martes, 15 de septiembre de 2015

MIS APUNTES


 
SAKURA EXPRESS
A domicilio, si se cansó de tanto asado y empanadas.

En mi largo recorrido por las tendencias gastronómicas de los chilenos durante estos últimos treinta años, recuerdo perfectamente al primer “fan” del sushi que tuve la ocasión de conocer. Se trataba de uno de los propietarios de Decomural, que debido a sus largos periplos por el mundo buscando diseños de papeles murales, comió un roll californiano en los Estados Unidos y quedó tan enamorado de ellos que regresando a Santiago pensó poner un restaurante que ofreciera esta delicia californiana. El mayor problema que tenía era que los insumos necesarios para elaborar sushi no se vendían en nuestro país.

Pasó el tiempo y luego comenzó la invasión. Mayor que la peruana, hoy la venta de sushi es tan generalizada que incluso no pocos venden rolls en las fondas del “18”. Aparte, le gusta a grandes y chicos. ¿“Comida de náufragos”, como comentaba el cronista Ruperto de Nola? ¿Cuál es la historia verdadera del sushi y sus derivados?

El sushi original empezó a comerse en China (sí, China) en el siglo VII y probablemente no nos hubiera gustado para nada. Desde luego, su sabor era bastante fuerte, ya que la refrigeración estaba muy lejos de ser inventada. El pescado llegaba a las zonas del interior de China salado y envuelto en arroz, por lo que ambos fermentaban. El arroz se desechaba, y se consumía el pescado resultante, que poco tenía que ver con el original. Con el tiempo se descubrió que agregándole vinagre, el pescado fermentaba más rápido y se conservaba mejor, así que empezaron a añadirlo. Posteriormente, la sequía y la escasez de comida hicieron que la idea de consumir el arroz descartado no fuera tan asqueroso, y el sushi “tradicional” tomó una forma que conservaría hasta el siglo XVII.

Para entonces, el sushi ya había llegado a Japón y se había popularizado allí relativamente, pero no sería hasta que Hanaya Yohei empezase a utilizar pescado sin fermentar (algo mucho más rápido de preparar), convirtiéndolo en el equivalente del fast food de ese siglo, y al sushi que conocemos actualmente, luego de su paso por los EE.UU. de Norteamérica, donde recrearon arquitectónicamente el producto, haciéndolo más atractivo y digerible.

Leo por ahí: “El sushi es todo un arte. La primera vez que comí sushi fue toda una experiencia de sabores y texturas diferentes que me abrieron un mundo nuevo, pero verlo preparar y luego comerlo fue genial. Amor a primera vista, pequeños bocados de placer.” Es cierto. Pero eso de los palitos y el tamaño tradicional de cada bocado que llenan mi boca, no logro identificar texturas, aromas, sabores. Personalmente un caos. Por eso llegué un día de la semana pasada al Sakura y me instalé (solitario en una mesa) a evaluar una serie de preparaciones. Sakura es una cadena grande que me dio la confianza suficiente con la calidad y frescura de los ingredientes. Partí con un sashimi de pulpo y salmón en láminas gruesas y grandes que desgraciadamente no caben en un bocado. Inexperto con los palitos, occidentalicé mis cubiertos y con cuchillo y tenedor achiqué las porciones para lograr captar sabores y consistencias, Rico salmón, de color anaranjado parejo y sin esas partes oscuras que aparecen de vez en cuando y que son producto de hematomas o sangre en los filetes. El pulpo, también laminado, algo chicloso, no me permitió capturar en forma tranquila su sabor.

La gracia de los rolls de sushi es la variedad. Con o sin queso crema, envueltos en palta o carne; pepino; nikkei (sabor peruano) y otros innumerables de detallar. Además, una serie de platos que van desde la sopa miso a los maravillosos edamame (vainas de soya fritas en sal), pasando por algunos típicos platos de la cocina china.

Sushi, sushi, quiero sushi…

Dicen los niños y no tan niños. En el caso de Sakura Express, se va a la segura. No es una ofensa decir que el lugar entra en la lista de los negocios de comida rápida o fast food (aunque sean mayores sus precios). El concepto es rendimiento v/s metros cuadrados de construcción. Aún así, y catalogándolo como comida rápida, los locales cuentan con servicio de vinos, cervezas, espumantes, aperitivos y sake ¡cómo no! Un plus que se agradece, ya que comer con Fanta es un desastre y sucede a menudo en una enorme cantidad de locales que elaboran sushi y que no tienen patente de alcohol. Lo de “Express” (apellido que no me gusta tanto) viene ligado a que un amplio sector de la capital se ve beneficiado con su sistema de delivery, ya que trasladan los pedidos desde el local más cercano al domicilio del cliente.

Once locales más un local virtual en Ñuñoa (para absorber los pedidos de ese sector), convierten al Sakura Express en una de las cadenas japo más grandes de la capital. Lo bueno de todo esto es irse a la segura en esto de la venta de productos procesados a domicilio difíciles de trabajar (como el pescado), y en eso cumplen. ¿O usted se compraría un paracaídas en el Persa Bio Bio?

Sakura se fundó en 1997 renovando la oferta de cocina japonesa del Chile de ese entonces con una apuesta de alta calidad. Al poco tiempo incorporó en su cocina nuevos ingredientes y formatos aportando algo desconocido en esos años: los primeros pasos del sushi fusión, con toques mediterráneos y nikkei. Fue tal el éxito que la empresa dio paso a una importante expansión incorporando en el año 2001 el formato delivery. (Juantonio Eymin)

Sakura Express
Direcciones y teléfonos: www.sakuraexpress.cl