Estamos acostumbrados a medir los
restaurantes en base a su calidad y servicio. Influye también la ubicación y el
tipo de comida que ofrece. Sin embargo existe un indicador que poco utilizamos
y que pareciera que es el fundamental. PERSONALIDAD. Una larga palabra que
incide directamente en el éxito o en el fracaso de un establecimiento.
Al año recorrimos muchos lugares en
Santiago y regiones. Y definitivamente los locales (por muy bien instalados que
estén o muy buena comida que ofrezcan) que no tienen personalidad propia, pasan
al olvido rápidamente. Y este es un concepto global que va bastante más allá
que un buen chef o un servicio de calidad. Hay detalles que hacen diferente a
un lugar y por ello sus mesas están repletas de comensales. No hay que
confundir moda con personalidad. Son cosas distintas.
Haga un ejercicio: revise mentalmente
los restaurantes que ha visitado últimamente y catalóguelos según su identidad.
Vea si la tiene o no. Y se dará cuenta de lo que escribimos en esta nota. La
gente busca experiencias y no copias; comida atractiva, sabrosa y sensaciones.
El éxito va más allá de una buena ubicación. Piense un poco en los locales que han cerrado sus puertas este último
tiempo y nos encontrará la razón. Vamos
pues, antes de pensar en un famoso chef o en elaborar un foie gras de alta calidad,
a buscarle identidad al negocio. Eso es de genios.