miércoles, 29 de abril de 2009

BUENOS PALADARES


LAS CRÍTICAS GASTRONÓMICAS DE LA SEMANA

ESTEBAN CABEZAS (Wikén)
(24 abril) LAS CARNES DE MORANDÉ (Mallinkrodt 184, Barrio Bellavista, fono 777 1470): “una experiencia con un servicio realmente atento y rápido, se partió con pancitos, un par de empanaditas fritas y pebre recién hecho. Y una tortilla de papas ($3.790) con su centro semi crudo, como debe ser, y un carpaccio de salmón ($3.590) también en regla, aunque sería mejor el queso rallado de otra forma (y no dispuesto en tumulitos, lo mismo que las alcaparras).” “Luego, un lomo vetado a lo pobre (o pobres arterias, a $5.190)) y una entraña exquisita ($4.590) y no chiclosa, con ensalada de tomate y palta (con una palta entera tamaño XL, a $2.290). Sobre los postres, vaya la recomendación: si quiere comerlos, ahórrese la entrada. Y sobre la carta de vinos, tiene la misma doble vocación del restaurante: deja felices a moros y cristianos, al que quiere lo mismo y al que quiere algo más.”

SOLEDAD MARTINEZ (Wikén)
(24 abril) EL ANTOJO DE GAUGUIN (Pío Nono 69, Patio Bellavista, fono 737 0398): “Pese al predominio de las especialidades árabes, se ofrecen algunas griegas e italianas, una de éstas siciliana. Lo que más me gustó fue el pollo oriental ($ 6.400), en tiernos trozos con salsa curry, cebollín, canela, pimientos rojos, leche de coco y lonjas de plátano frito. De los dos cuscús de la lista, uno se prepara con siete vegetales, cebollitas acarameladas y frutos secos, pero preferí el llamado Real ($ 7.500), que incluía cordero (excelente), pollo y verduras, coronado por mucha y gustosa cebolla. En ambos casos, y especialmente en el segundo, reina la abundancia, como para compartirla.”

RODOLFO GAMBETTI (Las Últimas Noticias)
(24 abril) CHINA VILLAGE (Salvador Izquierdo 1757, La Reina, fono 277 7499): “China, en cuanto a comidas, es casi un continente completo. Y aunque la comida cantonesa, en sus versiones simplificadas, es la que conocemos mayormente, hay otros núcleos de identidad absolutamente propia, como Hunán, Beijing, la comida manchú. O como el estilo de Sichuán, que se caracteriza por el uso de picante y especias. Precisamente éste es que se incorporó a la carta de otoño-invierno, aprovechando que sus dos nuevos cocineros son de ese origen.” “…hacen un plato notable con la tilapia, ese pescado de criadero que se importa de Ecuador en la tilapia en salsa tausi ($5.750), con el filete tausi ($ 6.300) y el pollo kumpao ($ 4.200) abundantes platos para compartir, al estilo chino. Y sin duda el imperdible de la nueva lista es el caldillo de camarones al curry, una deliciosa bisque (sopa de camarones) con fideos de arroz (por sólo $1.950). Para probarla el primer día frío de abril y filosofar sobre el equilibrio de los contrarios y el pensamiento zen.”

CARLOS REYES (La Tercera)
(24 abril) AZUL PROFUNDO (Constitución 111, Providencia, fono 738 0288): “El que busca comida marina, eso consigue. Parte de la carta alude a clásicos de clásicos, mientras que otros poseen rasgos exclusivos del local que se agradecen.” “De lo clásico, alzas y bajas. Se nota que el Cebiche del Azul ($ 4.900) es una de las especialidades de la casa. Robustos y frescos dados de salmón macerados término medio al limón (ojo: pensando en el estándar nacional, no en el peruano), con justos toques de cebolla, pimentón y jengibre, que no hicieron más que resaltar al pescado. Gran plato. Por el contrario, la gracia de unas Machas a la Parmesana ($ 5.900) está en que sus lengüitas aparezcan blandas, acaso al dente, y sí que lo estaban. El detalle: mucho parmesano molido -del barato- sobraba en la superficie, restándole calidad a una preparación correcta en la forma. Menos (queso) y más (calidad en el parmesano) no le vendría mal a este plato tradicional.” “…un sitio que viene a ser una pequeña sala de embarque hacia la culinaria costera nacional.”

YIN Y YANG (La Segunda Internet)
(24 abril) HOTEL CASA HIGUERAS (Higuera 133, Cerro Alegre, Valparaíso, fono 32-249 7900): “Si ese alojamiento satisface sin duda al turista exigente, el complemento necesario lo da una gastronomía hábilmente diseñada para el estilo de un hotel de tamaño mediano (unas veinte habitaciones impecables), que en su restaurante Montealegre no intenta sobresalir por lo insólito de una cocina de autor pretenciosa sino gracias al equilibrio natural que se obtiene con productos de excelencia y sabores gratos. La carta ofrece 20 platos ($ 4.500 a $ 9.100) más postres ($ 2.800 a $ 3.000) que incluyen lúcuma y mote con huesillos. Resulta lógico el predominio de los pescados y mariscos, pero también hay lo suficiente en setas, pastas y carnes.” “La preocupación personal de los dueños, Teresa Navarro y Gonzalo Velasco, y del gerente Enrique Papic, ha logrado, a partir de una inspiración inicial de alto rigor culinario, mantener una cocina de nivel muy parejo cuyas recetas armonizan perfectamente entre sí, logrando en definitiva más unidad de estilo que si pretendieran impactar cada una por su cuenta.

BEGOÑA URANGA (El Sábado)
(25 abril) LODGE ANDINO (Fundo El Ingenio, Cajón del Maipo, fono 861 3176): “Internándose por el Cajón del Maipo, pasado San Alfonso, a 65 kilómetros de Santiago, cuando la naturaleza comienza a tornarse agreste, se encuentra uno de los secretos mejor guardados de la zona: el Lodge Andino. Un lugar paradisíaco que aparece como de la nada.” “La gastronomía y los vinos son parte importante. Y la cena al aire libre, con un asador en el que el cordero se cocina lentamente, servido con ensaladas y buenos vinos, es una combinación deliciosa para quienes valoran el refinamiento. ¡Ah! El pisco sour del comienzo es realmente bueno y lo sirven bien frío.” “¡Nada mejor para escaparse de todo! Lejos, pero al lado de Santiago, es ideal para olvidarse del mundo y del planeta.”

PILAR HURTADO (Mujer, La Tercera)
(26 abril) DALOU (C. Guzmán 194, Providencia, fono 848 8773): “En vez de pedir un plato cada una, picoteamos varias cosas que demoraron en llegar a la mesa: una quiche lorraine bien buena, aunque la masa de abajo estaba un tanto cruda. El mismo problema tuvo la quiche de espinacas. Junto a la carbonade flamande, un sabroso guiso de carne -que nos pareció algo nerviosa- cocinada con cerveza negra, nos comimos las mejores papas fritas que, creo, he probado en mi vida: grandes, crujientes por fuera y casi un puré por dentro. También pedimos una ensalada chevre chaud, que viene con tostadas con queso de cabra tibio y un rico detalle: confitura dulce de cebolla entre el pan y el queso. De postre, probamos una crème brûlée que estaba OK y una mousse de chocolate que parecía una terrina por lo concentrada y compacta. Era rica y preparada con buen chocolate, aunque para mí no respondía a lo que uno espera cuando se pide mousse.El servicio es amable y bien intencionado, pero lento y justificándose con que "todo acá se hace a la minuta”