martes, 11 de agosto de 2009

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR


ÓPERA
Revitalizando el centro

Felices y orgullosos están en el Ópera. Más bien dicho, en el complejo Opera Catedral. El reciente mes de julio fue el mejor de toda su operación comercial. Y eso en el Chile actual, es casi un milagro.

Sinceramente no esperaba tal éxito. Si embargo se han manejado con gran profesionalismo y dedicación. Y parte importante de su éxito se debe a una especial trilogía que se ha ido armando con los años: su propietario, el abogado Juan Carlos Sahli; el gerente, Aldo Salgado y el chef Mathieu Michel. Un selecto personal y un eficiente trabajo de relaciones públicas han hecho el resto. Un equipo de primer nivel para un lugar que sigue creciendo.

“Pronto abriremos el café”, me cuenta el chef. Una casona lateral al actual restaurante fue totalmente remodelada para este efecto. Panadería propia, obviamente pastelería y heladería de lujo. Café desde la hora del desayuno hasta el atardecer. Una propuesta que los tiene entusiasmados y que pronto podremos conocer.

Pero llegué a conocer la nueva carta del Ópera y ahí me enteré de las novedades que les conté al inicio. Platos nuevos y otros no tanto para esta temporada. Tras un Kir Royal de aperitivo, una entrada que parece fondo, tan exquisitamente gustadora que a veces no darían ganas de probar otro bocado: un huevo frito (por ambos lados) en una cama de spaghetti y salsa de trufa negra. Simple, directo y al grano. Y acompañado de un malbec Chocalán, más apetitoso aún.

Y eso no fue todo.

De fondo (como si aun quisiera más), pedí un trozo de mero austral con ñoquis de champiñones y salsa de jamón serrano. Fino y delicioso. Para beber, otra exclusividad Toknar 2005 de von Siebenthal, un vino elaborado en un 100% con petit verdot, una cepa difícil de trabajar pero que en este caso es un gran bálsamo que ayuda a encontrar aun mejor el plato degustado. Un vino que nos acompañó en los quesos finales y a golosear un pan perdu de nutella, acompañado de helado de avellanas.

El viejo almacén que estaba en la esquina de Merced con José Miguel de la Barra mutó a restaurante de lujo y orgullo de Santiago Centro. En su nivel es difícil encontrar otro similar. Más aun, el barrio completo se valorizó con esta apertura. Y eso es digno de aplauso.

Llegar es fácil. Estacionamientos a pasos del restaurante los hay por cientos. El Ópera es el renacimiento de un centro lleno de verdades y de mitos; de buenos y de malos; de cosas feas y bonitas como todos los barrios de la Gran Capital, pero es un punto neurálgico que tiene y debe crecer. Bien por los empresarios que han creído en el lugar. Y mis felicitaciones al Ópera por este gran éxito. (Juantonio Eymin)

Ópera-Catedral: Merced 395, Santiago Centro, fono 664 5491