martes, 28 de agosto de 2018

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR


 
MEZE
La verdadera cocina turca
En Turquía, país que alberga a 80 millones de habitantes, llaman meze al aperitivo, que suele ser suculento, atractivo y sano. Ahí, y en pequeños platillos, grupos de turcos se reúnen y degustan köfte, falafel, mücver, champiñones rellenos, hojitas de parra, queso blanco, melón y un largo etcétera que generalmente lo acompañan con Raki, su licor nacional, una bebida aromatizada con anís y producida a través de la doble destilación de la uva, que se bebe mezclada con agua.

Pero no todo es aperitivo en este gran país.

Hace cinco años, Onur Erdemir, un turco con estudios de gastronomía en Francia y que llegó a Chile a turistear pero se encontró una chilena que le abrió el corazón, decidió instalar un restaurante con la cocina que le apasionaba. Encontró un local en Manuel Montt y comenzó a preparar su restaurante con ayuda de sus amigos turcos (una colonia bastante pequeña) y el beneplácito de la embajada de ese país en Chile. A poco abrir, el boca a boca fue su campaña publicitaria y hoy se alza como único que presenta la verdadera comida turca - otomana en Chile. Claro, todo el mundo conoce los Döner kebab, esa carne en láminas con mucho de fast food, pero eso no es turco, es alemán (aunque fue inventado por un emigrante turco). La real cocina turca es diferente y  tiene influencias de todos los países que estaban en el imperio otomano: Grecia, Bulgaria, Líbano, Armenia, etc., pero también del Asia central.

Ubicado entre Europa y Asia Central, en Turquía se ha creado con los siglos una gastronomía que es abrumadora por su variedad, alegre a la vista y muy sabrosa al paladar. Turquía huele a cilantro picado, a verduras frescas, a damascos orientales, a carne a las brasas y pescado recién salido del mar. Huele a canela y a pan crujiente recién horneado, a dulces de miel, almendras y pistachos y a aromáticas especias. La verdad es que Turquía huele bien y sabe mejor.

La carta del Meze ha ido creciendo con los años. Su carta es muy representativa de la cultura gastronómica actual de los turcos. No hay picores. Obvio que los sabores varían por el uso de especias que poco utilizamos, aun así, se dice que la cocina turca es sencilla y honesta, sin falsos artificios ni promesas a medio cumplir. La variedad de sus platos y la calidad de su materia prima la convierten en un placer asequible y saludable. A pesar de lo que se pueda uno imaginar en un principio, la comida turca no enmascara los sabores de sus ingredientes principales y, por ello, aunque el país sea famoso por sus especias, éstas sólo realzan su sabor, jamás los ocultan.

Bonito lugar con una terraza interior muy acogedora. Limpio, ordenado y con un servicio acogedor, la fachada poco dice de su amplio interior. Acá hay que venir con ganas de probar platos nuevos y combinaciones de sabores atrevidos, pero muy agradables.  A los mezes iniciales (una tabla de diferentes platillos por $ 15.900), hay que probar la típica ensalada del pueblo turco, la Peynirli çoban salatasi (5.850) con tomate, pepino, cebolla morada y sumac (especia con sabor a limón), hojas de menta fresca, limón y queso de cabra, servido con aceite de oliva y salsa de granada, que lo transportará inmediatamente a este lejano país.

Para los fondos, dos buenos ejemplos son el Centik Kebap (tiras de filete de vacuno salteado, acompañado de papas fritas hilo, y salsas de yogurt y tomates, $8.950), y el Begendili tavuk şiş (8.750), que son brochetas de pechuga de pollo marinado, puré rustico de berenjenas y queso acompañado con arroz. Sin embargo, no hay que perderse uno de los platos más típicos de la cocina turca, el Testi kebabi, que será una de las grandes atracciones del lugar. Se trata de una vasija de cerámica sellada completamente y que en el interior se cocinan lentamente al fuego directo y arena, trozos de cordero, tomates, ajo, pimiento, papas, cebollas enanas y comino. Tras horas en el fuego, el cocinero llega con la vasija a la mesa y procede a romperla y repartir entre los comensales uno de los estofados -o guisos- más maravillosos que se pueden probar alrededor del mundo. Con una suavidad y sabor que sorprende, para ello llegó a Santiago el chef turco Alí Bisyukafit, quien comandará la nueva carta que se estrena uno de estos días.

A la hora del postre, lo mejor y más representativo es su degustación de postres (5.250), con Baklava, irmik helva, sekerpare y helados.

Agende una visita. ¡No se arrepentirá ¡

Meze / Av. Manuel Montt 270 / 22378 3646