El año
pasado, el festival de pastas que realizó el restaurante El Cid fue una
novedad, y tanto fue el éxito que lograron que este año los ejecutivos del
hotel, en conjunto con el chef Gustavo Maurelli, decidieron realizar una nueva temporada
de pastas que durará hasta la primavera. Por ello, se contactaron nuevamente
con Pietro Granillo, propietario de una de las
importadoras más grandes de productos italianos, quien le puso a disposición lo
mejor de la península en lo que a materia prima se refiere. Así, durante todos
los sábados y domingos de invierno a mediodía, lo mejor de los antipasti, sopas
–como el minestrone- y pastas italianas
son las protagonistas de festivos almuerzos, donde toda la familia puede
disfrutar de esta especialidad que tanto gusta y entretiene.
Un sábado
frío pero soleado me recibió en este acogedor lugar. Ambientado con productos
del país de la bota y con música italiana de fondo, solícitos mozos me reciben
con una copa de vino blanco mientras recorro un amplio buffet de antipastos,
donde no falta el prosciutto (cortado in situ) ni los clásicos embutidos
italianos, como su sabrosa mortadela y salamis rellenos con almendras o
pistachos. El buffet es amplísimo: desde aceitunas, champiñones, pimentones,
espárragos, calamares, croquetas y un sinfín de novedades, muchas de ellas con
DO de origen -como el clásico queso grana padano-, o sea, calidad a flor de
paladar. Recalco la calidad de la materia prima, ya que es un tremendo placer
degustar “sin límite” algunas de las delicatesen de la Península.
Las pastas,
elaboradas en casa con harina italiana (que las hace absolutamente diferentes),
vienen en distintos formatos y diferentes salsas. Acá la idea es probar varias,
por tanto las porciones que sirven los mozos son pequeñas. Buen dato ya que no
son pastas de buffet (recalentadas en un richaud) sino preparadas en la cocina
al momento. Eso es un buen índice para entender que la calidad está
garantizada: spaghetti, spaghetti con tinta negra, macarrones, rigatoni, fettuccine,
gnocchi, lasaña con salsa de carne, lasaña de verduras, crepes rellenos de
salsa de brócoli y ravioles rellenos de espinacas. Las salsas son a elección
como pomodoro, boloñesa, Alfredo, pesto, putanesca, frutti di mare y salsa
rosa. Disfruté como nunca unos gnocchi con pomodoro y no logré terminar unos
rigatoni con una sublime salsa Alfredo. Para los menos prejuiciosos, una buena
variedad de pizzas de gran calidad. De postre –y cómo no- el ya cásico tiramisú
que el chef elabora hace 19 años y que según sus palabras, fue una de las
razones del por qué su mujer japonesa se enamoró de él.
Un panorama
imperdible para los almuerzos de estos fríos fines de semana de invierno.
$25.000 por persona (vino incluido y niños a la mitad) es una de las mejores
excusas para deleitarse con el producto italiano de calidad, el que sumado a la
tradición de estar en uno de los mejores y exclusivos restaurantes de la
capital, lo convierte nuevamente en uno de los festivales gastronómicos más
destacados del año. (JAE)
El Cid,
Hotel Sheraton Santiago & Convention Center, Av. Santa María 1742,
Providencia /2 2707 1111