martes, 30 de abril de 2019

LOBBY MAG


LOBBY MAG

Año XXXI, 2 al 8 de mayo, 2019
LA SEMANA: Más allá de un buen Crudo
MIS APUNTES: Las otras delicias del Rubaiyat
LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR: Almorzar en una viña
 

LA SEMANA


MÁS ALLÁ DE UN BUEN CRUDO
Dura faena. Si no es fácil decidir cuáles son los mejores crudos –o tártaros- que se pueden conseguir en estas comarcas, más difícil es encontrar aquellos que sean diferentes al normal de las preparaciones. Distintos, ya que en su ejecución se utilizan aderezos o productos de uso poco habitual y/o han logrado fama por ser únicos o diferentes. En esta edición le presentamos cinco Crudos que no dejan a nadie indiferente, razón suficiente para probarlos lo antes posible.  
 

 
LE BISTROT
El Tartare de boeuf que ofrece este lugar, sorprende por sus ingredientes y presentación. Una pirámide de carne magra cortada a cuchillo, con queso roquefort, trozos de manzana y nueces, todo integrado en un plato insospechadamente único. La manzana genera una suave acidez y las nueces una crocancia sin igual. Aparte, para que se convierta en soberbio, mostaza, salsa inglesa y tabasco, para darle el toque individual. Diferente, pero maravilloso. (Santa Magdalena 80 / 22232 1054)

 

 
BAR NACIONAL 2
Que es histórico, lo es. El Bar Nacional, el clásico de calle Huérfanos, parece estampa sobreviviente de aquella bohemia del centro que murió con el toque de queda de los años ‘80. Con harto espejo y formalita, con precios razonables, pero no gangas, cuentan con una cocina muy chilena de perfil casero. Acá siempre se come bien y uno de los favoritos es el Crudo al canapé, preparado frente al comensal –en la barra-, con carne molida, yema de huevo, cebolla en cuadritos, perejil, sal, aceite, salsa inglesa, merquen, limón, ají, pimienta y un golpe de salsa de soya, todo ello sobre tostadas de pan de molde. ¡Un imperdible!  (Huérfanos, 1151, Santiago Centro).

 

 
MUU STEAK
Esta nueva parrilla capitalina ha glorificado el Flat Iron, un corte gringo certificado, que más se conoce en Chile como punta paleta. La gracia del Crudo que ofrecen, que es elaborado con este corte –troceado a cuchillo-, se presenta aliñado con salsa de soya, salsa de ostras, vinagre y pimienta, acompañada de un aderezo a base de crema acida, sal, pimienta y queso parmesano. Un crudo sabroso, enviciante y diferente, que necesariamente hay que comerlo para evaluarlo como los dioses mandan.  (Distrito de Lujo, Parque Arauco / 22617 0876)

 

ORIGEN BISTRÓ
Para sibaritas acérrimos es el tártaro que ofrecen en este lindo lugar que poco a poco va consolidando su prestigio, gracias a la gestión de su chef Ignacio Ovalle. Carne angus cortada a cuchillo, con erizos de Caldera y foie gras rallado, es el epitome del sabor y, –a la vez- el plato estrella de este restaurante. Aderezado con vinagre de arroz, jengibre, limón y una mezcla de cinco pimientas, lo convierte en uno de los más extraordinarios crudos de la capital. (R. Cumming 94, Centro / 22699 3059) 

 
 
LILI MARLEEN
Alemán hasta la médula es este restaurante que ha logrado encantar a cientos de amantes de la cultura alemana con su comida y cerveza. La calidez se hace notar desde el minuto en que uno entra a este submundo marcado por miles de fotos, música prusiana y fervor por el régimen militar, que independiente de las preferencias políticas, ofrece una apuesta diferente, cuidando de todos los detalles para convertir una visita en algo inolvidable, tanto como sus sublimes -y legendarios- Crudos, con abundante carne y pepinillos, mostaza con eneldo y limón, todo acompañado con rebanadas de Pumpernickel, el gran pan negro alemán, como debe ser.

 

MIS APUNTES


 
RUBAIYAT
Las otras delicias

Pareciera digno de Ripley, pero el plato más famoso de esta tradicional parrilla capitalina, no es un trozo de carne, ya que el Carpaccio de setas portobello con piñones y aceite de trufas ($ 9.900), se ha llevado los elogios de todos los clientes desde su apertura, hace tres años.

Es cierto que, lo que llamamos increíble, no es un fenómeno, ya que en la gran mayoría de las buenas parrillas que existen en la capital, los entrantes no son mayoritariamente de carne, siendo los pescados y mariscos los más solicitados por sus clientes. Acá, en Rubaiyat, la oferta es grande y sabrosa, ya que aparte del ya famoso Carpaccio, ofrecen una buena serie de “adicionales” –por así llamarlos- que se han mantenido en el tiempo, como su sabrosa Fideuá de camarones al azafrán ($14.500), los siempre solicitados Locos a la parrilla (13.100) con papas confitadas, mayonesa de hierbas y hojas verdes, o su última novedad, un Tataki de salmón curado, con merengue de maracuyá y cremoso de palta ($ 9.200), de sabor sublime, pero una porción algo egoísta.
Por tanto, de todo y para todos. No por ser enemigo de las carnes rojas, este lugar está prohibido. Con un servicio que supera con creces lo conocido, la asistencia siempre amable del jefe de sala y del sommelier, acá el cliente se siente a sus anchas y no hay duda que disfrutará tanto o más que los idólatras de la carne, la razón de ser de este restaurante que nació en Sao Paulo hace 60 años.

La paleta de cortes de carne en el Rubaiyat es significativa y la preparan a gusto del comensal. Pero como esta crónica va más allá de sus carnes, la Merluza austral (15.000), el Spaguetti mediterráneo (11.900) o el pulpo al horno con pimentón dulce (15.000), son otras alternativas que no se pueden dejar pasar, más aún cuando las guarniciones que ofrecen son verdaderas joyitas que hay que degustar, como un maravilloso Quinoto con queso de cabra y tomate deshidratado ($ 5.800), una suave Pastelera de choclo ($ 6.500), el Mix de fungis ($ 6.500) o su espectaculares Espinacas a la crema ($ 5.900). Todo esto, sin tomar en cuenta sus invernales y sabatinas Feijoadas, que pronto regresan para felicidad de muchos.
Los postres también sacan suspiros. Si a todo esto le sumamos una atractiva carta de cócteles y una generosa y variada gama de vinos, el placer está asegurado.

Si el lector no es amante de las carnes, piérdale el miedo a las parrillas, ya que hay bastante más de lo que generalmente se puede pensar. Rubaiyat no es solo carne y fuego. Su chef y cocineros no lo defraudarán. (JAE)

Rubaiyat / Av. Nueva Costanera 4031 / 22617 9800

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR


ALMORZAR EN UNA VIÑA
El boom del enoturismo ha estimulado a las viñas a abrir restaurantes en sus bodegas. Una iniciativa que capta muchísimos visitantes y ensalzan nuestras raíces. En otoño, los viñedos se tiñen de colores alucinantes y le aseguramos momentos inolvidables. A continuación, los ocho mejores comedores entre Casablanca y Curicó. ¡Salud!

 
 
TORRES
La Viña Miguel Torres guarda uno de los mejores secretos del Maule. Este restaurante, pionero en esto de llevar la gastronomía a sus viñedos, y que está ubicado entre los viñedos del campo Maquehua, recupera los sabores tradicionales de la cocina chilena, con sofisticados platos en los que destacan productos orgánicos y de la zona. Con una decoración minimalista y refinada, hacen de un almuerzo una experiencia inolvidable. (Ruta 5 Sur, Km 195, Curicó / 75256 4110)

 

VIK
El Pavilion, con paredes vidriadas y una vista impresionante, tiene una propuesta que se centra en los productos locales y de temporada. Una cocina honesta, fina y sabrosa, con elaboraciones bien cuidadas, las que se pueden disfrutar mientas se visita la bodega más moderna e impactante del país. (Millahue, San Vicente de Tagua Tagua / 95668 4853)

 

MONTES
Francis Mallmann fue el socio elegido por Viña Montes para dar vida a “Fuegos de Apalta”, donde, con una cocina basada en la sencillez y un domo de fuego de 3 metros, se cocinan carnes premium, cordero patagónico y pescados de la costa Colchagüina. Emplazado en medio de los viñedos, los comensales disfrutan un maravilloso ambiente. (Millahue de Apalta, Santa Cruz / 72260 5190)

 

CASAS DEL BOSQUE
Elegido como uno de los mejores del mundo por la revista Wine Access, el Tanino de la Viña Casas del Bosque ofrece una exclusiva carta, en un entorno agradable y con mucho estilo. Además, el lugar propone un menú gourmet de 5 tiempos, en armonía con las cepas más emblemáticas de la viña. ¡Un must¡ (Hijuelas Nº 2 Ex Fundo Santa Rosa, Casablanca /22480 6940)

 

SANTA RITA
El restaurante Doña Paula, en honor a Paula Jaraquemada y considerado monumento nacional, tiene la apariencia de un comedor patronal, donde brilla la cocina chilena. Visitar la viña Santa Rita es conocer la tradición vitivinícola y parte importante de la historia del país. Una cocina premium que recoge preparaciones de gran calidad. (Camino Padre Hurtado 0695, Alto Jahuel / 22362 2520)

 

CASA SILVA
Ubicado en el Club House de Casa Silva y con una atractiva carta en base a una cocina criolla y burguesa, su comedor ofrece los mejores cortes de carnes y pescados de la zona, con ingredientes especialmente seleccionados dentro de Colchagua. Un espléndido lugar con un comedor de gran estilo. (Hijuelas Norte s/n, San Fernando / 72716 519)

 

VIÑAMAR
Intensidad, originalidad y cariño definen al restaurante Macerado en Viñamar. La idea es ofrecer una armonía intensa y entretenida entre cocina y burbujas; un cuidadoso trabajo que interpreta el espíritu Viñamar, manteniendo el concepto de cocina de origen, en un comedor –y edificio- asombroso, que es imprescindible conocer. (Ruta 68, Km 72, Casablanca / 32275 4300)

 

FOOD & WINE STUDIO
Al interior de la viña Viu Manent se encuentra un pequeño espacio que se ha transformado en objeto de deseo de los conocedores del vino y la gastronomía. Un atractivo entorno, donde la chef Pilar Rodríguez propone una cocina de territorio, sutil, delicada y tradicional, pero creativa y moderna a la vez. En este lugar se realizan sus memorables almuerzos, catas y clases de cocina. (Carretera del vino km. 37, Cunaco / 99999 2751)

martes, 23 de abril de 2019

LOBBY MAG


LOBBY MAG

Año XXXI, 25 de abril al 1 de mayo, 2019
LA SEMANA: Cinco restaurantes españoles y un bonus track
MIS APUNTES: Sabor y Aroma, un peruano gigante
LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR: José Ramón 277, el rey de la marraqueta
 

LA SEMANA


CINCO RESTAURANTES ESPAÑOLES Y UN BONUS TRACK

Comienza el frío y la cocina española se convierte en una de las favoritas de los chilenos, gracias a sus ya famosos platos “de cuchara”, es decir, guisos sabrosos y llenos de enjundia, que forman parte de nuestra cultura gastronómica burguesa. De la oferta existente, en LOBBY escogimos cinco grandes representantes de esta cocina y añadimos un bonus track (hay palabras en inglés que son imposibles de traducir, dada su universalidad), indispensable para conocer la identidad gastronómica de la Madre Patria. ¡Pase y lea!

 

 
EL TXOKO ALAVÉZ
Aunque no es para ir a diario, ya que en realidad es un poco caro, es un reducto para ir a comer cochinillo, boquerones, tortilla española mojadita, croquetas gigantes, pulpo, pimientos del piquillo y jamón de bellota de primera calidad. Los fondos vienen en platos alargados, así que vaya con hambre. Y si pide guisos, los mozos le pondrán un babero para no mancharse. Háganse el tiempo (y espacio en el estómago) para ir al Txoko Alavés. Van a acordarse de España y lo auténtico que resulta todo. (Mosqueto 485, Santiago Centro / 22638 2657)

 

 
LA BODEGUILLA DE CRISTÓBAL
Esta taberna, situada en un entrepiso subterráneo, es un símil de los restaurantes típicos españoles, donde el propietario, su mujer, una cocinera y un mozo son capaces de atender y hacer felices a todos los que llegan a comer la verdadera cocina ibérica en la capital. Cuando uno visita un restaurante que se afana de entregar recetas de la Madre Patria, es buena tarea llevar consigo los sabores de la Bodeguilla para poder determinar si lo comido es mejor o peor que lo degustado en este lugar, ya que es un barómetro de la cocina española en Chile. Posiblemente encontraremos mejores –y peores- locales, pero el índice que regula la calidad vs precio, vs servicio y vs rendimiento, es un parámetro absolutamente necesario. Si aún no lo conoce, es imperativo tenerlo en cuenta ya que acá se disfruta de una buena comida y vino, sin esnobismos, en un entorno sencillo y adorable. (Domínica 5 / Bellavista 22732 5215)

 

 
PINPILINPAUSHA
Fundado en 1940 y siempre en propiedad de la familia Sanz, este restaurante –que en vasco significa mariposa-, ha logrado mantener intacta su calidad hasta nuestros días, con una batería de platillos de influencia vasca que es de gran gusto para los más de cinco millones de clientes que han disfrutado sus instalaciones. Su oferta va desde los clásicos churros con chocolate caliente, hasta paellas, garbanzos, riñones al jerez y su imperdible crema catalana. Más vigente que nunca y atendido sólo por mujeres, es toda una institución en nuestra capital. (Av. Isidora Goyenechea 2900, Las Condes / 22233 6507)

 

 
CARRER NOU
No es difícil enamorarse y convertirse en fanático. Si bien la carta no cambia completamente, en otoño- invierno, el lugar es ideal para deleitarse con sus típicos platos de “cuchara”, es decir, guisos acompañados de un buen tinto. Acá, los Callitos a la madrileña con papas fritas, o los Garbanzos salteados con tomatitos, almendras, rúcula y mozzarella fresca, son iconos del tiempo frío. A ello se suman platos que no pueden salir de la carta habitual, como sus croquetas, tortillas, pimientos y jamones. Según sus dueños, el Carrer Nou no es el mejor restaurante ni tienen la mejor presentación. Ellos se preocupan de que sus platos sean sabrosos y que den felicidad. Posiblemente es por ello que acá se ve sólo gente contenta. Y eso, a estas alturas de la vida, es mucho decir. (Av. Miguel Claro 1802, Providencia / 22727 1161)

 

 
LA COCINA DE JAVIER
Acá hay mucha historia: tras haber escapado de la Guerra Civil española, Javier Pascual llega a Chile a vender zapatos y luego se hace cocinero del dirigente deportivo Abel Alonso. Tras años, funda en 1995 su propio restaurante donde –según él- ofrece cocina española pero elaborada a “su” manera. Inolvidables sus paellas, que le dieron gloria y fama, aparte de sus famosas tortillas, los puyes al pilpil y los mejores pejerreyes fritos de la capital. Luego de su fallecimiento, el local sigue en manos de la familia, sin variar ninguna de sus recetas, que le dieron honor y gloria durante su larga vida. (Av. Vitacura 7482 / 22495 7750)

 
Bonus track: DE LA OSTIA
Cuando en España salen de tapas, es habitual recorrer varios locales degustando especialidades diferentes y bebiendo copas variadas. Eso no sucede en Chile ya que acá nos quedamos pegados a las sillas. Sin embargo, en este lugar ofrecen un gran resumen de lo que bien podría ser un tapeo a la española, ese clásico de la Madre Patria. De la Ostia es de esos espacios con onda, entretenido, que provoca a quedarse toda la noche probando sus sabrosas tapas y pintxos. Con mozos verdaderamente eficientes y conocedores, tienen en su menú platos como los famosos Pimientos del padrón, Champiñones rellenos, Croquetas de jamón -que son realmente imperdibles-, el mix de Patatas, Tortillas, Mariscos y otras delicias ibéricas que lo harán sentirse en medio de la habitual marcha española. Un imperdible en la capital. (Orrego Luco 065 / 22335 1422) 

MIS APUNTES


 
SABOR Y AROMA
Un peruano gigante
El fenómeno de la cocina peruana ha sido tan exitoso que no se conoce, a ciencia cierta, cuántos restaurantes peruanos hay actualmente en Chile. Todo partió a mediados de los ’90 con la apertura de El Otro Sitio y desde entonces cada día se abren más comedores que ofrecen esta típica comida a un heterogéneo público que prácticamente se enamoró de esta cocina.

Con todas las condiciones para crecer, los empresarios –incluso algunos chilenos- ampliaron los alcances de la cocina típica inca y sumaron tendencias como las chifas (cocina china-peruana) y la nikkei (japo-peruana), que provocaron otra ola de aperturas, donde el famoso Ají de gallina fue reemplazado por el tallarín saltado o el arroz chaufa (en el caso de las chifas): o los tiraditos, cercanos a la cocina nikkei.

Con tanta variedad de estilos, hace unos días llegamos al Sabor y Aroma, un restaurante GIGANTE, donde pueden atender a 300 personas simultáneamente, a conocer una nueva y diferente oferta de platos que llegaron de las manos del chef peruano José Luis Delgado, que hace seis meses tomó las riendas gastronómicas de este lugar. Para Delgado, su cocina es contemporánea y dado el tamaño del comedor, que incluso tiene un teppanyaki, debió reformular y modernizar una serie de recetas, las cuales adaptó para su público, mayoritariamente habitantes de La Dehesa, Lo Barnechea y sus alrededores.

Negros, blancos y acero predominan el lugar. Es grande, cómodo, sin llegar a los extremos del lujo. No es que tengan un equipo multifacético que pueda cocinar todo estupendamente y con la misma calidad, sino que cada una de las especialidades está a cargo de cocineros que solo se dedican a sus especialidades. Es decir: la carta japonesa de sashimis, nigiris y rolls está liderada por un chef que trabajó por años en uno de los mejores nikkei de Lima; la cocina peruana es elaborada por cocineros peruanos, y el teppanyaki es preparado por dos cocineros expertos en el arte de cocinar alimentos sobre una plancha caliente.

Sazones y sabores para recordar en sus platos. De ellos, el “Lucha de poderes” ($ 19.800), para compartir y que contiene causa de pulpo al olivo, ceviche de pesca del día, langostinos a la chalaca, ostiones en granadilla y maracuyá y estiradito de pejerrey en crema de ají amarillo, todo ello en cinco envases independientes de vidrio, sabroso y tremendamente lúdico. Luego, platos individuales (que también es necesario compartir dado su tamaño) como una Palta a la Jardinera ($13.000) con centolla (de escaso sabor), mayonesa y pimientos asados. Sin embargo, su Pulpo a las brasas anticuchero ($ 12.500), con lentejas enanas, papas cóctel y espárragos, logró espontáneos aplausos.

De un largo listado de platos de fondo, imposible no recordar el “Surf and turf ($ 17.800), un destacado risotto en jugo de carne, portobellos, shiitake y langostinos U 10 a fuego vivo, un plato apasionante; y también el Asado de tira Angus ($ 18.000) acompañado de un risotto de mote, vegetales salteados, jugo de carne y salsa de cabernet.

Con Picarones (a la peruana) con miel de higos y chancaca terminamos un largo almuerzo que nos dejó con buenos recuerdos y ganas de conocer su cocina nikkei y el espectáculo del gigantesco teppanyaki que está situado al centro del comedor.

Claro está que tanta espectacularidad no calza con la mayoría de los pescados que ofrecen, ya que solo aparece “pescado del día” en la carta, una mala práctica de los restaurantes en general, ya que por lo general ese pescado no pasa más allá de la reineta, el salmón y el atún. Por los precios que tiene este comedor, deberían destacar su carta de pescados. Al menos así se han consolidado los grandes restaurantes que tenemos en la capital.

A pesar de este nimio detalle (que es de esperar lo solucionen), los habitantes de este barrio alto-alto capitalino, tienen un referente gastronómico diferente y variado. No es barato, pero ¿qué es barato por estos días en Santiago?

Sabor y Aroma /Av. Raúl Labbé 12559, Lo Barnechea / 23264 3715

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR


 
JOSÉ RAMÓN 277
El rey de la marraqueta
¿Qué es una marraqueta? Por años todos se han preguntado lo mismo y la gran mayoría piensa que una unidad se parte en dos. Buena respuesta, pero ¿por qué, entonces, las panaderías las confeccionan dobles, cuando la marraqueta no tiene molde y se elabora a mano?

La respuesta podría estar en esta sanguchería del barrio Lastarria y que hace poco tiempo abrió una sucursal en Vitacura, bajo el mismo nombre de José Ramón 277, la misma dirección de su local céntrico. Acá, los sánguches de marraqueta son del tamaño de “una” unidad, o sea, dos partes y cuatro sub unidades. Para beneplácito de sus habitués, son tan grandes que deben servirse en fuentes enlozadas, para, posiblemente, no perder ni una miga de su selección de variedades, donde destacan los de prieta, lengua, osobuco, arrollado, pescado frito y croquetas de garbanzos, para los vegetarianos, que cada día suman y suman adeptos.

Para acompañar, cerveza. Atentos a un público amante de este bebestible, sus propietarios se preocuparon de tener la mejor selección de cervecerías artesanales chilenas, como Jester, Hasta Pronto Brewing Co., Coda, Spoh, Alameda Beer Co., Kross, Tübinger y Zigurat entre otras, que le ponen color y apagan la sed de los miles de fans que tiene este lugar que abrió sus puertas en junio del 2014.

Pero la carta es más que sánguches y cervezas. Empanadas, mariscos al pilpil, crudos, tártaros, ensaladas e incluso una pichanga al plato, se une a una larga variedad de cócteles donde priman los piscos espaciales e inéditas mezclas que no dejan a nadie indiferente. En el capítulo de los vinos, la carta se ve débil y también es escasa la variedad. ¿La gente joven aún no se matricula con el vino? Al parecer –y a pesar de todas las campañas- el blanco y el tinto aun no logran entrar en este segmento de la población.
Mi acompañante se devoró una marraqueta con hamburguesa de garbanzos, tomate, rúcula, pepinillos dulces y mayonesa de aceitunas (6.500), mientras yo trataba de aliñar un Crudo (7.500), que por desgracia hay que oficiar de cocinero, ya que viene en versión “hágalo usted mismo”. Mala cosa, ya que es bueno conocer siempre la mano del maestro de cocina, ya que no es agradable aliñar un plato en la mesa. Aun así, la materia prima estaba impecable, algo que hizo más fácil este indebido ejercicio.


Mediodía y mucho público. Hábiles garzones, pero copados en los pedidos, ni se les ocurrió preguntar si alguien deseaba un postre o un café. ¿Habrán llevado a los garzones astutos a la sucursal de Vitacura?... ¿Esos que se deberían dar cuenta que una mesa que bebe vino al almuerzo (3.500 la copa) no es un oficinista que debe tomar Cola Cola por obligación y cuyo presupuesto es limitado?
Pese a todos los detalles, logré aprender que la marraqueta es la pieza completa; que una gran mayoría de los clientes le saca la tapa al sánguche y no se la come y, por último, que esta sanguchería, aparte de la marraqueta, ofrece pan frica y molde… pero casi nadie se inclina por otro pan que no sea la bien amada marraqueta.  

Para regresar…
José Ramón 277 / José Ramón Gutiérrez 277, Barrio Lastarria / 93245 3494

 

 

 

 

martes, 16 de abril de 2019

LOBBY MAG


 

LOBBY MAG

Año XXXI, 18 al 24 de abril, 2019
LA SEMANA: El hombre del piano
MIS APUNTES: Sarita Colonia: ¡verdaderamente atómico!
LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR: El Danés crece en forma lenta, pero segura

 

LA SEMANA


EL HOMBRE DEL PIANO
No es fácil encontrar en la capital un bar o restaurante donde el pianista sea parte importante del éxito del lugar. Poco a poco han ido desapareciendo estos personajes que le otorgaban un toque especial a una velada de romanticismo a las parejas, o una suerte de alegre contagio a los habitués y grupos. Hoy, contamos con los dedos de una mano los comedores donde el hombre del piano, a través de sus melodías, deja claro que la música es parte fundamental de nuestras vidas. Por ello y esta semana, les presentamos cinco lugares donde aún podemos encontrarlos.

 

LATIN GRILL
Debe ser uno de los comedores hoteleros más conocidos, elegantes y exclusivos del país. Una carta con reminiscencias chilenas y un ambiente cálido y amistoso, se juntan alrededor de un piano, con suaves melodías propicias para amalgamar todos los sentidos. Un placer que al menos merece una visita en la vida. (Hotel Santiago Marriott, Av. Kennedy 5741 / 22426 2000)

 

 
THE AUBREY
Romance, romance y romance es el sinónimo más adecuado para The Piano Lounge, este lindo bar ubicado en uno de los más emblemáticos hoteles boutiques de la capital. La vista, los efectos de las luces y el ambiente hacen de este bar un imperdible para enamorar y enamorarse. Discreto y quitado de bulla, es uno de los más novedosos de la capital (Constitución 317, Bellavista / 2 2940 2800

 

 

DON RODRIGO
Sólo falta el humo de los cigarrillos para que este céntrico espacio unido al hotel Foresta sea la imagen perfecta y potente de lo que debe ser un bar. Con cuadros antiguos, paredes de terciopelo y garzones con corbata humita, lo convierten en un fenómeno mediático, donde el pianista logra cautivar a todos sus parroquianos. Una amplia carta de tragos, desde simples piscolas y cervezas hasta whiskys de malta, hacen el resto. Un imperdible para los noctámbulos santiaguinos (Victoria Subercaseaux 355 / 2 2639 6261)

 

 
GIRATORIO
Al almuerzo, el pianista se contagia con ritmos populares y pedidos de clientes que vienen de todo el mundo a este restaurante que gira alrededor de la capital. De noche, la luz amaina y el repertorio gira al romanticismo, a los boleros y tangos, que disfrutan con ganas todos los que habitualmente repletan este clásico capitalino. (Av. Nueva Providencia 2250 / 22232 1827)

 

 
TRAFALGAR
En el Crowne Plaza todo es grande y su bar Trafalgar también. Aislado del ir y venir de sus huéspedes y clientes, al atardecer se transforma en guarida de clientes y huéspedes de todo el mundo que lo convierten en un espacio indispensable para el descanso a finales del día. Con piano –y cantante- en vivo y una gran variedad de bocadillos, es uno de los bares más cosmopolitas de la ciudad. (Alameda 136 / 2 2638 1042)

MIS APUNTES


 
SARITA COLONIA
¡Cautivador!
Cuando a las 8 de la tarde (en horario de verano) abren las puertas del Sarita Colonia, si bien no hay filas para ingresar, muchos esperan en las veredas aledañas para ingresar a este verdadero templo gastronómico que deja casi sin aire a los que aún no lo conocen, donde no han escatimado esfuerzos para convertirlo en el comedor más kitsch del circuito gastronómico capitalino.

Lo bautizaron como una versión travesti de la cocina peruana, una que confunde y encanta, pero a lo largo del tiempo ha consolidado una cocina peruana moderna, de base norteña, pero con productos chilenos y técnicas étnicas diferentes, algo que difiere totalmente de la clásica cocina peruana que hemos conocido estos últimos años.

Detrás de las viejas mamparas de una casona sin letrero alguno, se esconde la magia y el encanto que ofrece este restaurante que nunca ha dejado de impresionar. Por ello, cada cierto tiempo cambian su carta gastronómica y de alcoholes, con la finalidad de renovar la oferta para sus clientes frecuentes y también presentar nuevos cócteles, uno de los fuertes del lugar. No se puede dejar de probar el “Corazón Negro”, con licor Parfait Amour, pisco Sagrado Corazón especial, jugo de maqui y pomelo, o de conocer “Tu Media Naranja”, con Gin República Andina, jugo de zanahoria y naranja, syrup de mandarina y tónica, ambos grandes aperitivos que invitan a compartirlo junto a un sabroso (y difícil de encontrar) Ceviche de chochas, ostiones y pulpo ($13.900), marinado en jugo de limón de pica, cilantro, sal y ají limo, servido con cancha y puré de camote, que devuelve el alma al cuerpo, dada su calidad. Ahora, si el lector es amante de la palta, imperdible será la Palta Reina ($12.900) rellena con ostiones, calamares y camarones salteados, papas, salsa teriyaki y fideos de arroz crocante, que cautiva y enamora.

Los fondos son adictivos. El “cremoso de mote al ají amarillo” es una guarnición que en este caso acompaña a una sobrecostilla glaseada ($ 14.900), pero a muchos les sobrará la carne ya que el acompañamiento es apoteósico. Una preparación tan brillante como sus Ajíes verdes rellenos de mariscos en salsa blanca, salsa de mariscos (ají amarillo, vino blanco, fondo de mariscos), láminas de palta y chalaquita de ajíes blanqueados. ($12.900), que, a pesar de parecer un plato picante, no lo es y se ha convertido en uno de los más solicitados de la nueva carta de este lugar.

A la hora del postre, y para valientes (y valientas –si me perdona la RAE-) no hay que perderse el Princesa 2.0 ($ 6.900), una mousse de maní, brownie de chocolate, helado de chocolate, maní garrapiñado y salsa butterscotch. Todo un fin de fiesta.

Si el lector conoce el Sarita Colonia, regrese pronto ya que la nueva carta merece otra visita. Si, por el contrario, aún no ha tenido la oportunidad de conocerlo, hágase un tiempo lo más pronto posible, reserve una mesa y no se pierda uno de los restaurantes más exóticos de la capital (y del país). Nada se le puede comparar y nadie, en su sano juicio, podría imitarlo. Es único y exclusivo.

Verdaderamente atómico.

Sarita Colonia: Loreto 40, Recoleta / 22881 3937


LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR


 
DANÉS
Ubicación, calidad, diseño y servicio son los pilares fundamentales de esta cadena de comida casual y familiar que crece en forma lenta, pero segura.
Hace cinco años entré por primera vez al Danés de Vitacura, una fuente de soda – bar – restaurante, que ciertamente le guiñaba un ojo a los Tip y Tap de aquella época. El local, con barra en su primer piso y mesas en el segundo, ofrecía una gran variedad de platos y sánguches, donde el servicio destacaba por lo ineficiente y algunos “best sellers” -como ellos pregonaban-, no cumplían su misión. Un primer intento que ha sido poco a poco corregido y que me ha permitido –con el tiempo- cerciorarme que, tras la inauguración de su último local, en Tobalaba, a pasos de la Av. Providencia, se han tomado todas las medidas necesarias para que cada visita sea una buena experiencia.

Si bien la carta sugiere varios productos y formatos, el sánguche es por lejos lo más solicitado. Personalmente no me agradan los que son demasiado altos y se deben comer con tenedor y cuchillo, con babero o servilleta en el cuello, o con manga corta para evitar mancharse con los jugos; aun así –y mientras más altos (y supuestamente incómodos de comer), son los caballitos de batalla de esta familiar fuente de soda, con aires de restaurante casual.

Y allá voy con este nuevo Danés ubicado en Tobalaba. Una buena copa de un frío sauvignon blanc para acompañarlo con un increíble Crudo ($ 6.900), aliñado en la cocina, con papas fritas y tostadas en pan de molde. Aparte, unas deliciosas Costillitas BBQ ($ 7.900), preparadas con sésamo, cebollín, apio, zanahoria y su correspondiente salsa, de rico sabor y consistencia.

Frica y molde, en versiones normal o integral, son las bases de los sánguches (que promedian los $ 7.000 c/u) ya sean lomitos, churrascos, hamburguesas, mechada, pollo o completos, ocupando en general cerca del 60 % de la carta y posiblemente el 90 % de los pedidos. Definitivamente comer sánguches es un arte que supone mucha experiencia en el área y manejo experto de las herramientas –léase tenedor y cuchillo-. Sin ser un maestro en esta técnica, opté por la carne mechada, que ya es obligatoria en cualquier sanguchería que se precie de tal, y que acá la sirven con una porción generosa de carne, dueña de una leve resistencia al mascar, y acompañada por un mix de pimientos rojos asados que le aportan dulzor, rúcula para la crocancia, abundante palta y la mayo casera del local.

Los fondos, desde $ 6.900 (salmón a la plancha) a los $ 12.900 (filete 250 grs.) no dan para muchos comentarios, al igual que los postres, ya que acá la tendencia es el pan.

Cócteles y cervezas a destajo. La carta de vinos es más prudente ya que la gran mayoría de sus clientes son bebedores de cerveza. En servicio –extranjero- es muy bueno y eficiente. Excluyo de esta crónica al local del Aeropuerto, ya que es una franquicia y dudo que los precios y calidades sean similares. Al menos en la capital, no transan en ello.

Definitivamente, el Danés le cumple al target para el cual fue creado.

Danés:
- Vitacura 4607, local 2
- Colón 4405, local E
- Alto Las Condes
- Coronel Pereira 84, Las Condes
- Tobalaba 201