martes, 4 de junio de 2019

LA LISTA DE LA SEMANA


CINCO POSTRES QUE SACAN SUSPIROS

Durante años, el Volcán de chocolate, postre que llegó al país de la mano del restaurante Bice, que se encontraba en el hotel InterContinental, fue el rey indiscutido de todo buen final de almuerzo o cena. Como suele suceder, esta receta fue imitada en miles de restaurantes y en cientos de ellos aún son deleite de los comensales. Sin embargo, los tiempos cambian, los paladares también y por ello esta semana le entregamos cinco grandes postres que no dejan a nadie indiferente.

 

 
TORTA DE CHOCOLATE / MUU STEAK
Húmeda, esponjosa y llena de peruanidad, esta torta que combina un burbujeante biscocho de chocolate peruano con capas de manjar, es un placer de esos que nunca hay que arrepentirse. La buena mano de la repostería limeña en todo su esplendor (Distrito de lujo, Parque Arauco)

 

 
CHEESECAKE DE LECHE DE CABRA Y DULCE DE MEMBRILLO / MULATO
Es-pec-ta-cu-lar. Por eso quizá nunca lo ha sacado de la carta y es uno de los grandes caballitos de batalla de este lugar. Un suave, cremoso y ligero cheesecake bañado con salsa de membrillos es parte de su carta de presentación, convirtiéndolo en todo un símbolo para la repostería chilena. ¡Imperdible! (J.V. Lastarria 307, Centro)

 

 
BAKLAVA / MEZE
Para alzar las manos y alabar a los dioses es este dulce que tiene como D.O al pueblo turco. Un pastel elaborado con pasta de pistachos triturados y distribuida en una masa filo con mantequilla y bañado con jarabe de miel es, sin duda, el postre favorito de los amantes de la cocina del medio oriente. (Manuel Montt 270, Providencia)

 

 
CREPES SUZETTE / LA CASCADE
Una de las joyas de la alta repostería francesa y casi siempre elaborada frente al comensal, es parte de un rito que acá nunca se ha perdido. Más aún, solo preparada con materias primas nobles como Grand Marnier, jugo natural de naranjas y mantequilla de calidad, los convierte en uno de los postres más finos de la capital. (BordeRío. Local 8. Vitacura)

 

 
PICARONES / LA MAR
Hincarle el diente a un picaron peruano, de ligera masa frita elaborada con harina, camote y zanahoria, bañado con miel de higos, anís y especias, es un placer que va más allá de la glicemia que se pueda tener, ya que deja hermosos recuerdos y provoca una gran adicción. (Nueva Costanera 4076, Vitacura)