martes, 29 de octubre de 2013

MIS APUNTES GASTRONÓMICOS

EL REGRESO DE LA MAR

Luego de un receso obligatorio de cerca de dos meses, La Mar abre nuevamente sus puertas a un par de cuadras de su antigua locación.

Ya no hay filas esperando mesas, como hace cinco años atrás, cuando Gastón Acurio abrió su segundo restaurante en Santiago. En esos entonces, La Mar se transformó en un fenómeno tan grande, que muchos restaurantes (peruanos y no tanto), copiaran sus ideas, incluso su festiva decoración. Hace un tiempo, los propietarios del antiguo local decidieron vender el paño de terreno para la construcción de un mall de lujo, lo de derivó en el cambio de ubicación, a sólo dos cuadras del anterior emprendimiento.

Todo es igual. Los arquitectos trataron de hacer un símil del lugar antiguo y lo lograron. Sin embargo, su capacidad creció gracias a un segundo piso que construyeron y que le dará un plus a las ventas del local. A pesar de sus precios, que no son baratos, La Mar sigue siendo uno de los íconos en lo que a comida peruana se refiere, a pesar de que la competencia es bastante dura.

Pisco sour, chilcano (pisco + ginger ale + jugo de limón) y pisco punch (con frutas) entre los favoritos para comenzar a conocer los nuevos platos de esta segunda etapa. Una gran brigada de mozos para un servicio alegre y rápido. Un Cebiche Lujurioso (12.400), con ostras, erizos, machas, pescado y leche de tigre con jugo de erizos, para comenzar el festín.

Música peruana, como debe ser, para seguir alabando alguno de sus mejores platos. Buena Causa limeña coronada con un mejor pejerrey apanado en quínoa y su clásica ensalada criolla (9.800); blandas láminas de pulpo al olivo con rocoto, coronando el almuerzo con Langosta y merluza austral sudadas en leche de tigre y pepián de choclo (14.800). Un plato para destacar dentro de esta nueva carta.

¿Más aún? Sí: un steak de atún a las brasas con papitas perfumadas en huacatay (14.800) y unos demasiado buenos y esponjosos picarones con miel que dejan la boca con sabor a poco.

La Mar es como una escuela de cocina y de servicio. Y como director de ella se encuentra el peruano polaco Bogdan Piotraszewski, que ha realizado una impecable gestión a cargo de este restaurante, donde es muy importante saber escoger bien los platos, ya que la carta es bastante larga. Y como no todo es miel sobre hojuelas, los cebiches (sin ser para nada picantes ya que los elaboran para el cliente normal chileno), a mi parecer, están sobrecargados de ajinomoto, un detalle pequeño, pero de rápida solución.

Si se toma en cuenta que La Mar es una cebichería (y no un restaurante de mantel largo), y a pesar de sus precios que están sobre la media, le pronostico un porvenir bastante provechoso. (Juantonio Eymin)

La Mar: Av. Nueva Costanera 4076, Vitacura.