martes, 16 de agosto de 2016

BUENOS PALADARES


CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA
 
 
WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(AGOSTO) MAESTRANZA (Franklin 1215 / 995377428): “La carta se presenta en una pizarra. Son platos concebidos, se nota, por la directriz de los mejores insumos del día. Y no necesariamente de los más destacados en otra clase de restaurantes de barrios más pitucos. Hay panita, corazón o entraña de caballo. O sea, el que viene sabe a lo que viene. Aquí no se transa, al parecer. El problema es que hay demasiadas advertencias y salvaguardias sobre lo lento de su cocina (que llegan hasta ser amenazantes para quien se atreva a alegar), las que repletan sus muros. “En una primera visita, sentados a la una y media de la tarde (hora a la que abren), con dos mesas ocupadas, llegaron 45 minutos después un pedazo de filete a lo pobre ($9.000) y uno de entraña ($8.500), casi crudos, vuelta y vuelta, sin limpiar (con sus membranas y grasas, difíciles de comer) y sin haber sido consultados previamente sobre su punto de cocción. Lo mejor, lejos, fue una prieta hecha en casa ($1.500), que se pidió fuera de la oferta.” “Para un sitio que parece propiciar la cocina de mercado, mal.

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(AGOSTO) MATSUDO (Príncipe de Gales 6918, La Reina / 22226 0498): “Matsudo es un lugar relativamente nuevo, todavía en rodaje. Otro más de los muchos de estilo nikkei, capaz de presentar algunas creaciones realmente notables en creatividad, calidad y solidez. “… donde volvimos a elevarnos, y esta vez hasta el mismísimo empíreo, fue con un plato peruano: el cordero al cilantro ($7.000), acompañado de arroz blanco y un trozo de yuca. ¡Qué garrón grande, tiernísimo, con el sabor corderil justo, sin pasarse ni un punto! La salsa podría, para nuestro gusto, haber tenido más cilantro; quizá los retaca aquí conocer ese nefasto dicho chileno: "Bueno el cilantro, pero no tanto". Error profundo y pernicioso. Este plato es digno de antología, siempre que traiga un cordero así de joven, tierno, suculento, cocido a la perfección y jugoso.” “Otro plato peruano de gran calidad, a la altura de los mejores que hemos probado, fue el picante de mariscos ($6.800), con su salsita de picor justo (quizá disminuido, para lo que se estila en Lima), con su arroz blanco.”

LAS ÚLTIMAS NOTICIAS
RODOLFO GAMBETTI
(AGOSTO) DON GAVIOTA (El Roble esq. Guanaco /Recoleta / 22621 1838): “Ni qué hablar de ceviches, chupes, caldillos, cancatos y pastas con mariscos, las tentadoras empanaditas e inevitables picoteos. Como la tabla de camarones ecuatorianos apanados ($11.900), locos con machas y ostiones parmesanos ($10.990), o su famoso jardín de mariscos ($21.990). Con un pulpo a la parrilla que promete. Para los que buscan novedades tienen unas sabrosas ancas de ranas brasileñas al ajillo ($13.900), conejo escabechado ($6.900), el atún sellado y hasta la centolla entera ($34.600). O una langosta al vapor ($38.000), que preparan en una hora (compare precios con el Mercado Central).” “Para beber auténticos pipeños, sangrías y terremotos, amén de algunos vinos bien elegidos para una picada. A lo que agrega interminable lista de buenos tragos, con clavos oxidados, martinis secos y una letanía de sabrosos destilados de certificada procedencia.”

MUJER
PILAR HURTADO
(AGOSTO) EL BATÁN (José Luis Araneda 20, esquina con Irarrázaval, Ñuñoa / 22349 3749): “La carta es contundente e incluye sánguches de chancho, butifarra, lomo saltado, pavo, pollo a la brasa, churrasco, e ingredientes poco habituales para estas preparaciones en Chile, como plátano, camote o piña. También hay ensaladas y porciones de papas y camote para picar. A esto se suma variedad de salsas peruanas (huancaína, olivo, pollera, rocoto) y tradicionales como tártara, mayonesa y golf (100 pesos la porción, muy ricas todas). Nosotras probamos los sándwiches peruano pobre y chanchirrón. El primero es una hamburguesa casera que nos pareció demasiado aliñada, con plátano frito, huevo frito, lechuga, tomate y salsa criolla (cebolla morada con limón) en pan amasado. En el mismo plato, al ladito, papas hilo (los peruanos suelen ponerlas dentro de los emparedados). El aliño de la hamburguesa hacía que el plátano pasara inadvertido, lamentablemente, porque la jugada de incluirlo nos pareció audaz y divertida. Es grande y no muy fácil de comer, considerando que en principio no ponen cubiertos. El chanchirrón nos gustó mucho más, es chancho confitado con especias, donde la carne estaba sabrosa y blandita, acompañado de camote frito, salsa criolla de hierbabuena y mayo peruana en marraqueta, un pan que combina muy bien con estos ingredientes. Este se puede comer con la mano. Hay buen café, y de postre nos tocó un correcto cheesecake de chocolate. La atención es amable y la carta larga”