martes, 30 de abril de 2013

MIS APUNTES GASTRONÓMICOS

RISHTEDAR
Un indio con traducción al español

Hay que ser prácticos en la materia ya que tratar de aprenderse los nombres que le ponen a los platos indios es una larga tarea. Está bien saber del “naam” o de las samosas, pero obligar a conocer la carta en su idioma es sencillamente una tarea de largo aliento.

En el Rishtedar lo saben y por ello tienen un servicio que explica todo en español. Vik Ram Thadani es el propietario y lo acompañan en esta aventura dos cocineros que poco o nada saben de español: Ram Sinhg y Atul Negi. Se especializan en la cocina de la costa de la india y los resultados son bastante buenos para los amantes de los picantes curries. Claro está que en este sur del mundo, lo ofrecen en una escala del uno al cuatro. ¡Menos mal!, ya que aguantar el picor de sus preparaciones es toda una proeza.

Como no quería ahogarme con los picores, partí por lo básico. Ricas Samosas (empanaditas con comino rellenas de papas y verduras y acompañadas de una salsa de cilantro y menta, $ 3.400 las cuatro unidades) de rico sabor y consistencia. A su lado, siete champiñones con salsa blanca y castañas de cajú y cardamomo (4.200). Entre lassi (la bebida tradicional india preparada con yogurt o vino chileno, opté por la segunda opción, un Tierra Noble sauvignon blanc de todo mi gusto.

Gigantes los naam, ese pan indio que ayuda a empujar: dos diferentes en la mesa y había que hacerles un hueco, de ajo y de cilantro, grandes muestras de la gastronomía del Rishtedar. De fondo, y para placer, tres preparaciones entregadas el lindas ollitas enchapadas en cobre: pollo, camarones y lentejas rojas. Estas últimas (4.300), con especias indias y crema al curry, un poema. El pollo (6,300) macerado en salsas indias y los camarones (6.900) con salsas indias y coco, fueron acompañados de un buen y graneado arroz basmati (2.400).

Plátano frito con helados artesanales de almendra y pistachos (3.600), además de unas maravillosas bolitas de almidón de leche maceradas en agua de rosas (3.200) para un dulce y agradable final.

El lugar es cómodo y relativamente económico. Lo adornan figuras de la india y si bien no tiene la majestuosidad de otros restaurantes que ofrecen esta especialidad en Santiago, tiene un público fiel que lo sigue. Una calle tranquila a pasos de Providencia le ayuda a mantener su ambiente y sus platos son sabrosos y suculentos. A una tremenda oferta de platos le suman un delivery con valores bastante atrayentes. Ideal para un almuerzo o una cena diferente. Personalmente creo que si bien la comida y el lugar están OK, si lograran tener a su personal de sala vestidos a la usanza india, el lugar no pasaría desapercibido para nadie. Es difícil, pero no imposible.

En resumen: una picada india de las buenas (Juantonio Eymin)

Rishtedar: Av. Holanda 160, Providencia, Fono 231 3257