miércoles, 10 de septiembre de 2008

LOS APUNTES GASTRONÓMICOS DE LOBBY



MANCINI:
BUENOS AIRES EN SANTIAGO

En el mismo lugar donde vivieron y murieron los restaurantes Etna y Baobab, Enrique Rozental, un empresario chileno abrió hace un par de meses el restaurante Mancini, una franquicia del bonaerense Mancini ubicado en pleno centro de Buenos Aires. La idea, comida italiana abundante y sabrosa, con una ambientación de primera calidad y buen servicio.

La apuesta es interesante. Nuestra visita coincidió con un ajuste a su larga carta donde predominan las pastas elaboradas en casa. No hay chef, algo tradicional en las trattorias, pero si hay sabor y buena presentación. Albos manteles y buena vajilla recibe a los clientes. La oferta y la carta es interesante. De entrada nos reciben con un muy buen pisco sour y algunas etiquetas de vino argentino para degustar unos grissinis con ricotta mientras preparaban los antipasti de la ocasión. Los ofrecen sencillamente como "entradas" y de ellas puedo destacar unas muy bien logradas aceitunas rellenas de ternera y rebozadas acompañadas de salsa tártara (3.900), ideales para ir tomándole el pulso a este nuevo restaurante. La oferta de entradas incluye jamón crudo (5.400); tablitas de quesos (5.900) y pulpo condimentado con pimentones y aceite de olivas (5.400). También degustamos una agradable Ciambotta, un revuelto de berenjenas, cebolla y morrón frito (4.500) y unos delicados Malfatti Mancini, albóndigas de espinacas y ricotta fritas (5.400), muy al estilo italo-argentino.

La carta de entradas es más grande a la descrita. Como para ir "de tapeo" al Mancini y quedar contento. Sin embargo la oferta de pastas, ya sean frescas o secas, crêpes, risottos, algunos pescados, carnes y aves es tentadora. Los fondos, a un promedio de 7.800 pesos el plato, son abundantes, sabrosos y muy bien pensados. Como buenos argentinos, el Mancini tiene una oferta grande y variada destacando las "cuerdas de guitarra alla calabresa", con aceitunas negras, los "ñoquis con salsa boloñesa" y el "risotto de ossobuco" (la estrella de la casa) y el risotto di mare.

Para los que gustan de los postres, en el Mancini estarán en su salsa. El famoso y bienamado acaramelado de manzana aquí se presenta en todo su esplendor. Un delgado panqueque con manzana verde y helado de vainilla, además de los ya clásicos "volcanes" con chocolate caliente uno y con dulce de leche el otro, son realmente enviciantes. Más de noventa platos están a disposición de los que gustan de la comida italiana. La oferta del Paseo El Mañio se complementa con esta apertura y bien vale una visita esta primavera. Y no quedará con hambre. (Juantonio Eymin)


Mancini: Paseo El Mañío 1632, Vitacura, fono 953 6044

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