martes, 6 de agosto de 2013

MIS APUNTES GASTRONÓMICOS

THE WHITE RABBIT
Un conejo buena onda

The White Rabbit abrió sólo hace unas semanas y ya es comentario obligado de la escasa movida nocturna capitalina invernal. Dos de sus socios se conocieron en el Ritz Carlton y pensaron en un pequeño bar con esa onda típica de los bares juveniles norteamericanos: un lugar donde beber una buena botella de vino –sin que importe la marca- y comer lo necesario para no quedar con hambre. Comenzaron a darle vueltas al concepto y los resultados, a la vista, son de los buenos.

Las frías noches de agosto no han aportado casi nada al movimiento de público en el sector gastronómico, sin embargo, pasar por dos pesadas cortinas que abren las puertas del The White Rabbit, es entrar en otra dimensión de lo que se acostumbra en el mercado nacional. ¿Paños de cocina de algodón en vez de servilletas?, ¿caracoquesos?, ¿vinos de garaje?...

Recordar las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas, donde el conejo blanco nos invita a un lugar desconocido para vivir una experiencia novedosa, es un buen ejercicio al recorrer la ciudad. Y en esa ruta, si nos da hambre, ese animalito imaginario se puede transformar en un buen amigo.

Con una carta sencilla para despertar los sentidos y que promete deleitar el paladar, la chef, Pilar Astorga (que está formando una brigada de cocina antes de su viaje a Nueva Zelanda), apuesta por “una comida sana y rica, que la hacemos con cariño, incluyendo algunos productos orgánicos y 100% natural”. Así, brilla un Mac & Cheese (pasta caracol, salsa de queso mantecoso, parmesano y mimolett gratinados, aceite de trufa negra y tocino), que puede dar paso a un sándwich Cerdito Lechón, con un chanchito de finca que pasó varias horas en el horno, para luego ser acompañado de queso mozzarella artesanal, hojas de cilantro, pimientos verdes, rojos y amarillo, pepinillos y ají verde.

A los sabores que entrega Pilar, se suma la creatividad del californiano Chad Klonsky y del eslovaco Peter Vanek, quienes aportan con una grata ambientación, una tentadora carta de tragos y una atención en donde se involucran con los clientes: “Para que vengan y se sientan en casa”, asegura Chad.

Todo el estilo y la buena onda es lo que se puede encontrar en The White Rabbit. Un lugar pequeño, cálido, ideal para ir con amigos a disfrutar de buena música, excelente atención y un ambiente que sin duda hará de este sitio un best seller primaveral.

Buena carta de vinos, cervezas, destilados y cócteles (como el Rosé Sour, imperdible; o el Wild Rabbit ($4.000), con bourbon, syrup de jengibre, menta y pepinos macerados de la casa), y además una cocina casual llena de toques gourmet e ingredientes orgánicos, donde destacan los sándwiches, platos típicos como fish & chips ($6.500) o Meatballs sobre tostadas ($5.000) con toques trufados y opciones para vegetarianos; además de su nueva hamburguesa ($5.500), con queso mantecoso y kétchup casero hecho con tomate ahumado y especias.

Una cocina casera, sencilla y presentada tal como sus socios: amenos y amigables. (Juantonio Eymin) 

The White Rabbit : Antonia López de Bello 0118, esquina Chucre Manzur,  Bellavista. Fono 2503 4246.