miércoles, 29 de julio de 2009

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR




ESTANCIA EL CUADRO

Si este proyecto estuviese enclavado en el Valle de Uco, en Mendoza, de seguro ya habría salido en todas las revistas couché del país y del extranjero. Pero como está en Casablanca, a una hora de viaje de Santiago, aun no es conocido por muchos ya que abrió sus puertas recién este 2009. Una estancia de 600 hectáreas ubicada en el sector Tapihue del valle de Casablanca y cuyos dueños (la familia Meiss, ligada a la hotelería durante décadas) decidieron construir un atractivo turístico de calidad y de grandes dimensiones.

No dejaron nada al azar. Y el proyecto aun debe crecer. Sin embargo, encontrarse con una moderna construcción que aloja restaurante, tienda, museo y salones para reuniones y eventos es una novedad, y de las buenas.

Un gran fauno de madera nos recibe un soleado mediodía de invierno. La tienda, generosa y práctica, nos enseña artesanía de todo Chile, atuendos típicos, joyas, alimentos y vinos de su propia elaboración (El Cuadro) que comercializan sólo aquí y en los hoteles de la familia a lo largo del país.

El tour que ofrecen es más que entretenido. En carruajes traídos de Versalles comienza la visita por la viña y un extraordinario “Jardín de Cepas”, una iniciativa que emocionará a los amantes del vino. Allí, en largas hileras se muestran una treintena de cepas vitivinícolas diferentes para que los curiosos puedan –en temporada- reconocer follajes y saborear las distintas variedades que mantienen. Es un jardín, nos comentan. Estas uvas no se vinifican. Están para el placer de los sentidos. La casona, inmensa, tiene su propio museo, una atracción visual de la elaboración del vino y destilados allá en el 1900 con figuras humanas talladas en madera de gran realismo y precisión. Otro acierto.

Tras una cata de sus propios vinos (blancos del lugar y tintos curicanos), un corto pero cultural paseo por las tradiciones chilenas se realiza en la medialuna del lugar. Cueca, caballos chilenos y una clase de rodeo deja más que contentos a los turistas extranjeros. De regreso a la casona, aperitivo en las grandes terrazas con un chardonnay sour de buena factura y empanaditas de atún-manzana de agradable sabor y presentación. Luego, el almuerzo. Tres menús a disposición: chileno, tradicional y vegetariano. Vinos de la casa: chardonnay y carménère los mejores de los catados.

Había que probar y degustar así que pedimos una serie de platos elaborados por el chef del lugar, Francisco Javier Guzmán, a quien le dejamos una serie de consejos con el fin de mejorar su propuesta. Buena materia prima y mejores ideas: pimientos del piquillo rellenos con atún; láminas de alcachofa con jamón crudo; el infaltable filete con capuchino de setas; salmón; arrollado huaso y plateada al horno con porotos y mazamorra, entre otros. La carta chilena es absolutamente más atractiva que la tradicional, además, así debe ser. Jugar con la chilenidad en un sitio donde mandan las tradiciones debe ser parte de una propuesta casi obligatoria para estos lugares.

¿Más? Si. Una iglesia ecuménica ubicada el lo alto de una loma, de estilo moderno y de gran capacidad hace de este lugar una atracción doble. Ya han celebrado matrimonios donde han asistido cerca de 500 personas. Circuitos para caminatas y una paz tremenda hacen de este lugar un atractivo ideal para grupos, turistas y nacionales que desean una estadía más que agradable, la que podrá ser más larga una vez que comiencen la construcción del hotel, parte fundamental de este emprendimiento de largo aliento.

No han escatimado recursos para ofrecer un producto de calidad. Que les falta, claro. No es fácil armar una infraestructura de importancia en esos territorios. Pero tras ello hay un equipo humano que sabe atender y hacer bien las cosas. Como en todas partes hay detalles que pueden ser corregidos rápidamente. Lo que interesa es que a una hora de Santiago, una familia de hoteleros decidiera, sin necesidad quizá, entregar a la comunidad un proyecto cuyo valor agregado es mucho mayor al costo que representa visitar el lugar.

Si algún día tiene la oportunidad de viajar a Casablanca, acuérdese que cerquita de ahí y por un camino pavimentado puede llegar a conocer este complejo turístico que lo dejará feliz y encantado. Por el momento abren de lunes a sábado. En temporada será la semana corrida. Vale la pena. (Juantonio Eymin)

Estancia El Cuadro: Sector Tapihue, valle de Casablanca
Fonos: 32- 215 6817 / 268 2000 anexo 1813
E-mail:
info@elcuadro.cl