DIVERTIMENTO CHILENO
El Divertimento ("Divertimento
chileno" es el nombre oficial, para enfatizar la buena parte de su carta
que está constituida por preparaciones emblemáticas de nuestro país) nos ha
dado una buena sorpresa que, de buenas a primeras, lo constituye en un
restaurante digno de figurar entre los mejores de Chile. No lo encontramos en
las estadísticas de los "top ten" generados por encuestas de todo
tipo, por una razón muy simple: se publicita poco y ejecuta una cocina sabrosa,
pero sobria, en la que la parafernalia para la galería no tiene entrada.
Sabroso, cuidado y con muy buen ambiente, lo que en principio fue un
restaurante de pastas con énfasis en el turismo se ha transformado en una de
las mejores ofertas en la cocina chilena que tanto se extraña.
En el Divertimento, una plateada al
horno es una plateada; unos sabrosos porotos granados no son más que la suma de
sabores, aromas y texturas de porotos, choclo tierno, zapallo, un moderado
sofrito y el buen juicio de su cocina; y las machas, tiernas y bien aderezadas,
no son ni más ni menos que el sabroso bivalvo muy fresco y bien tratado.
Éstas son sólo una parte de las
preparaciones que hemos comido en apenas un par de semanas. Y todas han sido de
esa sabrosa y necesaria vertiente chilena que tanto hace falta en un país que
pierde su memoria gastronómica y que pretende hacer del turismo una fuente
importante de ingresos, sin ofrecer casi nunca a los visitantes comida digna y
representativa.
Lo que sí es obvio es que en el buen pie
del Divertimento influyó la incorporación activa y decisiva de las dos hijas de
Bruno Sacco, su artífice. Michelle, que ejerce con gracia y eficiencia los
roles de administradora y encargada de la imagen, y Flaminia, la interesante
jefa de las cocinas, que pese a su juventud ejerce con propiedad y categórico
don de mando la responsabilidad de hacer una cocina que, manteniendo sus
esencias, incorpora con admirable sensatez justas dosis de refinamiento y
diferenciación. Flaminia Sacco fue impulsada de adolescente a estudiar
sicología por su padre, pero las ollas pudieron más. A los 20 años ya era
camarera en barcos y, con dos años de escuela de cocina en Suiza, es una joven
maestra lúcida y clara en sus conceptos. Sabe lo que hace y no necesita
colgarse a ninguna moda ni adscribirse a tendencias. Por eso la cocina de este
lugar es cuidada, pulcra y graciosa, tanto que no puede ser mirada por sobre el
hombro.
La cocina del Divertimento es
categóricamente buena aun en sus preparaciones chilenas más clásicas: delicadas
y sabrosas empanaditas fritas; maravillosas sopaipillas con pebre de cochayuyo
y un pollo al coñac, gustoso, abundante y acertado en su ollita de greda
individual.
La plateada se prepara de dos modos
diferentes, a la chilena y "a la chillaneja" con vino blanco, y el
caldillo de congrio "a la Neruda" contiene camarones y anillos de
calamar. Otros platos emblema de la cocina chilena, como las cazuelas de ave y
vacuno, o el pastel de choclo, están diariamente en la carta y, en general, los
precios apenas superan los ocho mil pesos.
Nos gusta tanto esta cocina chilena que
aún no probamos nada italiano, que es otra de sus especialidades y sigue
ofreciéndose de maravillas. Por lo demás, el Divertimento está en los faldeos
del cerro San Cristóbal, en medio de la vegetación y ya lejos del ruido. Y
apenas a dos minutos en auto del Sheraton y a cinco de Providencia con Pedro de
Valdivia.
Un dato fijo para este verano/otoño en una de
las terrazas más acogedoras de nuestra capital. (Juantonio Eymin)
Divertimento Chileno: El Cerro s/n, esq. Pedro de Valdivia Norte,
Parque Metropolitano, fono: 22233 1920