martes, 21 de julio de 2020


Año XXXII, 23 al 29 de julio, 2020

TRANSICIÓN
“El pasado es para reflexionar, no para repetirlo.”

LA NOTA DE LA SEMANA: 17 curiosidades del alcohol que usted no conoce
MIS APUNTES: Dulces playeros y provincianos
RECUERDOS DE DON EXE: En el Oasis de Pica

LA NOTA DE LA SEMANA



17 CURIOSIDADES DEL ALCOHOL QUE USTED NO CONOCE

Gran parte de la vida con la que nos relacionamos tiene que ver con alguna bebida alcohólica. En este artículo le contamos algunas curiosidades del alcohol, muchas de ellas, anecdóticas.

1.El suelo de uno de los viñedos en Francia se considera tan valioso que es obligatorio para los trabajadores rasparse los zapatos antes de salir.

2. En Missouri, si se es menor de 21 años y en la basura encuentran una botella vacía de alcohol, puede ser acusado de posesión ilegal de alcohol.

3. El consumo de alcohol no eleva la temperatura del cuerpo, sino que la reduce.

4. El himno de Estados Unidos fue escrito con la melodía que se cantaba en una cantina.

5. La mayoría de las verduras y casi todas las frutas contienen una pequeña cantidad de alcohol.

6. El Bourbon, la bebida oficial de los Estados Unidos, toma su nombre de Bourbon County, Kentucky.

7. Sir Winston Churchill fue uno de los mayores consumidores de alcohol del mundo.

8. La bebida más antigua del mundo es la cerveza.

9. Abraham Lincoln tenía licencia para vender licor y operó varias tabernas.

10. Las botellas de cerveza se comenzaron a comercializar en 1850 y las latas a partir de 1935.

11.La presión en una botella de champagne supera en tres veces la presión en los neumáticos de un automóvil.

12. La primera oficina de reclutamiento de la Infantería de Marina de EE. UU fue un bar.

13. En Estados Unidos, el Día de Acción de Gracias se celebraba sin puré de papas y pavo. Sin embargo, en la mesa, nunca faltaba la cerveza, el brandy, la ginebra o el vino.

14. Se estima que dentro de una botella de champagne hay 49 millones de burbujas.

15. El cuerpo humano produce su propio suministro de alcohol natural las 24 horas al día y 7 días a la semana.

16. En 1600 el termómetro solía estar lleno de aguardiente en lugar de mercurio.

17. En el espacio exterior existe una nube de alcohol que es suficiente para hacer cuatro billones de bebidas.



MIS APUNTES


DULCES PLAYEROS Y PROVINCIANOS
Muchas veces se nos tilda de ser demasiado serios, pero tenemos un lado dulce que podrá comprobar a través de nuestras propias golosinas. Si lo suyo es lo dulce y es de los que conocen los países a través de su comida, lo invito a probar nuestro lado más empalagoso. ¿Ha probado alguno de estos? ¿Cuál es su favorito?



CHUMBEQUE
Se trata de emblemáticos dulces del norte de Chile, elaborados en la ciudad de Iquique. Algunos lo comparan con un turrón, pero más se parece a un pastel de varias capas delgadas de masa, con capas de miel especiada con frutos de la zona (tales como higo, naranja, mango, guayaba, entre otros).
La historia de este dulce comienza con la llegada en 1920 de un cantonés a Iquique, cuyo nombre chileno quedó como Ernesto Koo Flores. Casado con una repostera chilena y en un afán de recordar las recetas de su amigo Kung en su ciudad natal, elaboró esta preparación a la que nombró Kung-queque y que la gente rápidamente popularizó como “chumbeque”.



PAPAYAS CONFITADAS
Existe una leyenda de la época de la Conquista de América que dice que luego de un festín que se dieron Colón y sus tripulantes, el único remedio eficaz contra la indigestión que tuvieron fue la papaya. Una de sus variedades, se cultiva generosamente en la ciudad de La Serena y sus alrededores. Las papayas chilenas son únicas, muy distintas a esas papayas anaranjadas y grandes del Caribe. Aquí son pequeñas, amarillas y ¡muy dulces! No dejes de probar los dulces que se hacen con ellas, ¡verá que en muchos lugares venden bandejitas de papayas confitadas para llevar y disfrutar!


DULCES DE LA LIGUA
En la región de Valparaíso, específicamente en La Ligua, se producen estos populares dulces chilenos en todas sus variedades: cachitos de milhojas, empolvados de suave bizcocho, palitas cubiertas de inmaculado merengue y chilenitos con masa similar a un alfajor, delgado y crujiente. El denominador común: nuestro manjar chileno como relleno ¡en abundancia! Si está recorriendo la zona, verá en la carretera a las famosas “palomitas”, hombres y mujeres vestidos de blanco agitando un pañuelo del mismo color, que en un canasto cargan estos dulces para vender a los automovilistas. Una exquisita forma de endulzar su viaje. ¿Se le antoja un chilenito?

TORTAS CURICANAS
Este dulce típico de la zona de Curicó consta de varias capas de masa crujiente intercaladas con dulce de alcayota, manjar, almendra y nuez, manjar naranja o manjar con lúcuma o ¡hasta frambuesas! Datan de 1870, cuando la Sra. Cristobalina Montero les dio vida y empezó su venta en la estación de trenes de Curicó. Las Tortas Curicanas, entonces, deben su popularidad a los tiempos de auge del ferrocarril en Chile, puesto que Curicó era una de las paradas en trayecto al sur, momento perfecto para comer un tentempié antes de seguir camino.


PALMERAS
Las playas en Chile no tienen vegetación, porque en Chile nos comemos las palmeras…
Uno de los dulces que más comemos en la playa se llaman ciertamente palmeras y son unos discos de milhojas con azúcar cristalizada en la parte superior. Se dice que tienen su origen en Italia o en España. En Chile se convirtieron en un éxito debido a las reposterías de Algarrobo, que la introdujeron a las playas del país, hace más de 70 años, con el nombre de “orejas de chancho”.


PAN DE HUEVO
Otro dulce típico de nuestras playas: se trata de una especie de pan, pero más firme y que se desmigaja con facilidad, ligeramente dulce y de exquisito sabor avainillado. Se vende siempre fresco, pues se endurece rápidamente y es un excelente tentempié, en medio de una tarde de playa, por su aporte calórico. ¡Pura nostalgia!



ROSCAS CHONCHINAS
Explorando Chiloé, específicamente en una feria artesanal de Chonchi, encontramos unas roscas de masa muy particulares que no habíamos visto nunca. Las ofrecían junto al popular “Licor de Oro”, otro producto que es exclusivo de la zona. Como somos curiosos, las probamos. Son una roscas ligeramente dulces, firmes y secas, que suelen acompañarse con brebajes calientes en el frío sur. Sin duda debe probarlas si desea degustar algo exclusivo de la zona.


EMPANADITAS DE ALCAYOTA
Así como amamos las empanadas de pino, nuestras tradicionales empanadas de carne, cebolla, huevo duro y aceituna, hechas en horno, también tenemos una versión dulce. Las empanaditas de alcayota son más pequeñas que las de pino y están rellenas de dulce de alcayota, fruta de particular textura en fibras e inolvidable sabor.



CALZONES ROTOS
Ce cuenta que el origen del nombre viene desde la época de la Colonia, en que una señora vendía pasteles en la Plaza de Armas de Santiago. Cuenta la historia que una ventisca le levantó la falda, dejando al descubierto su ropa interior rota, haciendo que la gente la llamara “la señora de los calzones rotos”. Así, el dulce que esta señora traía para ofrecer quedó bautizado como “calzones rotos”. Antiguamente a dichas masas se les llamaban picaronamente “zorritas”, sustantivo diminutivo femenino que metafóricamente designaba en los estratos populares al sexo femenino. Los calzones rotos son unas masitas fritas, ligeramente dulces y espolvoreadas con azúcar flor, cuyo nombre hace alusión a su forma: tienen en el centro un agujero, por donde se le da una vuelta a la masa.


CUCHUFLÍ Y BARQUILLO
El que no ha escuchado el grito de “cuchufli… barquilloooo” no ha pasado por las playas chilenas, eso seguro. Los barquillos son unos tubos de una fina masa muy quebradiza que se deshace en la boca, son dulces y sin relleno. Los cuchuflís son su contraparte rellena de manjar. En el comercio establecido lo encuentra incluso bañados de chocolate, pero en las playas son simples, para aguantar el calor del verano.

RECUERDOS DE DON EXE



EN EL OASIS DE PICA

No me pregunten la razón, pero la semana pasada terminé acostándome de amanecida en Pica. El destino (y no la fortuna) tuvo la culpa de tal desasosiego. Por ahí leyeron que había que invitar a un conocedor para un concurso de repostería con mangos que se realizaría en ese oasis del desierto de Tarapacá. Los organizadores habían convidado a algunos cronistas gastronómicos y todos se excusaron. Uno de ellos, bromeando, más que seguro (y lo tengo casi identificado), les dio mi nombre y a las siete de la mañana me estaban llamando por teléfono.

 - Nos interesa contar con usted para un concurso gastronómico acá en Pica, - dice una femenina voz.
- ¿Cuándo?
- Hoy mismo. Un taxi lo recogerá en su casa y de ahí toma el Sky de las 11.45 de la mañana a Iquique. Ahí lo espera una van y lo traemos a Pica.
- ¿Cuántos días?
- Mañana estará en su casa de regreso. Y no sabe cuánto le agradeceríamos.
- ¿Voy solo?
- De Santiago, sí.
- ¿Y dónde dormiré?
- Bueno, ese es un pequeño problema. Pero dormirá en la casa de una amiga del alcalde. Le aseguro que es el mejor lugar para dormir.

Me gustan las aventuras, pero nunca tanto. Pero como llamaron a la hora cuando mi única neurona descansa, aprobé el periplo. Una hora hasta el aeropuerto, dos de viaje, media hora para salir del Diego Aracena y tres largas y tediosas horas para llegar a Pica, A las seis de la tarde, con un calor seco y bebiendo minerales, llegué triunfante al oasis de los dinosaurios gigantes. –“Deje la maletita en la van” me aclara un funcionario de la alcaldía, acá nadie roba y el vehículo lo seguirá a todas partes”.

Ganas tenía de beber una buena piscola después de tanto trajín. Sin embargo, me enviaron un dedal de pisco con mango que ni siquiera alcanzó para remojarme los labios. De ahí al concurso. Cinco jurados: el alcalde, el capitán de carabineros, el cura párroco, el director del colegio y yo. Siete restaurantes en competencia. Mousse, pastel, crème brùlée, terrina, confitados, con miel y al jugo. Siete dulces y tres aguas minerales de Mamiña. ¡Dios…! ¿Quién me invitó a meterme en esto?

Ganó, por novedoso, el mango con miel. Juro que si me pilla una abeja me clava su aguijón en el labio. Para ser sincero, terminé compinche del paco, del profe, del alcalde y del cura. Se estaba haciendo de noche cuando aparece ella.

- ¿Exe?
- El mismo
- Soy Johanna
- ¿Johanna cuánto?
- Poco importa eso, Exe. Dormirás en mi casa.
- ¿Pero antes podríamos comer y beber algo?
- De todos modos. El alcalde me dio chipe libre y fondos para los gastos

Partimos en la van con destino desconocido. Johanna era distinta a las mujeres del centro del país. Media porfiadita de cara, tenía algunos rasgos nortinos, pero era más alta que lo normal y con varios atributos que se envidiarían en la capital. Aparte, tenía don de mando. Cuando llegamos a un boliche (o condumio o como quieran llamarle), le ordena al chofer de la van que pase a dejar mi maleta a su casa y que se retire.

- Mañana pase a buscar al caballero a mediodía a mi casa ¿Entendió?
- Si, señorita Johanna. Allá estaré.

Tenía sed y hambre. Nada dulce –obvio- ya que el concurso había dejado mis triglicéridos por las nubes. Johanna habló con Adelino, el dueño del local y aparecieron uno a uno platos y brebajes variados. De partida, dos piscolas para el gaznate, luego unas empanaditas de charqui con queso de cabra, que estaban para chuparse los dedos y más tarde un par de botellas de Santa Emiliana (lo único que hay en Pica) con un casero pollo arvejado, con arvejitas recién cosechadas. De postre un pichuncho y de ahí a la casa de Johanna en un taxi que ella había solicitado con anterioridad.


Las típicas casas de Pica se transformaron cuando llegamos a su hogar. Ella golpeó la puerta y apareció una morena vestida como de fiesta con un vestido apretado de lamé plateado. En el centro del living, una plataforma circular con un caño metálico.

- Exe, ahora sabrás lo que es bueno en Pica, me comenta antes de partir a una de las habitaciones.

La chica que me recibió me ofrece una roncola. No me atreví a preguntarle si era Zacapa o Havana, pero aprobé su sugerencia. A los cinco minutos aparece Johanna con un mini bikini de esos con lentejuelas y comienza a bailar en el caño la famosa “American Woman”; otra de Ricardo Arjona, luego “Hot Stuff” de Donna Summer para terminar con “You Can Leave Your Hat On”, la clásica de Full Monthy. Al rato, la guapa de la roncola, morochita y toda, me pregunta si puedo ofrecerle un trago. Johanna, al darse cuenta de tal desaguisado, baja de la pista y le dice que yo soy “su” invitado y que la labor de ella era sólo atenderme y no ser una copetinera.

Johanna bailó y sobajeo el caño los cuatro temas. Luego se retiró y regresó hecha una señorita, con calzas, polera de algodón y zapatillas de marca.

- ¿Nos tomamos el del estribo?, pregunta mientras pone su mano ahí mismito donde ustedes están pensando.
- Que sea el último, linda… Mañana regreso a Santiago.

Desperté cerca de Pozo Almonte, echado atrás de la van ya camino a Iquique. Johanna no me decepcionó ya que inteligentemente puso cuatro botellas de agua mineral e igual cantidad de cervezas y paracetamoles en un cooler debajo de mi asiento. El chofer ríe y me consulta qué tal lo pase en Pica.

- ¿Cómo para regresar algún día?, pregunta.

Nunca supe que pasó. Se me apagó la tele antes de la última piscola. Juro y requetecontra juro, que nunca más beberé alcohol.

Por lo menos en Pica.

Exequiel Quintanilla