miércoles, 6 de junio de 2018

BUENOS PALADARES


CRÓNICAS Y CRÍTICAS                                           
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA

LAS ÚLTIMAS NOTICIAS
RODOLFO GAMBETTI
(MAYO) THE RAJ (Manuel Montt 1855 / Providencia / 2271 60077): “A diferencia de los indios habituales, tan generosos en colores fuertes, bronces y divinidades, prefiere el mínimo de adornos y muros blancos. Pero no necesita rostros de famosos ni fiorituras en la presentación de los platos.  Su extensa carta vale una mirada.” “Tentación inmediata, los camarones 95 ($ 9.900). Pero hay que revisar a conciencia la surtida carta. Por ejemplo, en panes, generalmente cocinados en tandur, el horno de greda, hay una docena de posibilidades: el naan, de ajo, de queso, de mantequilla, relleno con castañas de cajú y pasas, de cebolla, integral, con pasas, ají, crujiente… Variedad de kebabs, todos acompañados con salsa de menta. Y dosas, masas todas con sopa de lentejas. Salvo los productos frescos, locales, el local importa directamente sus insumos, lo que garantiza impecable identidad.

WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(JUNIO) KROSS BAR PROVIDENCIA (Orrego Luco 066, Providencia / 33225 4773): “Donde estuvo el Santa Pizza de calle Orrego Luco, ahora está esta filial del pionero en Bellavista. Amplio y bien atendido (por jóvenes muy despiertos y sonrientes), apenas un par de fallas enturbiaron levemente esta experiencia. La primera: no tenían orejas de chancho fritas. Una real pena.” “De los fondos, uno más liviano y otro más denso. Primero, un tártaro de trucha con palta y manzana ($6.400), picado fino, con sus tostadas. Fresquito. Y a la par un guiso de esos contundentes y espesos, de carne y cerveza oscura, con algo de cebolla y papas fritas encima ($7.900). La verdad, en buenos tamaños, como para olvidarse del postre (y tienen unos churros de plátano y un berlín enchulado, para la próxima).”

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(JUNIO) PUERTO CALBUCO II (Román Díaz 965, Providencia / 22341 8926): “En este país de mucho mar y pocos puertos, la cocina marítima sigue siendo pariente pobre.” “Un plato de machas a la parmesana, en que cada concha trae dos lengüitas minúsculas, a falta de una de porte decente, por atinada que haya sido, como en este caso, la preparación (queso rallado, no laminado; mantequilla y poco más), no cumple con las expectativas: uno quiere una lengua gorda de macha, marisco delicioso. Y si bien la empanada de mariscos era a la antigua, es decir, con un pino de mariscos picados y cebolla y buen aliño a la chilena, no era frita, sino de horno: poco feliz innovación; hay algo en la fritura que es esencial a esta preparación chilena, y que aquí no estuvo presente.” “Una de las glorias del pescado frito en Chile, cuando está bien hecho, es que muestra su linaje del sur de la península ibérica, región que, a través de andaluces y portugueses, ha dado al mundo la maravilla del estilo "tempura", adoptado con deleite por el Japón. En este caso, el congrio frito del plato "a lo pobre" carecía absolutamente de esa liviandad estupenda: por el contrario, era pescado arrebozado en una frazadita de batido (bien aliñado, eso sí). Las papas fritas y la cebolla, muy bien hechas; pero, ¡ese congrio de las Juanitas costeras con su superficie crujiente, seca, sin gota de grasa, dorada! El congrio frito es la prueba de fuego de un restorán marino, así como, en materia de postres, lo es la leche asada en cualquier restorán chileno de cualquier estilo.”