martes, 22 de noviembre de 2016

BUENOS PALADARES


CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA

LAS ÚLTIMAS NOTICIAS
RODOLFO GAMBETTI
(OCTUBRE) QUITRAL (J.V. Lastarria 79 L. 4 / 22664 0850): “…gratos e inesperados estallidos de sabor convierten un almuerzo cualquiera en momento de fiesta. No necesita títulos, ni menciones ni alabanzas: basta con la ocurrencia de esa palta ligeramente grillada con salsa de camarones ($8.300) que agregó a su carta, y nos llena la boca de placer.” “Tampoco hablemos de su crudo de filete de res ($8.300) –o de vaca, para los castizos- que se enriquece con la inesperada crocancia de unos granos de quínoa tostados y cebolla encurtida. Más el perfume vegetal de su espejo de salsa de perejil. Rico plato, que no necesita de alambiques, ni conjuros ni conspiraciones planetarias para entusiasmar las papilas.” “Vaya con las sorpresas. Para fondos, un langostino recostado junto a un calamar relleno de chupe de pulpo ($14.700) -que recuerda vagamente el retrato de Josefina Bonaparte. En un jardín de papas semilla salteadas en mantequilla de avellanas y queso cabra, entre choros maltones. ¡Les encargo el sabor de tal composición!”

WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(NOVIEMBRE) COLAPEZ (Víctor Manuel 2246 / 22506 5347): “Esto pasa pocas veces en la vida: ser incapaz de comerse el plato entero, pedir la mitad restante para llevar y, ya en la nochecita, terminar la tarea con beneplácito. Es que esos tallarines salteados con verduras -muchas y muy variadas-, con camarones, chancho agridulce, trozos de lomo y de pollo apanado, son de antología. Y son uno de los platos de Colapez, un restaurante peruano plantado donde estuvo Piscis Australis en una de las arterias principales del barrio Franklin, la calle Víctor Manuel.” “Lo mismo que un magno cebiche mixto ($9.000) hasta con pedacitos de loco, con todos sus tradicionales acompañamientos, con su toque picante y, para un peruano, tal vez cortado muy chico, pero son cosas de la transmigración y tal. La sazón estaba de lujo.”

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(NOVIEMBRE) LILI MARLEEN (Julio Prado 759, Providencia / 22341 6213): “…hemos gozado de nuevo con unas chuletas Kassler al horno ($11.850) que desafían, literalmente, toda capacidad de descripción, así son de suculentas, de delicuescentes, de delicadamente ahumadas... Aquí hay una maestría y una prolijidad raras entre nosotros, tan a menudo despaturrados, a la diabla. Y el chucrut con que las pedimos ($3.300) es una obra de arte: sin nada de esa atroz acidez con que el palurdo popular lo asocia sino que dulce, infinitamente especiado. Pensábamos que, con él y unas simples papas cocidas, podría uno comer como príncipe.” “La gorda ahumada ($7.850) es también un monumento al buen tino en la sazón de una cosa tan simplota como este embutido, que en lugares pseudo populares es sometido a terribles usos y enmayonesamientos y ketchupizaciones: aquí fue escoltada por un insigne puré de manzanas ($2.950), también digno de recordación, y una ensalada alemana de papas que está a una distancia sideral de las "papas mayo".”

MUJER
PILAR HURTADO
(NOVIEMBRE) DONKAME YOKO (Bellavista 0376, Providencia): “La carta es muy breve y llama la atención la apuesta de este japonés de no tener rolls ni sashimis; tiene siete entradas, cuatro ramen, tres donburi (cuenco en el que se sirven carne, pescado, vegetales sobre arroz) y cuatro especiales. No tiene patente de alcohol, por lo que solo se puede tomar bebidas. Nosotras probamos el atsuage, queso de soya frito acompañado con jengibre y cebollín, que nos encantó, muy suave el tofu -el mejor que he comido en mucho tiempo- y equilibrados sus aliños. Para cambiar el sabor pedimos gari, que es ese jengibre encurtido que acompaña al sushi y que aquí tienen, pero nos respondieron que solo lo sirven a quienes piden la bandeja de almuerzo. Probamos también el karaage, muslos de pollo deshuesados y fritos, que también nos parecieron deliciosos, muy calientes y recién hechos, crocantes y contundente el plato para ser una entrada. De los donburi pedimos katsudon, lomo de chancho fileteado en panko con salsa agridulce, huevo y cebollín servido sobre arroz blanco, que también estaba mojadito y sabroso.” “Aunque sencillo y sin sushi ni alcohol, Donkame Yoko cumple con entregar comida sabrosa y rapidez, si bien la calidad de su oferta merecería mejor servicio y puesta en escena. Por el momento destaco su relación precio-calidad.”