martes, 12 de mayo de 2015

ACTUALIDAD


UN VISTAZO AL MUNDO VEGETAL
Todo partió con una semilla

Cuando hace miles de años a alguien se le ocurrió sembrar una semilla, inició la creación de condiciones artificiales para la vida vegetal. El hombre recolector dio paso al hombre agricultor creando condiciones artificiales para las plantas. Nunca en la naturaleza algún otro ser vivo había limpiado un campo de cultivo de otros vegetales para que sólo uno creciera. Las plantas siempre estuvieron a merced de las lluvias hasta que el hombre llevó el agua a las plantas para no depender del clima. Nunca una planta había evolucionado tan rápidamente como cuando el hombre empezó a seleccionar los ejemplares de los vegetales reproduciendo los que mejor le servían. Así fue que el hombre creo el maíz, el trigo, el arroz y otros cereales, que no existen de manera silvestre. Las primeras modificaciones genéticas a los organismos comenzaron hace más de 10 mil años cuando el hombre se hizo sedentario, agricultor y ganadero.

La tecnología para reproducir en condiciones artificiales los vegetales de los que dependemos ha ido variando a lo largo de la historia. Seguramente al principio sólo se arrojaban semillas donde se deseaba que crecieran los cereales. Miles de años después, se limpiaban los campos de otras plantas, se araban, se sembraban, se regaban y se fertilizaban. La agricultura no ha dejado de ir buscando y encontrando tecnologías que le permiten obtener más con menos. Con la llegada de la ciencia a la cultura humana, la tecnología para aumentar la productividad de los cultivos se potenció de manera impresionante. Las teorías sobre la vida, en particular la vegetal y los descubrimientos de la química sobre qué están hechas las cosas, cambiaron radicalmente las ideas sobre la vida vegetal dejando las explicaciones aristotélicas y entrando al conocimiento objetivo, despojado de explicaciones místicas y teorías falsas.

El siglo XXI ha estado plagado de opiniones respecto a lo orgánico sin conocer en profundidad el tema. La genética permitió crear nuevos vegetales en pocos años a diferencia de los miles que había tomado antes seleccionar variedades. El vigor y la productividad de los híbridos sorprendieron a una humanidad que no dejaba de crecer y de demandar cantidades en aumento de alimento. Cuando hablamos de “Chile: potencia alimentaria” debemos saber que la esperanza no está vinculada a lo orgánico. El concepto de “natural” no es real. La alimentación orgánica es hoy por hoy un placer costoso y así lo será en el futuro. Las técnicas de cultivo han avanzado rápidamente y el mundo natural no sólo se quedó atrás, sino que fue pulverizado por el desarrollo. La “huerta”, esa que proveía de alimentos a la familia y vecinos de las comunidades, ya es sólo un buen recuerdo campesino.  Como decía El Padrino: “No es personal, son sólo negocios”. (JAE)