martes, 24 de octubre de 2017

BUENOS PALADARES


CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA

LAS ÚLTIMAS NOTICIAS
RODOLFO GAMBETTI
(OCTUBRE) RUBAIYAT (Nueva Costanera 4031 / 22617 9800): “Ponen a criterio del respetable la posibilidad de elegir entre cortes, precios y sectores, según el despostado brasileño. La lista incluye ojo de bife, picaña, bife de chorizo, filete, bife de tira, entraña, tirita de picaña y mollejas de corazón, de 350, 320 o 380 gr., con valores de $16.900 a $19.000, o una cotota megadegustación de tres carnes que suman 580 gr. (ojo de bife, bife chorizo y picaña, por $35.500. Como variante, pollo de grano, chuletas de cordero y hamburguesas de 200 gr. Su acompañamiento propone un despliegue de guarniciones a todo dar, desde papas fritas (agregue otros $5.300, hasta puré trufado ($6.300). Hay bastante para picar y compartir. Y de alternativa, pulpo al horno, una fideuá -en versión aún española-, de camarones con azafrán. O un pescado del día, al horno.”

MUJER, LA TERCERA
PILAR HURTADO
(OCTUBRE) LA MAESTRANZA (Av. Vitacura 5468 / 23223 5280): “Compartimos un crudo de vacuno La Maestranza, que aquí hacen con carne cortada a cuchillo (a menos que la haya cortado un samurái con una katana, yo juraría que esta vez la pasaron un par de veces por la moledora, ya que era como un puré), viene con pocillos de cebolla morada, alcaparras, pepinillos y mostaza en granos, todo picado bien pequeño. El limón que acompaña es sutil y las tostadas son de pan artesanal grueso y crujiente; nos gustó bastante.” “También probamos un Osso Lucco, emparedado de osobuco en pan ciabata casero, servido con mermelada de tomates, hojas verdes y media palta fileteada perfecta, además de coleslaw de repollo morado en potecito aparte. Estaba delicioso, solo un detalle: los amantes del osobuco amamos la médula, que yo pondría en potecillo al lado, bien caliente, para disfrutarla junto al sándwich.” “La Maestranza no defrauda…”

WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(OCTUBRE) JOHN NORTON (Alto Las Condes, local 3229 / 98290 1897): “De entrada, unas tostadas con roast beef ($8.800) que incluían en su bautizo "Hein beans", por traer porotos agridulces de esa marca. Bueno, primero que nada fue flaco favor al placement, porque no tenían porotos. Luego, una palta ofrecida en la carta, inexistente. Y, lo peor de todo: unas lonjas minúsculas de algo que NO era roast beef, porque en este la carne viene rosadita, y esto era carne cocida en su totalidad. Un chiste. Y malo.” “Luego los fondos, de una oferta donde destacan precios altos para ser un lugar informal (mantel y servilletas de papel, y con un par de platos en su carta a... $23.000). Primero, unas albóndigas sobre puré de papas rústico y con cebolla caramelizada ($9.800). Y hay que decirlo: por suerte el cuchillo era de los aserrados, porque eran ricas y duras las albóndigas, lo mismo que un pedazo de papa poco cocido escondido en medio del puré. Las cebollas sí estaban buenas.”

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(OCTUBRE) LA PERLA DEL PACÍFICO (Parque Arauco, local 372-A / 22656 7013): “Para empezar pedimos una Selección de frutos del mar ($22.900) para dos: se nos trajo, entre abundantes lechugas de adorno, un potecito de erizos, una copa con cebiche de pescados, unas diez ostras chicas, unas cuantas patas de jaiba, algunos choritos al vapor y pulpo frío. Tuvimos que pedir alguna salsa, porque el plato llegó así, mondo y lirondo. Jaibas congeladas con mala textura; ostras impávidas que no fueron probadas por instinto de supervivencia; buen cebiche. Disfrutamos, sí, de los erizos; pero, por ese precio, uno espera algo sustancialmente mejor.” “Como tuvimos que cancelar una orden de atún, que no había (fuimos de los primeros en llegar), pedimos una merluza austral al ajillo ($11.900), que no tenía mucho ajillo, para ser francos, aunque estaba cocida a punto. Y otra merluza austral sellada (mismo precio) acompañada de las consabidas verduritas al wok. El otro acompañamiento (motivo por el que pedimos el plato) fue un guiso de mote con mariscos: muy bueno; el mote se comporta bien casi con lo que le pongan. Pero ninguna de estas cosas valía lo que tuvimos que pagar por ellas” “…una cocina corriente, con pocos aciertos, en un ambiente excesivamente ruidoso.”