martes, 4 de agosto de 2009

LOS APUNTES GASTRONÓMICOS DE LOBBY


AIRES THAI EN EL AMBROSÍA

Cada cierto tiempo Carolina Bazán deja las cocinas de su restaurante Ambrosía y viaja al exterior para empaparse de nuevos productos, técnicas y recetas. Y como todos los años su destino es diferente. En esta ocasión, Inglaterra y Tailandia, de donde regresó solo hace unos días. Dejó atrás su pelo rojo y ahora es una rubia con un envidiable tostado adquirido en las idílicas playas tailandesas. Aprendió bastante de esa cultura y gastronomía también y lo demostró con una muestra de platos que poco a poco irá incorporando en su carta. Esa carta que siempre sorprende y que ha cautivado a cientos de adeptos que almuerzan regularmente en su céntrico local.

Y mantenerse cerca de seis años solamente ofreciendo almuerzos es una gracia que pocos pueden contar. Escondido atrás de la Casa Colorada en la calle Merced, la prensa no trepidó en hablar del “oasis del centro”, y se hizo conocido. Se las han arreglado para que su terraza sea tan agradable en verano como en invierno y eso se agradece ya que su interior se hace muy pequeño para atender a los diarios comensales.

El plato típico y estrella thai es el pad thai, esa mezcla de fideos de arroz, ajo, jengibre, camarones, pollo, sésamo, salsa de ostra y de tomate, curries y maní que ha dado la vuelta al mundo por su calido sabor, fue una de las primicias que nos tenía Carolina. Ricos y agradables. No invasivos ni de gran picor. Un remake adaptado a sus comensales nacionales que poco gustan de los sabores picantes durante los días de trabajo. Un buen principio.

Siguió un lomo de cordero, blando y sabroso, acompañado de un timbal de puré de habas (sólo habas) y gelatina de menta. Un acierto invernal que dará que hablar. La menta thai, de intenso sabor aporta estilo y categoría a un plato de alta cocina y de excelente preparación. El “pollo thai” me defraudó eso sí. Quizá falto marinar más los trozos de ave en la salsa de acompañamiento ya que pareciera que el pollo entró en el último minuto a la preparación. Definitivamente un plato “en vías de desarrollo”.

Nada que decir de sus calamares a la gallega, que también degustamos y que pertenece al memorial de este restaurante. De intenso sabor se ha impuesto por años entre los parroquianos que gustan de estos cefalópodos. Para repetírselos.

Los postres, ambrosianos como deberíamos decir: tiramisú; rollitos de plátano; cheese cake de nutella; mousse de maracuyá y crème brûlée de naranjas son toda una experiencia para finalizar un almuerzo de calidad. Los vinos, donde prevalecen las etiquetas de Concha y Toro, acordes a la propuesta. Esa que ya nos tiene acostumbrado la familia Bañados, propietaria de este restaurante.

Cierran temprano y nos comentan que en primavera pretenden ampliar su horario de trabajo. Sería interesante tener en el centro de la capital un lugar agradable para beber una copa y degustar algunas delikatessen durante el after office. El lugar es ideal. Quizá no de noche cuando el centro de Santiago se transforma en tierra de nadie, pero mientras sea de día, sería un plus que muchos agradecerían. Esperemos por lo que viene. Mientras tanto, gocemos de los sabores que van mucho más allá de la propuesta thai, ya que Carolina sigue ofreciendo sus platos de siempre, de inspiración francesa, italiana y peruana en un ambiente de calidad. (Juantonio Eymin)

Ambrosía: Merced 838-A (Detrás del Museo Casa Colorada), Santiago Centro, fono 697 2023.