martes, 18 de junio de 2019

LA LISTA DE LA SEMANA


CINCO BURBUJAS CON MALICIA
A veces pensamos que el primer combinado con champagne debió prepararlo Dom Pérignon en el bar-monasterio de Hautvillers. Lo cierto es que hay mezclas tradicionales y otras más profanas. Para toparse con este tipo de cócteles es cosa de buscar y encontrar en la memoria, en los bares y en la leyenda, ya que, en esto de cócteles con espumosos, con cava y hasta con champagne, es algo de toda la vida.  
 

 
BELLINI
El Bellini es una verdadera obra de arte y la cima de la unión de los vinos espumantes y la fruta hecha puré. Inventado en 1948 por Arrig Cipriani, hijo del propietario del Harry’s bar de Venecia, este cóctel rinde homenaje a los cuadros del pintor Giovanni Bellini (1430-1516) que en 1949 se expusieron en dicha ciudad. El color naranjo-rosado de los duraznos empleados en la receta recordaba los tonos usados por el pintor. Con prosecco verdadero y puré de duraznos frescos, el Bellini supera fronteras.

 

 
CÓCTEL DE CHAMPAGNE
El champagne cocktail es uno de los primeros cócteles con champaña publicados en la historia. En la película Casablanca (1942), Victor Lazlo y el Captain Renault piden champagne cocktails en el bar. Con este par ejemplos se puede decir que, si quiere ser una persona refinada y que sabe del buen beber, disfrutarlo vale la pena. Este cóctel lleva tres ingredientes, uno de los cuales es espumante. Los otros dos son un cubo de azúcar y amargo de Angostura que baña el azúcar. Luego apórtele las burbujas y se sentirá en cualquier lugar elegante del mundo. Este cóctel debería encontrarlo en cualquier buen bar del país. Si lo miran con cara de pregunta, el barman es un novato.  

 



SPRITZ
El spritz es un ensamble refrescante que nace durante el periodo de la dominación austro-húngara en la zona de Venecia y Trieste. En su formato original, algo más vulgar, era obtenido de la mezcla entre agua con gas y vino. Con los años, el spritz se ha ido sofisticando, limando asperezas y buscando un camino para llegar a la cima de los aperitivos. Se edifica con tres partes de espumante prosecco, dos partes de Aperol, un toque de soda, hielo y una rodaja de naranja. El Aperol es un producto con mística aparte, un bitter cercano a los 11° de alcohol y resabios de naranja, ruibarbo y aristas florales. Con calor en el cuerpo, es insuperable.

 

KIR ROYAL
El licor de cassis tiene la gracia de ser vecino del sector que desde un comienzo le guiñaba el ojo a las burbujas que engalanaban el vino de Champagne. El cóctel nace en Dijon, en 1904, por iniciativa de un camarero, el señor Faivre, que combinó hábilmente dos productos emblemáticos de la región (para suerte nuestra no se atrevió con la mostaza). Este aperitivo gustó mucho en el ayuntamiento de la ciudad y empezó a servirlo en sus fiestas en lugar de champagne. No adoptó el nombre de Kir sino hasta 1951 en honor al canónigo Kir, amante de esta bebida y alcalde dijonés desde 1945 hasta 1968. Aunque es un aperitivo para espíritus almibarados, con un espumante seco logra el equilibrio perfecto.

 

 
MIMOSA
El Mimosa es un cóctel para beber en cualquier momento. Creado en 1925 en París, hay quién dice que fue en el Hotel Ritz, también hay quién afirma que es obra del Harry's New-York Bar. En lo que todo el mundo está de acuerdo es que su nombre está inspirado en una flor amarilla, la Acacia Dealbata (nuestro clásico Aromo), de un color parecido al del cóctel. A diferencia de otros cócteles que normalmente se sirven de noche, la Mimosa se puede beber en desayunos, eventos matutinos o brunchs. A esa hora no produce sentido de culpa. Mitad jugo de naranjas frescas y mitad espumoso, es la gloria en los días de descanso. Todos los hoteles de calidad deberían ofrecerlo a la hora del desayuno.