LA FATTORIA
El Hotel Regal
Pacific se pone al día
En esto de
la gastronomía, los hoteles tienen mucho que decir con respecto a su desarrollo.
A decir verdad, estos establecimientos están obligados por ley a tener espacios
destinados a la restoración y eso los diferencia del otro sector (los
restaurantes) que deben invertir grandes sumas para desarrollar un modelo
gastronómico. Al ser una obligación, los hoteles han tomado dos caminos: tratar
de ser de los mejores de la plaza aunque sus operaciones vayan a pérdida, o
simplemente tener un pequeño espacio (en general para sus huéspedes) donde
consiguen algún alimento (desayuno principalmente), lo que les permite no
perder demasiado dinero en la operación gastronómica del hotel.
Ejemplos en
Santiago tenemos de sobra. Hoteles con
una gran gastronomía, muchos de ellos pertenecientes a cadenas extranjeras que
ven el negocio en forma global y tratan de generar más dinero a través de sus
divisiones de banquetería, y otros que tan sólo la palabra “comida” les da
indigestión ya que su negocio es vender habitaciones. Una larga exposición para
entrar al tema de esta semana, ya que el hotel Regal Pacific ha remodelado su
comedor del primer piso convirtiéndolo en un espacio agradable que reúne
cafetería, pizzería y restaurante, con la salvedad que el huésped no es el
interés prioritario, ya que al estar situado en uno de los ejes comerciales más
importantes de la capital (codo a codo con el Apumanque), les permite atraer un
mayor público y generar mejores ingresos.
Lo que fue
terraza hoy es una cafetería bastante agradable. Buen café espresso (1.700), medialunas
(700), croissants y todo lo que permite un desayuno hotelero, pero abierto al
público. Un lugar adecuado y bien pensado ya que en los alrededores no hay gran
competencia. A mediodía comienzan a salir las pizzas (7.000 en promedio) y
paninis elaboradas en hornos eléctricos de gran potencia. Acá quiero detenerme
un poco ya que la calidad de ellas bien vale la pena conocerlas. Hay sabor y
textura en cada una de ellas. Livianas, gracias a la masa madre elaborada con
harina italiana y que fermenta durante tres días antes de ser llevada al horno,
me sorprendió gratamente. Si ser fan de las pizzas ni comerlas a menudo, acá
hay un trabajo serio y un pizzaiolo que tiene incorporado el sabor en su
ADN.
En el
restaurante (y la carta) propiamente tal, creo que es necesario un ajuste de la
propuesta. El chef, Enrique Araya, con bastantes años en su cargo y por ende
con gran experiencia, presenta una carta multifacética que ha llamado “Sabores
del Mundo”, donde presenta platos peruanos, italianos, chilenos y una serie de
combinaciones que si bien pueden ser atractivas, no logran darle al comedor una
personalidad propia. Hay aciertos, como la merluza austral (8.700) o el cordero
patagónico con humitas (11.800), pero también hay errores, casi todos
producidos por esta idea descabellada de tener todas las cocinas del mundo en
un solo lugar.
La Fattoria
merece platos acorde a su nombre. La comida italiana debería ser la principal
entrega del lugar. Si le agregan dos o tres propuestas diferentes, no le veo
problema alguno. Es el “mix” de preparaciones la que preocupa. No se puede
abarcar todo el espectro gastronómico de la noche a la mañana. El lugar merece
la atención de los clientes, pero urge definir la personalidad y el estilo del
restaurante. Por el momento, regresaría feliz por las pizzas, sus masas y su
cafetería. El resto… a la sala de operaciones.
La Fattoria. Hotel
Regal Pacific, Av. Apoquindo 5680, Las Condes / 2 2377 6000