LOS DIEZ PLATOS
FAVORITOS DE LOS ARGENTINOS
Se dice que la gastronomía de un país habla
mucho de la identidad de sus habitantes. En el caso de la Argentina, los platos
típicos no sólo tienen una personalidad muy definida sino que además se
consumen diariamente, como las milanesas con papas fritas, las empanadas y el
famoso choripán (o “chori” para los más íntimos).
¿Cuáles son los 10 manjares autóctonos que
uno no puede dejar de probar si está de paso por Argentina?
Este es el top ten:
1. Asado
Hierros
calientes, mucha brasa y carne de vacuno. No puede fallar. El asadito argentino
es una institución y se disfruta casi todos los domingos en cualquier patio o
terraza que tenga una parrilla, aunque sea pequeña. Tira de asado, lomo, vacío,
bondiola, entraña, mollejas, chinchulines, riñones, chorizos, morcillas, son
algunos de los cortes que deleitan a todos en esas tierras. Si se acompaña con
un buen vino tinto, el éxito está asegurado.
2. Milanesa con papas fritas
Se rumorea
que los argentinos tienen el hígado a prueba de balas. Será de tanto comer
milanesas con papas fritas, el dúo más exitoso del Río de la Plata (más que
Pimpinela). Muy simple: es una lámina de carne rebozada con huevo y pan rallado
que, por algún motivo que la ciencia no ha logrado determinar aún, combina
fabulosamente bien con unas papas fritas bien crocantes. Además es, por lejos, el plato favorito de
los niños argentinos.
3. Pizza
Los
italianos mienten: la pizza ya es patrimonio argentino. La mozzarella se come a
toda hora y en todas las situaciones posibles: al paso por la calle, en
reuniones de amigos o para sentarse a mirar un partido de fútbol en la tele. Su
acompañante natural es una o varias cervezas bien heladas. Además de la
tradicional muzza con aceitunas, se pide mucho la napolitana (queso y tomate),
la fugazetta (cebolla y queso) o la fainá, hecha a base de harina de garbanzos.
En Buenos Aires, el combo “Moscato (vino dulce), pizza y fainá” no puede faltar
en ninguna pizzería de barrio.
4. Empanadas
Si uno busca
en Wikipedia qué es una empanada, la definición es un tanto fría: “fina masa de
pan u hojaldre, rellena de cualquier alimento salado o dulce”. Está claro que
el que escribió esas líneas jamás probó una empanada argentina, en todas sus
versiones: la salteña, santiagueña, tucumana. A los gustos más comunes (carne,
jamón y queso y humita) se les pueden sumar pasas de uva, papa y aceitunas. La
empanada argentina es tan famosa que hasta merecería tener una calle con su
nombre.
5. Locro
Es el plato
invernal por excelencia. Con origen en el noroeste argentino, el locro es un
guiso espeso a base de maiz y zapallo, que lleva carne, papas, porotos,
legumbres y chorizo colorado (también están invitadas la tripa gorda y el
mondongo), entre otros ingredientes. Se consume sobre todo en las fechas
patrias: 25 de mayo y 9 de julio.
6. Choripán
Lo primero
que un turista debe hacer cuando llega a Buenos Aires es tomar un taxi hasta la
Costanera porteña, parar en un carrito y pedir un choripán. Con eso alcanza
para obtener la visa argentina y, en algunos casos, ganarse el dolor de barrriga
del año. El chori es la comida callejera por excelencia: una salchicha de cerdo
asada que se devora en formato de sándwich. Es muy pedido en los estadios de
fútbol y también sirve para arrojar a los jugadores o al árbitro cuando uno no
está de acuerdo con el resultado del partido.
7. Ravioles con tuco
La raviolada
del domingo es la excusa para reunir a la familia argentina alrededor de una
mesa y lograr que todos se peleen contra todos. Los ravioles con tuco (salsa de
tomate y carne picada) o con estofado (con trozos de carne entera) son más
argentinos que el dulce de leche. Su descripción formal es aburrida: cuadrados
de pasta rellenos de ricota, verdura, jamón y queso y otras variantes. Pero
simbolizan a la “familia unida”, es decir, la suma de todas las neurosis
enfrentadas frente a un plato.
8. Humita
La humita es
un alimento de origen andino, pero los argentinos dicen que es más rica que en
Bolivia, Chile, Ecuador y Perú. Se prepara de dos maneras: en olla y en chala.
La primera versión es un guiso cremoso que se logra rallando los granos del
choclo, al que se le agrega cebolla, leche, sal y comino. La segunda se obtiene
envolviendo esa misma crema, pero sin cocinar, en hojas de chala previamente
cortadas. Luego se cierra el envoltorio, se lo alta con una cinta delgada y se
hierve. Se pueden agregar al relleno trozos de queso de cabra (como por ejemplo
en Salta) y también pedazos de carne y pasas.
9. Flan con dulce de leche
A la hora de
los postres, el flan con dulce de leche es el broche de oro de cualquier cena.
Se prepara con huevos enteros, leche y azúcar. Aunque dicen que es un invento
romano y que el propio César lo degustaba antes de dirigirse al Senado, el flan
es argentino por adopción. Pedirlo con dulce de leche resulta una obligación y
sumarle crema batida es, casi casi, una perversión.
10. Queso y dulce
Conocido
oficialmente como “vigilante”, este postre es uno de los más tradicionales de
Argentina y emblema de lo “nacional y popular”. También se lo conoce como
“fresco y batata”. Es simplemente eso: un trozo de queso fresco y uno de dulce
de membrillo o batata. Pero la combinación de texturas entre ambos resulta
sorprendente y deliciosa. Toda una institución.