martes, 19 de julio de 2016

MIS APUNTES


AMADEO
Muy bueno,  pero…
Los que no conocen el negocio gastronómico deben pensar que Bellavista es “llegar y llevar” y el que logra poner un local en sus calles lograrán un éxito inmediato. Lo sentimos ya que nada de eso es real. Posiblemente con grandes capitales y sacos de dinero se puede llegar a un punto de equilibrio gastronómico / monetario, cosa difícil en cualquier barrio de la ciudad.

El lugar físico donde se encuentra el Amadeo pertenece a los mismos propietarios del hotel Castillo Rojo, quien en sus comienzos puso todas sus fichas en la bonaerense Brasserie Petanqué, que tras meses de fracaso en fracaso decidió regresar a su país natal y dejar la franquicia. Tras un tiempo cerrado, otros empresarios decidieron instalar un restaurante de otras características y para ello llamaron a Francisco Mandiola, uno de los buenos chefs capitalinos, que participó en la puesta en escena gastronómica y la confección de la primera carta-menú.

El lugar es atractivo y muy al estilo europeo. Grandes fotografías en sus paredes le dan un toque especial además de un bar de ostras, estratégicamente ubicado al costado de una terraza que en estos meses debe cerrar por el frio reinante. La carta es grande y en la cocina manda el chef Álvaro Vega, poseedor de un corto pero potente curriculum que incluso lo llevó a trabajar con Laurent Pascualetto en el hotel Singular de Puerto Natales, donde se puede degustar una de las mejores cocinas del país.

Mención aparte para la coctelería, a cargo de Josefa Palma, quien disfruta elaborando pócimas modernas, además de una buena carta de vinos, los que conjugan a la perfección con la calidad de los platos que elabora el chef Vega y que ha deslumbrado a todos los que han conocido el lugar.

Platos en formato degustación para formarse una idea: Tártaro de pato (6.990) para iniciar una tournée de calidad. Muy al estilo del restaurante Europeo ya que todos los que idearon el plato tienen la misma formación. Sabroso y macerado en vinagre de Jerez, es uno de los imperdibles, mientras exista la posibilidad de comprar frescos magret que sólo algunos crían y venden en las cercanías de nuestra capital.

Luego, un imperdible que está causando sensación desde la apertura de este restaurante: Pulpo a la parrilla (6.990) con un una pasta –mojo- de cilantro, alioli y pimentón dulce, que lo convierte en una combinación perfecta de sabores y colores. Un plato tan fino como la Trucha ahumada –que viene a continuación- (9.900), con un maravilloso puré de lentejas, zanahorias y espárragos glaseados en miel y lavanda. Una preparación genial, delicada, con muy pocos ingredientes y sabores que van más allá de la correcta preparación del plato.

Para los amantes de la carne, el Cerdo glaseado en chancaca y naranja, acompañado de camote y anís (8.900) es otro de los puntos altos del Amadeo, que cierra su cena con la opción de degustar alguno de los siete postres –churros,  sopaipillas o cuchuflis, entre otros-  para despedir la jornada con un par de cócteles que ofrecen de bajativo.

Lindo espacio y mejor comida. Me extraña el horario ya que sólo funciona de lunes a sábado entre las 19 y 24 horas. Es difícil posicionar un restaurante con un horario tan restringido ya que es sabido que en Bellavista la oferta gastronómica opera los siete días de la semana al almuerzo y cena. Con esta limitante, ya que los valores de los platos son bastante adecuados, es difícil mantener toda una infraestructura funcionando a medias. Hay capital invertido, pero si el negocio está cerrado en los días y horas determinantes para el éxito, todo se transforma en capital inmovilizado. Y eso es dañino para la buena salud del lugar. 

Ojalá recapaciten ya que el barrio necesita restaurantes de calidad. Y el Amadeo –salvo pequeños detalles sin importancia- tiene todas las condiciones para triunfar.

Amadeo: Constitución 187, Barrio Bellavista / 2 2244 9885