martes, 8 de abril de 2014

BUENOS PALADARES

CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA    

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(ABRIL) YUE JAI (Vergara 193, casi esquina Sazié. Santiago centro, fono 2696 4423): “Fuimos ahí por recomendación de una querida amiga china. Y ahí van también los chinos-chinos que pasan por Santiago y sufren náuseas con lo que comen en el noventa por ciento de los restoranes cantoneses.” “El lugar es modesto; la atención no profesional y amable; las explicaciones, a media lengua. Pero lo que se descubre, muy interesante. Como un verdadero costillar cantonés, con salsa de tamarindo discretamente agridulce, sin ese rojo furibundo de otras partes ($5.200); róbalo entero al vapor ($6.000): soberbio, aderezado con verde de cebollín y jengibre; guatitas de pescado con pollo ($5.600), delicadas, con deliciosa salsa (la guatita es, según entendimos, algún tipo de ventresca, de textura y consistencia curiosas); alitas fritas de pollo ($5.200), riquísimas. Hay también costillar cantonés en salsa negra y aromática; tofu relleno con chancho; carne fuyón (una especie de tortilla); sopa de albóndigas de chancho con verduras; fideos de arroz con estomaguillo de vaca (no pregunte: coma y disfrute).” “Gran mérito, comenzar a presentar la auténtica cocina cantonesa, en expresiones que no conocíamos aquí. Son pocos los restoranes que la ofrecen, y aquí se da muy, muy bien: pruebe a despercudirse y conocer novedades, que ojalá aumenten.

WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(ABRIL) PEZ DE ORO (Manuel Montt 1060, Providencia): “Una primera alarma es llegar a un restaurante y encontrarse con el personal cenando, lo que genera una incomodidad mutua. O sea, si están abiertos están en funciones ¿no?” “Luego, una serie de platos que hacen desandar el camino que han trazado otros restaurantes peruanos. O sea, hace diez años podría haber pasado este lugar por la categoría de relativamente bueno, pero hoy ya no.” “¿Un pulpo al olivo con textura post-refrigerador? No, ya no ($6.300). Y para probar la inventiva, unos ostiones Bloody Mary ($6.500), con jugo de tomate, vodka, salsa inglesa y tabasco (según la carta), servidos en sus conchas, a los que les faltaba vodka y que además venían con pulpa de tomate, no jugo.” “Señores del Pez de Oro, por favor y como dijo Nietzche, conviértanse en lo que son.”

MUJER
PILAR HURTADO
(ABRIL) NAOKI (Vitacura 3875, fono 2207 5291): “Como a las dos nos fascinan los erizos, nos tiramos por ese lado con un roll Uni, un concentrado del sabor maravilloso de este fruto del mar, relleno con erizos, con salsita de su jugo y las puntas tempurizadas y presentadas en cortes sobre el plato. Sublime el resultado. Pedimos también una ensalada de wakame con pepino y nabo, muy rica (el wakame es un alga verde). De los uzusukuri (una de las técnicas de corte del pescado en la cocina japonesa, muy fino), queríamos el de pejerreyes, pero tuvimos un malentendido con el mozo, quien llegó con el sakana (pescado) del día, que era corvina, servida también con erizos y una microrrodaja de ají rojo fresco, aliñado con yuzu y un toque de rica rica (hierba nortina).” “…el broche de oro fue el famoso unagui foie, anguila con un trocito de hígado de pato y salsa de anguila (dulce), realmente alucinante. Vienen dos bocados y cuesta $7.500, pero bien los vale.

LA CAV
CARLOS REYES
(ABRIL) LA MARMITA (Plaza Francisco Sampaio 678, Punta Arenas, fono 61- 222 2056): “En una ciudad donde la historia de su vida fue la cruza de viajeros venidos desde todo el mundo, no es excepcional contar con una cocina que se nutra de toda esa larga tradición. Es por eso que en La Marmita puede aparecer un corte de carne de guanaco grillado, junto a cálidos y sustanciosos curantos en olla, al lado de un trozo de Lomo de cerdo brillante y agridulce, o una serie de cebiches de corte peruano o thai. O cualquiera de las creaciones surgidas del trabajo de Lorena Riquelme y Alfredo Pérez, sus mentores. La Marmita ya de nombre, posee un tono maternal sin mayores poses. Y así es, un espacio cálido, iluminado, donde la madera predomina y la decoración posee un carácter sencillo y lúdico. Algo que hace juego con diversos eventos que van desde comidas especiales a música en vivo, donde el jazz es invitado frecuente. Un sitio para disfrutar sin complicaciones una cocina con carácter, sabrosa y en absoluto diferente a lo que se puede conseguir en otros lugares de la capital magallánica.”

UNOCOME
CARLOS REYES
(ABRIL) LA LUNA (O’Higgins 1017, Punta Arenas, fono 61-222 8555): “Unos Calamares a la romana ($ 4.950) con un batido con cereales que resulta suave y crocante, gracias a una fritura perfecta sin rastros de aceite. El marisco, blando, grato, a temperatura; un snack sin tachas con un gran pero, que inició el punto de inflexión hacia las zonas grises de La Luna: sabor cero. Perfecto a la vista y en textura, pero fue como si se les hubiera olvidado echarle sal, y pimienta, y especias, y enjundia, y gracia. La parquedad de una ama de llaves de película victoriana. “Un olvido del sazonador, quien sabe. A lo mejor la especialidad de la casa movía más el espíritu. No por nada el Chupe de centollas valía $ 12.250 y se promovía como un referente austral del plato. Gratinado atractivo y bajo éste, un lebrillo burbujeante y cálido que invitaba a un patache marino. Sólo después de dejar un tercio del plato porque hace rato se había acabado la carne mucho antes del tiempo esperado, bajo una sazón que dejó respirar el sabor del marisco, aunque sin marcar la diferencia, por ejemplo, del Mercado Municipal o picadas afines, el recuerdo de esa frase inefable que es “las apariencias engañan” quedó rondando mucho rato. Demasiado para un local bien vestido y que más allá de esta visita, tiene su atractivo.”