martes, 16 de mayo de 2017

LOBBY MAG


LOBBY MAG.
Año XXIX, 18 al 24 de mayo, 2017
LA NOTA DE LA SEMANA: La Caleta: del mar a la mesa
LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR: Curry, el nuevo thai de Providencia
MIS APUNTES: Pez Quiero
BUENOS PALADARES: Crónicas y críticas de la prensa gastronómica

LA NOTA DE LA SEMANA


 
LA CALETA
Del mar a la mesa
Marcelo Arzola, el propietario de Ostras Squella, despeinó el primer piso de su restaurante para instalar a un costado de la gran piscina que mantiene en agua de mar sus ostras, choritos y almejas, un verdadero restaurante – picada, donde en largos mesones con manteles de hule y bancas de madera, el degustar mariscos se convierte en una verdadera fiesta diaria.

Le llamaron “La Caleta” y puede recibir hasta 40 personas que pueden instalarse en cualquiera de los largos mesones a compartir con amigos o desconocidos. La idea es probar ostras frescas, camarones apanados, picorocos tibios, almejas “encebolladas” y grandes choros a precios real e increíblemente económicos. Para beber, cerveza Estrella Damm, vino blanco o tinto y el infaltable sour elaborado esta vez con pisco peruano.

Con música de caleta, desde tangos a boleros, mozos atentos y grandes platos, la idea de renovar parte de este típico restaurante del barrio Brasil es un gran acierto, ya que es un aporte a la diversificación gastronómica del Santiago antiguo. (JAE)

La Caleta: Ricardo Cumming 94 / 22699 3059

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR


 
CURRY, EL NUEVO THAI DE PROVIDENCIA
Los mismos creadores de Rocoto, un delivery de cocina peruana de gran éxito, abrieron en Av. Bilbao el Curry, donde la comida thai puede consumirse en el lugar o enviada a domicilio.

No cabe duda que estamos en la época de los emprendimientos. Rodrigo Parada y Natalia Serrano –marido y mujer y ambos profesionales- renunciaron en su momento a sus trabajos tradicionales para embarcarse en el negocio de la cocina a domicilio, más bien conocida como delivery. Tras varios años haciendo crecer el Rocoto, que se especializa en cocina peruana, en enero de este año abrieron en Providencia su primer local de comida tailandesa, el Curry, donde ofrecen esta cocina para consumir en el lugar o bien enviarla a domicilio.

Para los que desean probar la carta en el propio local, les contamos que este nuevo restaurante está muy bien instalado. Pequeño en sus dimensiones, la terraza cerrada y calefaccionada recibe a los clientes sin problema alguno. Tienen patente de alcoholes (fundamental la cerveza en la comida thai) y una buena y atractiva carta de especialidades. Las típicas brochetas (5.900) de pollo o camarón, encabezan las entradas, que incluyen unos sabrosos camarones apanados con salsa Spring Roll (7.200) hasta unos suaves Arrollados primavera vietnamitas (en papel de arroz, $ 6.200).

Larga carta de fondos. Desde el típico Pad Thai (7.400) y otros que incluyen curries de distintos colores (y sabores)  amarilllos, verdes y rojos. Los camarones y el pollo son repetitivos, algo usual en esta variedad de cocina. Con despachos a Ñuñoa, Providencia y La Reina, la carta puede encontrarse en www.curry.cl.

Limpio, sabroso y si bien su cocina es adaptada a la que comen los tailandeses en sus calles (ya que gran parte de esta cocina es la típica callejera de ese país), más allá de su tradicional Pad Thai, acá cocinan como los dioses un Pollo con castañas de cajú (7.400), con sabores francos y entretenidos. Si a ello le suma los arrollados (los vietnamitas) del inicio de este artículo, le aseguro un buen pedido. ¿Lo picante? Es mejor pedirlo aparte y cada uno corrige su plato ya que nadie conoce la mano del cocinero. (JAE)

Curry: Av. Francisco Bilbao 2752 / 22209 0595

MIS APUNTES



 
 
PEZ QUIERO

El grupo gastronómico que maneja los restaurantes El Otro Sitio y Perú Criollo (Maipú), encabezado por Emilio Peschiera, vio una oportunidad con el cierre del restaurante Ibis de Puerto Varas en BordeRío y tras una millonaria remodelación y recuperación de espacios, abrió hace algún tiempo el Pez Quiero, un lugar entretenido, con variadas opciones gastronómicas y –como ya es tradicional en locales donde predomina lo peruano-, un servicio deferente y aplicado.

No es de mantel. Es más bien un lugar de esos con onda. En sus terrazas y salones sobresale el color azul, que combinado con los blancos, le otorga un atractivo ambiente costero y festivo. Como nos tiene acostumbrados Emilio Peschiera, su gastronomía se basa en la cocina peruana pero reinterpretada a su manera. Ello le ha permitido mantener vigentes sus restaurantes por más de dos décadas, algo para nada común en nuestra capital.

En Pez Quiero se atreven incluso con platos nacionales, obviamente interpretados por Peschiera. Es él el encargado de crear, modificar y adaptar sabores para beneplácito de su clientela: acá no hay platos clásicos de la cocina peruana y tampoco hay que extrañarse que en los picoteos ofrezcan el británico Fish’s Chips (8.900) o Angulas –puyes- al pilpil (14.900), o los chilenísimos Locos mayo, Ostras y Erizos (en sus respectivas temporadas), aparte de nuestros famosos chupes (los chilenos) de locos, jaiba o centolla (12.900) y el típico Caldillo de congrio (9.900)

Las porciones son grandes y con apetito normal un plato alcanza para compartirlo entre dos. Entre los más novedosos está el Carpaccio de locos (12.900) con salsas de pesto y olivo, queso parmesano y salsa verde, un plato que encanta y brilla por sus sabores. Otros imperdibles en las entradas son el Tataki de atún a la pimienta, con salsa de maracuyá, emulsión de soya y sésamo con wantan crocante (12.900), y unos maravillosos Langostinos del Atlántico a la mantequilla y chimichurri (12.900) o sus tradicionales empanadas fritas de camarón, queso y ají amarillo (5 un. $5.200), que son el complemento ideal al reconocido Pisco sour que elaboran en todos los negocios donde esté el sello de Emilio Peshiera.

De lujo (y para lucirse) es el Anticucho de mero con arroz meloso (13.900), donde grandes dados apanados y fritos de mero acompañan un arroz de gran sabor. Este plato pertenece a la carta de especialidades del lugar, donde también se ofrece albacora, atún, vidriola, salmón y merluza austral. Para los amantes de la pasta (ítem donde los peruanos tienen mucho que mostrar debido a su comida chifa), la Pasta Chifera (19.900 para 3 a 4 personas) es una enorme porción de tallarines con ostiones, pinzas de jaiba, camarones y verduras.

Del mar, todo o casi todo. Postres típicos peruanos y una carta de bar y vinos con buena relación precio /calidad. Buen servicio aunque aún no definen la música ambiental. Aun así el lugar encanta ya que no tiene la sobriedad de El Otro Sitio. Pienso que Pez Quiero llegó a refrescar en parte la oferta gastronómica de BordeRío, que ha tenido altos y bajos durante su existencia. Los restaurantes están modernizándose como también el target de sus clientes. Y la llegada de este restaurante peruano-chileno, sin duda le dará nuevos bríos a este importante complejo gastronómico de Vitacura. (Juantonio Eymin)   

Pez Quiero: BordeRío, Av. San Josemaría Escrivá de Balaguer 6400, Vitacura / 22219 1544

BUENOS PALADARES


CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA

MUJER LA TERCERA
PILAR HURTADO
(MAYO) DON CARLOS (Isidora Goyenechea 2895 / 22232 7144): “…además de carnes ofrecen también pescados y pastas, acompañamientos y ensaladas. Antes del ataque cárnico pedimos una porción de pimientos morrones a la parrilla y unas berenjenas. Los pimientos estaban mortales, muy ricos y perfectos para empezar y para acompañar también las carnes.” “La entraña, que le pedimos al mozo en el punto que mejor resulte, estaba muy sabrosa y blanda. Acompañamos con un par de copas de vino; me alegró que tuvieran malbec por copa. Igual dejamos espacio para probar un par de postres, un panqueque acaramelado de manzana, que estaba muy bien hecho y rico, servido con una bolita de helado. También una panacota de maracuyá, postre que nos pareció un poco fome a las tres. El servicio estuvo impecable y certero.”

LAS ÚLTIMAS NOTICIAS
RODOLFO GAMBETTI
(MAYO) PALACIO DANUBIO AZUL (Reyes Lavalle 3240 / 22234 4688): “Lo suyo son algunos platos cantoneses adaptados, con infraestructura y personal que aseguran buena relación de precio, calidad y cantidad. Giovanni Vanni asegura que su salsa es de tamarindo, y es confiable. Para las lluvias acaba de estrenar una flamante carta. Con lo que espera alegrar a los adeptos a esta comida con palillos, fai chi o chopsticks, como quiera llamarlos. Comienza con empanaditas o gyosas de espinaca, o crocantes arrollados primavera de pollo con salsa teriyaki. En espera de los platos al wok ($14.400), de breve paso por la sartén llameante. Ya se trate de un calamar Lyon Chung con verduras y salsa tausi, un combinado de ostión, pulpo y calamar al ajo servido en plancha, o un pulpo con algas (Lyon Chung, $13.200), picante suave. . O la corvina de fina carne al vapor (Imperial, $8.400), o el salmón con salsa de porotos soya.” “Y como sabemos, los postres chinos tienen un concepto muy distinto al occidental. Por eso es válido usar, en cambio, ingredientes orientales como el laichi (fruto de un árbol chino, dulce, de consistencia de cebollita encurtida), la rosa de pasión (que es el otro nombre del bien conocido  maracuyá), junto a merengues, creme brulé, el cheese cake y los tan actuales macarrons, tentadora lista de postres que nadie en su sano juicio rechazará.”

WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(MAYO) CAFÉ SAN JUAN (Av. Francisco Bilbao 765 / 23265 7816): “El Café San Juan es filial de un taquillero restaurante argentino, instalado en la esquina de Julio Prado y Bilbao en un local largo tiempo abandonado.” “La carta no es extensa y los precios de los fondos oscilan entre los $10.900 y los $14.900. Hay entradas, entre las cuales hay montaditos y cazuelas, a las que anteceden una panera y unas aceitunas negras (no les cuesta aliñarlas un poquito). De los primeros, tres trozos de pan fresco con puré de berenjenas ahumadas con nueces caramelizadas ($5.500), de sabor poco intenso para quien lo espera. De los fondos, la pesca del día (merluza española) a la sartén, con una emulsión de pimientos asados y comino, junto con una ensalada de hojas verdes ($11.900). El pescado, en su punto, pero un poco pasado de sal. Y lo que realmente era un error de concepto era un "pastel de trigo burgol" que era, en el plato, algo como un brownie de burgol, rico hasta el tercer bocado, por lo neutro de su sabor.” “Mucha mejor suerte se corrió con unos canelones rellenos de mollejas, ricotta, acelga y nueces ($12.900), nadando en una salsa caserísima de tomates y crema. Un interior suave y un exterior de rica acidez, mezclados en una paila. Un ejemplo de rusticidad y fineza.”

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(MAYO) WARIQUE (José Domingo Cañas 1879, Ñuñoa / 22341 1495): “Fuimos, pues, a este restorán peruano autotitulado Warique (variación ortográfica curiosa). Y nos encontramos, como era de esperarse, no con un huarique sino con un restorán hecho y derecho, bien puesto, con amplios comedores, buen servicio, y miembro, por si fuera poco, de una organización de restoranes peruanos que incluye a no menos de diez en Chile.” “El piqueo caliente ($13.900) fue variado pero disparejo: los tequeños de camarón no era tales tequeños, el pulpo a la provenzal (blandito y rico) de provenzal no tenía nada, y el chicharrón de calamar, muy agradable.” “El costillar de chancho chifero con arroz chaufa ($8.600), en cambio, resultó estar a la altura de las expectativas y aun las sobrepasó: blandísimo, suculento a más no poder. Y lo mismo el arroz: chaufa con todas las de la ley.”