PIZZERIA
CAPERUCITA:
En El
Bosque, obvio
Si el 2014
fue el año de los sánguches, no cabe duda que este 2015 será el de las pizzas, ya
que poco a poco se han abierto variados locales que venden esta especialidad. A
decir verdad, la pizza es un alimento sencillo de elaborar que mezcla simplicidad
e ingredientes básicos. Su ingesta es un fenómeno social, una de las comidas
rápidas más globales (junto con la hamburguesa), que se ha extendido desde
Nápoles al resto de Italia y posteriormente al mundo, debido quizás a la inmigración
italiana.
Poco importa
que la llamen ‘pita’ en Grecia, ‘flammkuchen’ entre la población de lengua
alemana o ‘rieska’ en Finlandia, porque los ingredientes básicos para la
preparación de este pan blanco, de forma circular y aplastada son siempre los
mismos: harina, agua y sal. Este tipo de pan, que se usa como base o junto a
los ingredientes tradicionales de las diferentes cocinas locales, aparece en
todas las mesas del mundo, aunque la que ha conocido mayor difusión, sobre todo
en la zona del Mediterráneo, es la 'pita' griega y el 'kebab' árabe. A esta
misma familia pertenece la pizza italiana. El origen del nombre aún no se
conoce con exactitud, aunque hay dos hipótesis que parecen ser las más sólidas:
La primera es que la palabra ‘pizza’ se remonta a la griega ‘pita’, como se le
denomina a su homónima ‘focaccia’ aplastada; la segunda defiende que se trata
de una derivación del participio pasado del verbo latino ‘pinsere’ (aplastar),
para indicar el gesto de aplastar la masa compacta en que se convertía durante
su elaboración.
Una de las
últimas abiertas en Santiago es Caperucita, cuyos propietarios decidieron llamarla
así a que está ubicada en la Av. El Bosque. Simpático nombre para un local
agradable, tranquilo y apropiado para degustar sus especialidades, donde la
carne (que proviene del restaurante Cuerovaca, como la mechada de wagyu) y la
mozzarella fior de late se funden con pasión para entregar un producto de
calidad sobresaliente a muy bajo precio.
No se sabe
si la pizza perfecta existe, pero sí que podemos aproximarnos a ella con tan
solo intentarlo. Es una de esas preparaciones nobles que le dan al pizzaiolo la
posibilidad de probar una y otra vez, hasta que sale sencillamente, perfecta.
Matías Reyes, el hombre detrás de las pizzas en Caperucita nos entrega sus
claves para conseguir la mejor de las mejores.
“La pizza es una alquimia de todos los
procesos; en la receta total, cada ingrediente y cada proceso son igual de
importantes”, afirma el cocinero. Aun así, parece haber algunos trucos para
lograr una pizza perfecta: “Un horno con buen calor y un descanso de la masa,
lento y progresivo”, asegura.
“Todas las
pizzas se hornean a más de 200° C; cuanto más fina es la masa, mayor deberá ser
la temperatura y, por supuesto, cuanto más gruesa, menor la temperatura. ¿El
mejor horno? “De barro y ¡con leña!”, porque la masa queda crocante por fuera y
tierna por dentro. Acá usamos hornos eléctricos de última generación ya que el
uso de la leña está prohibido.”
“La prueba
casera para comprobar la calidad de la mozzarella es muy sencilla: presionarla
con la mano dentro de un bol: si es buena, escurrirá un poco de leche. Si, en
cambio, no sale ningún líquido o sale agua, mejor probar con otro elaborador.”
La pizza,
como todo, es hija de la sabiduría y del amor con que se haga. Acá las elaboran
con amor. Y para acompañar, un bar de primera, con un amplio abanico de jugos,
cervezas, vinos y licores a precios que realmente invitan a una buena
sobremesa. Buena capacidad en el interior y una terraza ad-hoc al aire libre,
hacen de esta pizzería una de las buenas promesas del barrio El Bosque de
nuestra capital. (Juantonio Eymin)
Caperucita,
Av. El Bosque Norte 083 / 09 8136 2317