martes, 16 de julio de 2013

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR

MULATO
¡Bien por Lastarria!

El barrio Lastarria no sólo está de moda, si no que muchos inversionistas ya pusieron sus ojos en estas cuadras y lo están transformando en uno de los sitios predilectos de la capital. A la fecha, aparte de restaurantes de toda índole, tres hoteles de características boutique están construyéndose y no hay día –ni noche- que este barrio sea un verdadero paseo de santiaguinos y turistas. Debido a ello, sólo quedan algunos recuerdos de viejos almacenes que más temprano que tarde deberán abrirle paso al desarrollo.

A pasos del nuevo /y en construcción) hotel Cumbres, se encuentra el Mulato. Justo en la entrada al Museo de Artes Visuales, Cristian Correa, un chef de los serios y trabajadores, instaló ya hace un tiempo y en una antigua casona su restaurante. “Sin socios”, me advierte. “Y sin espumas” le replico, tras su paso por cocinas contemporáneas.

Lo suyo es lo chileno, pero con una vuelta de tuercas a lo tradicional. Y todo tiene su razón en pos del sabor. Dejando fuera el tradicional cebiche, que ya es casi nuestro plato nacional, me incliné por un maravilloso Huevo pochado con grandes lenguas de erizo, yuca frita, confitura de cebolla y tomate; un plato magistralmente logrado y de un sabor excepcional ($.5900). ¿Chileno?, cierto, pero con esa necesaria “vuela de tuerca” que necesitan muchos restaurantes. La lengua, ese difícil sub producto del vacuno y tan difícil de conseguir en restaurantes, acá se presenta en una salsa de avellanas, chis de camote y berros en una vinagreta de fresas. Fino y delicado, una entrada caliente que cuesta $6.800.

Bien chileno mi primer fondo. En lebrillo de greda, un contundente y sabroso “Caldillo de Mar”, con pescado y mariscos, tomates refritos y cebollín (8.900), ideal para un día frío e invernal. Tan suculento que tuve que compartirlo con un colega de profesión que estaba dándole el bajo a una Merluza austral con pastelera de choclo y ensalada chilena con olivas y cilantro. (9.400). Lo dulce del choclo desgraciadamente no hizo el matrimonio perfecto del plato, un detalle que Correa solucionará prontamente.

Complementa la oferta tres ensaladas diferentes para las féminas que gustan cuidar las calorías aunque sean fanáticas de los postres, como lo fue un estupendo cheese cake de queso de cabra y un suave dulce de membrillo (4.900), que le dieron la nota feliz y adecuada a una fría noche invernal.

Cerca de la medianoche salimos del Mulato y nos asombramos con la cantidad de público que aún estaba en Lastarria. Ya sea en las terrazas o en su interior, es un barrio en movimiento, uno que se esperaba hace mucho tiempo en la capital.

Me gustó la cocina de Cristian Correa. Con un servicio algo lento, quizá debido a la escasez de mozos y más clientes que lo esperado, Mulato promete ser un referente de este barrio que está tomando un vuelo impensado y que aún permanece tranquilo y sin desmanes, a pesar de la poca vigilancia que se observa en el lugar. Ojalá se conserve y crezca tranquilamente. (Juantonio Eymin)     
 
Mulato: José Victorino Lastarria 307, Barrio Lastarria, fono 2638 4931