miércoles, 26 de noviembre de 2008

OPINIÓN




¿CHAMPAGNE O QUÉ?

Pronto, en Chile y en el mundo Champagne no será un sinónimo. El vino, gasificado naturalmente y elaborado fuera de la región de Champagne, en Francia, deberá tener un apellido distinto. Nosotros, acostumbrados a llamar champagne a cualquier vino espumoso (o gasificado) deberemos cambiarle el apelativo. Champagne: sólo para los franceses y su región. ¿Nosotros? Aun no damos con un apelativo que nos distinga.

En los Estados Unidos ya se le llama Sparkling Wine. En España, Cava. En Argentina, Espumoso, Lo cierto que en Chile aun no tenemos calificativos para identificar este tipo de vinos. Para ser sinceros, preferimos adaptarnos a las políticas globales y adecuar conceptos extranjeros para identificar nuestras producciones. ¿Podríamos ponerle Chupilca a nuestros vinos con gas natural? Obvio que no. Eso es muy picante. ¿O Pipeño por así decirlo? No. Esos nombres no están a la altura de los vinos y de las viñas. ¡Un día propuse “pop wine”!, ¿y saben lo que me respondieron?... Ese nombre esta patentado, así que es mejor quedarnos con el “espumoso famoso” que dictaron los argentinos.

Así somos y así seremos. Líderes pero mediocres. Capaces pero tímidos. Un país de emprendedores que copian ideas del exterior. Somos los primeros y a la vez los últimos.

Sin embargo, las tres “Be”

Se acercan los plazos. Champagne solo será el producto de una región francesa donde sus suelos, calcáreos, entregan un sublime producto. El resto, que se las ingenie. Es el tiempo de las D.O., de las tan apreciadas y vilipendiadas Denominaciones de Origen, hoy más que nunca vigentes en un mundo globalizado. Sebastian Nazábal, “embajador” de la casa Mumm en Argentina me movió para escribir esta nota. Para él, el noble producto de “origen”, aunque se elabore bajo las mismas normas, no debe ni puede tener el mismo apelativo. Como si algún día elaboren pisco en Japón e intenten bautizarlo de la misma manera. Tanta razón tiene que los espumosos que trajo al país, y elaborados en Francia y Argentina, tienen fuertes diferencias a lo que se hace en Chile.

Sin embargo, los chicos de Wain (no todos tan chicos), en su última edición realizaron una cata de estos burbujeantes vinos y los resultados son muy interesantes. De las burbujas nacionales las máximas calificaciones fueron para la Brut de Miguel Torres ($ 9.900) y un Brut de Cono Sur ($ 6.990). De los espumosos argentinos sobresalieron la Brut Nature de Bodegas Cruzat ($ 9.900) y la Extra Brut de la Finca Flichman ($ 5.900). De los famosos Rosé, un Brut Rosé de Bodegas Chandon de argentina logró la mayoría de votos ($9.900).

Las Cavas españolas también fueron evaluadas y destacaron a la Cordon Negro de Freixenet ($ 7.990) como la mejor de ese país. Obviamente, las muestras francesas también fueron catadas y los mayores puntajes fueron para el reserve Brut de Pol Roger ($29.000); Brut Reserve de Taittinger (($37.900), Millésimé Brut de Laurent Perrier ($ 40.000) y el Special Cuvée de Bollinger ($39.000).

Como se puede leer, hay de todo y para todos. Precios buenos y de los otros. Sabores parecidos y diferentes. Lo claro es que nuestro actual “champagne” ya no será tal el año 2010, y para ello queda solo un suspiro. Conociendo a la industria, creo que mantendremos el nombre de “espumoso” para nombrar a este vino tan asociado a fiestas y celebraciones. Sin embargo el consumo nacional de burbujas ha ido en constante crecimiento. No es “el momento dorado de los espumantes” como tituló un diario de circulación nacional refiriéndose al crecimiento de la industria. Pero algo es algo y nuestras dignas variedades no desentonan para nada en el mercado de los vinos con burbujas. (Juantonio Eymin)