martes, 6 de mayo de 2014

DE COPAS


LA VIÑA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

Miguel A. Torres

La viña vinífera es una de las plantas más sensibles a los cambios de temperatura. Si dentro de veinte o treinta años las temperaturas suben 2º o 3º C, la cultura mediterránea del vino será la primera víctima, igual que lo fue hace miles de años. Probablemente, si se cuenta con suficiente agua, sobrevivirán diferentes cultivos hortícolas o vegetales. Pero en cuanto a la viña, los vinos serán muy diferentes. Por eso, no podemos sólo cultivar la uva, sino que es necesario seleccionar ciertas variedades -a veces muy delicadas- que son las únicas capaces de producir grandes vinos en las nuevas circunstancias climáticas. Hemos dedicado años y esfuerzos a aclimatar esas plantas en suelos y comarcas apropiadas, como tierras en las zonas más cercanas al Pirineo, buscando temperaturas más frías, en altitudes de hasta 1.200 m.

Esta preocupación de los viticultores de todo el mundo por el clima ha fraguado en diferentes ideas, como Sostenible Vineyards. En realidad ya extendida por distintas zonas del planeta. Sostenible Vineyards es un código de buenas prácticas de cultivo, que no exige un esfuerzo inversor importante. Éste último aspecto es fundamental para actuar responsablemente en el viñedo y en la bodega, ya que el vino nace de esa armonía.

Wineries for climate protection   

En España, desde hace 3 años, se está trabajando para crear un grupo que denominamos Wineries for Climate Proteccion, y que se propone incluir a todas las bodegas españolas preocupadas por el cambio climático. El primer Simposium se celebró en Junio del 2011 en Barcelona, y contó con la presencia del Sr. Ricardo Lagos (Enviado especial de las Naciones Unidas para el Cambio Climático) Desde entonces se ha trabajado arduamente para conseguir un protocolo que permita homologar las actuaciones de las empresas y una adecuada auditoria. Wineries for Climate Proteccion es un proyecto más ambicioso y amplio que el de las regiones que son simplemente “sostenibles”, ya que contempla una reducción importante de la huella de carbono; o sea, un control notable de la contaminación. Si tomamos el año 2008 como referencia, esa reducción sería del 20% por botella para el año 2020.

España es líder en este proyecto. Desde el año 2007 muchas empresas vinícolas venimos desarrollando diversas actividades para tratar de paliar los efectos del cambio climático. Creemos que esa responsabilidad común forma parte también de nuestro aporte a la sociedad, nuestra labor de investigación, nuestra vocación de calidad y nuestro horizonte de desarrollo. En algunos casos, hemos instalado energías renovables, como placas fotovoltaicas, calderas de biomasa, etc. Nuestra experiencia es que ese proyecto responsable -porque implica salud y vida- despierta una gran motivación en los diferentes equipos de nuestra bodega, que se suman muy creativamente a esta iniciativa.

Nos encontramos realmente en un momento crucial, y está en juego el futuro de las próximas generaciones. El modelo de nuestra economía está demasiado marcado por el lema de “ganancia a cualquier costo” y de manera inmediata. Una visión más universal y humanista del desarrollo exige contemplar muchas perspectivas del progreso, del bienestar, de la salud y del mundo que legaremos a nuestros hijos. El último gran aumento de la temperatura en nuestro planeta ocurrió hace unos 55 millones de años, cuando se elevó alrededor de 6º C. Ese efecto destructivo se prolongó durante un periodo de aproximadamente... ¡veinte mil años! Hoy, los llamados gases de efecto invernadero (dióxidos de carbono y de nitrógeno, metano, etc.) son responsables del aumento de la temperatura. Aumento, progresivo y rápido, iniciado con la llegada de la industrialización. Por eso debemos tener conciencia clara de que nuestro desarrollo debe hacerse de forma responsable e inteligente, tutelando la vida, que es nuestro tesoro y el fundamento de toda civilización y cultura. Los viticultores y los empresarios del vino hemos representado siempre una cultura de salud y convivencia. Y queremos seguir luchando por ella.