martes, 25 de diciembre de 2012

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR


UN AÑO GASTRONÓMICO PLANO

Sin muchas novedades finaliza el 2012 gastronómico. Una apertura por aquí o un cambio de chef por allá fue lo más importante del año que se nos va. Nos habíamos acostumbrado a una actividad gastronómica más agresiva y con frecuentes desafíos. A decir verdad, pareciera que todos se dedicaron a cosechar lo que habían sembrado en años anteriores y conocimos pocas primicias que valieran la pena.

 Como contrapunto, el mundo de los vinos, espumantes y licores se movió como nunca. Audaces enólogos experimentaron con nuevos vinos y el mercado del espumoso creció vertiginosamente. Bien por ellos, ya que están siendo una de las imágenes de Chile en el exterior.

A decir verdad, lo repetitivo este año en gastronomía fueron los libros y las ferias. Más de alguien pensó que esto de escribir libros y de editarlos) era un buen negocio y muchos se embarcaron en esta afición que sólo acarrea frustraciones. Incluso para los que prestaron sus nombres para editar un libro ya sea de recetas o de fotografías. ¿Se venderán mil ejemplares?, ¿dos mil?... quién sabe. Posiblemente el próximo año reciban un cheque por un monto ridículo. Nuestro mercado no es lector y los libros de recetas no son de exportación. La salvedad, las revistas y libros que se publican con un generoso sponsor, una de las pocas posibilidades que aún se prestan para lucrar con esta actividad.

De las ferias, poco que decir. Muchos, y viendo el éxito de la limeña Mistura, quisieron (y aun desean) copiar el modelo para realizar en Santiago algo similar. Salvo algunos dignos ejemplos, como el Mercado de Caldillos de Curicó, el Chancho Muerto de Talca y en menor medida el Mercado Paula, las otras exposiciones dejaron un sabor amargo en la boca de los que conocen el tema. Algo digno que meditar.

Si la actividad gastronómica en la capital fue plana, ni hablemos de las regiones. Hay algo más en ellas ya que el boom hotelero y la apertura de casinos de juego en ellas han sido un aporte a la actividad. Sin embargo, aún falta mucho por recorrer y aún más que aprender.

Esperemos que el 2013 sea más movido. Que salgan nuevos chefs a la palestra y restaurantes con buenas propuestas. No puede ser que lo más comentado este año gastronómico sea el cierre del San Remo. Si es así, vamos por mal camino. (Juantonio Eymin)