LA GALERIA "EL PATIO" EN PROVIDENCIA
La agonía de la galería
comercial "El Patio", o más exactamente del Centro Artístico y
Artesanal El Patio (así se presentaba en su viejo cartel en la entrada), se
extendió con crueldad: esto, porque los lugares de encuentro que alguna vez
valoró la ciudad, comienzan a morir el mismo día en que se anuncia su inminente
destrucción, en este caso extendida por más de un largo año de incertidumbres
con todo lo que eso involucra: espera, angustia, falsas esperanzas, intentos de
revertir la situación y, finalmente, el resabio amargo de la resignación.Los recuerdos de la Galería "El Patio", especialmente de sus librerías como la "Chile Ilustrado" y el turístico restaurante "Phone Box Pub", me trasladan a esa parte de mi propia juventud buscando refugio con extraños que se volvían amigos y cómplices, en los días de protestas populares que ya no existen, hacia fines del Régimen Militar; o esas cervezas con amigotes ya desaparecidos del mapa de mi existencia, tras visitas a la tienda "Rock Shop" en el Paseo Las Palmas, para estar al día con las novedades de la música...
Fueron cerca de 50 años
los que resistió esta galería en el sector de Providencia 1670, entre Padre
Mariano y Antonio Bellet. Su acceso con pesadas rejas metálicas en destaca por
esas dos casonas de corte colonial inglés a cada lado, con plantas trepadoras,
el alto árbol principal al frente, luces de neones anunciando bares y un
aspecto un tanto sombrío, pero muy parecido al de los patios de antiguas
mansiones de este sector de la ciudad, precisamente. Allí, en los bajos, lo
primero que uno encuentra casi como tenantes heráldicos custodiando ese acceso,
son la tienda de modas "Los Trapos" y la sofisticada "Relojería",
a la izquierda y la derecha respectivamente.
Adentro, sin embargo,
se combinaba un aire de bohemia diurna con intelectualidad alrededor del café,
la cerveza o los libros usados. Bancas y árboles ornamentaban este paisaje,
destacando la gruesa flor de la pluma cada año lucía más contorsionada y
voluminosa allí en el patio, que muchos confundían con el parrón que daba
sombra afuera del "Phone Box Pub", cuando no tenía a la vista sus
flores amoratadas... Enormes y viejas enredaderas cuyo triste destino ya
podemos comenzar a sospechar
LA HISTORIA DEL PASAJE
El recinto total de la
galería ocupaba unos 1.200 metros cuadrados de uno de los más valiosos suelos
de la ciudad de Santiago. He ahí el germen de su tragedia, justamente.
Era una especie de isla
o enclave en medio de la vanguardia urbana de Providencia, que nace de una
donación hereditaria realizada por el pintor y Premio Nacional de Arte Pablo
Burchard Eggeling, pasando a manos de la casa de beneficencia social del Hogar
de Cristo. Sin embargo, el hecho de que
parte de la misma figurara como propiedad de una familia particular, sería lo
que precipitaría quizás su destino final.
El sector de la casona
azul ubicada al costado oriente del conjunto interior, pertenecía entonces al
pintor y arquitecto Pablo Burchard Aguayo, hijo de Burchard Eggeling,
permaneciendo varios años más en su propiedad. El caserón vecino, en tanto,
pertenecía al constructor Arsenio Alcalde Cruchaga, futuro presidente de la
Cámara Chilena de la Construcción, con quien Burchard hijo planificó la
creación de una galería de arte abierta dentro del recinto.
El complejo fue
inaugurado en 1967 con exposiciones de las obras de Burchard y otros autores,
aunque hay ciertas referencias en la literatura que permiten dar por hecho que
este espacio era usado como centro de exhibición artística ya a principios de
los sesenta. En 1985, se instaló la librería "El Kiosco", de don Francisco García-Huidrobro, dedicada principalmente a material ecológico. Sería el mismo fundador del café y restaurante "El Patio", en 1989, volviéndose un escenario para personajes como el grupo "Los Tres", Joe Vasconcellos, Lalo Parra y Gato Alquinta. Sus especialidades culinarias, para quienes rechazan la carne en el plato, eran el tofu con ensalada y arroz integral, el seitán, las verduras salteadas o al vapor en algo llamado el canasto chino.
Parte de la
recuperación de la galería se debió también a la fundación del "Phone Box
Pub", por parte del comerciante británico Thomas Drove en 1984. Se
recuerda a este sitio por ser uno de los primeros pubs que se conocieron en
Santiago y probablemente en todo Chile, convirtiéndose rápidamente en centro de
eventos, guarida de tocatas de rock y un expendio de variados tipos de schops.
El pub también fue importante centro de exposiciones hasta sus últimos años,
como una muestra de caricatura humorística realizada en 2005 con publicaciones
de Guillo Bastías. Qué ironía que en estos momentos sea, entonces, el último de
los negocios en tener que cerrar sus puertas dentro del pasaje.
Había un ambiente de
estilo alternativo y contracultural bastante particular en "El
Patio", hacia aquellos años pasada nuestra época de filtradores
permanentes de gas lacrimógeno en Santiago: pelos parados y de colores,
chaquetas con tachas y camisetas estampadas. Más cerca de nuestros días, la
galería fue también sede de la Feria del Vinilo, encuentro donde se ofertaban
discos antiguos, organizada por la Cooperativa del Vinilo. La "Sala
Nodo" en los altos, en tanto, servía igualmente a la música como al
discurso político.
LA DECISIÓN DE
DESTRUIRLO
Es verdad que las
casonas y jardines de este paseo adoquinado se deterioraron un poco en las
últimas décadas, pero la decisión de destruir el complejo fue exclusivamente de
naturaleza mercantil: el Hogar de Cristo, tan ajeno ya a las motivaciones
originales de su fundador San Alberto Hurtado, en sociedad con la familia
Alcalde Ochagavía heredera de gran parte de la propiedad, vendieron la Galería
"El Patio" a la Inmobiliaria Las Pataguas y la Constructora Santolaya.
Cabe comentar que el Hogar de Cristo venía recibiendo varias ofertas de compra
del terreno desde hacía tiempo, pero todo quedaría listo para un final
convenido cuando la familia Alcalde tomó una de estas propuestas y decidió
vender, informando a los locatarios de esto, conminándolos a desalojar y
presionando así a la fundación caritativa a desprenderse de su parte. Pero,
según un artículo del diario "La Tercera" del 13 de mayo de 2012, don
Luis Alberto Alcalde comunicó entonces que existía un acuerdo concreto con el
Hogar de Cristo para vender, y que tenía a la sazón cuatro años ya.
La decisión de demoler
el lugar fue anunciada a principios del año 2013, aunque ya se venía comentado
de su inminencia desde el año anterior, cuando fueron notificados todos los
locatarios del sector oriente de la galería quienes pagaban su arriendo a los
Alcalde, mientras que los del otro sector lo hacían al Hogar de Cristo. Todos
los asuntos controversiales de esta decisión quedaron en manos de la oficina de
abogados Iruarrizaga, Arnaiz y Cía., encargada de los asuntos inmobiliarios del
Hogar de Cristo. Las campañas no lograron más que aplazar brevemente el decreto
de muerte del lugar. Ni siquiera el haber ganado una mención en 1996 como uno
de los "Mejores Bares del Mundo" por la prestigiosa revista "Newsweek
International", que aquí celebraban con un elegante diploma colocado en un
marco afuera del local, ni haber contado con un acuerdo de arriendo en el que
el Hogar de Cristo se comprometía a mantener alquilado el espacio hasta el
2014, salvó al "Phone Box" de esta severa condena.
PROVIDENCIA SIN MÁS
"PATIO"
Así pues, media
centuria de historia en la ciudad desaparecen como la espuma en la playa; acaso
como si nunca hubiesen existido. Una torre de 21 pisos se yergue ahora sobre
esos terrenos, como ha sido la perpetua maldición para todos estos rincones de
valor ciudadano e histórico en la urbe. Su peso aplastará hasta las memorias de
este lugar, sin duda.
"El Patio"
nos deja lecciones que no son nuevas, por cierto: mientras algunos culparán al
modelo económico y aprovecharán de hacer declaraciones retóricas, otros
aplaudirán justificando el progreso y el derecho del desarrollo. En tanto, sin
embargo, Santiago seguirá al acecho, arrinconado, acosado en cada metro
cuadrado de sus mejores y más valiosas posesiones, como la isla del tesoro
rodeada por una ambiciosa flota de bucaneros.
Siendo testigo de
cómo desaparece la ciudad ante nuestros propios ojos, como la carne de un
leproso, inevitablemente se me viene a la memoria esa famosa y frase profunda
del personaje Roy Batty, hacia el final del filme futurista de culto
"Blade Runner", aparentemente inspirada en un poema de Rimbaud: "He visto cosas que los ustedes ni
siquiera imaginarían: naves de ataque incendiándose más allá del hombro de
Orión; he visto rayos C destellando en la oscuridad, cerca de la Puerta de
Tannhäuser... Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la
lluvia... Hora de morir". (Urbatorium)