix de verdes.  

Los fondos, excepcionales. De partida un gran filete de Corvina en salsa de mantequilla y limón (14.000), una explosión de sabor y texturas inolvidables. Tanto como una Paella con pulpo de Juan Fernández y mayonesa de curry (13.500), una receta para regresar, y, por último, unos Spaghetti a la Carbonara (10.500), donde una verdadera espuma de queso parmesano, huevos y panceta, le entrega un sabor similar a las mejores Carbonaras que he comido en esta vida.

De postre, Chocolate con frutos rojos; Bizcocho con cítricos y crema ácida, y Colegial miel y limón ($3.200), acompañados de un recio vino fortificado de la viña Calyptra. Definitivamente acá hay sabores que la gente no encuentra en otros lados. Y eso se agradece.

Puerto Claro merece una pronta visita. No sería raro que se enamorara de su propuesta. (JAE)

Puerto Claro: Papudo 612, Cerro Concepción / Valparaíso / 22792 8196

 

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR



DANUBIO AZUL
Más allá de su cocina china-norteamericana, elogiamos la capacidad de mantenerse vigente y actualizado a lo largo del tiempo.
 
Sintonía fina: con 63 años de historia, que se inició cuando Matías Chia llega a Chile procedente de Lima y conoce al dueño de un restaurante austriaco que por razones económicas vendía su local. Chia (que luego se transformó por obra y gracia de funcionarios chilenos en Chiamil) compró el lugar para vender comida china, dejando el nombre original del negocio, Danubio Azul.

En la actualidad, el Danubio Azul se ha convertido en la punta de lanza de la cocina china-norteamericana. El lugar, un gigante que se emplaza detrás de la Municipalidad de Las Condes y a metros del hotel Ritz Carlton, está manejado por uno de los nietos del inmigrante, quien lo mantiene en la cima de una de las especialidades que más gusta a los chilenos, como es la comida china y sus variantes, con una carta que supera los 150 platos diferentes, lo que implica un diario desafío.

Cerdo, pollo, vacuno y pato; mero, congrio, corvina, camarones y creaciones especiales para niños en este gran menú, que rescata lo mejor de la diversidad culinaria de Hong Kong y las cuatro grandes influencias de las mejores regiones gastronómicas chinas (Canton- Shangai- Beijing- Szechuan), en un espacio que se ha ido modernizando acorde a los tiempos y donde sobresale la sobriedad y elegancia. Se respira un aire especial en este lugar. Quizá sea razón de ello una cierta americanización de los ambientes, de los uniformes del personal y de todos los detalles que rodean al Danubio. 300 personas es su límite y los fines de semana le dan dos vueltas al almuerzo y a la cena. Como me gustan las cifras, me cuentan que atienden un promedio de trece mil personas mensualmente. ¿El sueño del pibe?

Mientras converso con Giovanni Vanni, el nieto a cargo de todo el teje y maneje del negocio, aparecen algunos platos de su nueva carta. Hay cambios evidentes ya que ha realizado extensas giras al exterior para probar lo mejor de la comida china-norteamericana. Los platos, grandes, están preparados para compartir y así lo hicimos con unas realmente apetecibles y gustosos Wantan relleno con cerdo, queso crema y cebollín (6 x $4.900); Springs rolls mongoliano y de pollo teriyaki (6 x $7.400), para pasar a una Trilogía de mariscos- camarones, ostiones y pulpo- (19.900), un mix de tremenda calidad y que fue un anticipo para unos maravillosos Papardelle de filete y trufa ($ 9.800), uno de sus nuevos e increíbles platos de este lugar. 

La gracia de Danubio es que hay de todo y para todos. De todo en materia prima y para todos de acuerdo al bolsillo. Giovanni me cuenta que su boleta promedio ronda los veinte mil pesos por persona y este cronista estima que es muy fácil llegar a esa suma. “–Es cierto que existen restaurantes chinos que por menos de diez mil pesos tu puedes salir con el ombligo para afuera, comenta Giovanni, -pero lo nuestro es calidad, producto, servicio, higiene y una carta de vinos para todos los gustos y presupuestos. –Y en eso no transamos.”

La sola infraestructura, con dos elegantes terrazas exteriores, un bar aislado del comedor, salón principal y otros comedores independientes, un servicio a toda prueba y una carta que despierta el apetito de todos (niños incluidos), hacen de este Palacio uno de los grandes exponentes de la cocina china-norteamericana en nuestro país. Y eso siempre se agradece. (JAE)

Palacio Danubio Azul: Reyes Lavalle 3240, Las Condes / 22234 4688