martes, 8 de agosto de 2017

LA NOTA DE LA SEMANA


 
TIEMPO DE VEDA

Todos sabemos que las vedas son mágicas. Tan sólo basta decretarlas para que aparezca por todos lados el producto vedado en su mejor esplendor y calidad. Estoy seguro que todos estamos conscientes del problema de los recursos marinos, pero a la hora de tratar esquivar una prohibición, somos los reyes de la evasión.

Las razones son muchas y la variante económica es mayor. La semana pasada comenzó la veda de “Machas” hasta el año 2022 en las regiones de Valparaíso, O’Higgins y del Maule, lugares donde no se podrá capturar, comercializar, transportar, procesar ni almacenarlas. El objetivo es claro y tiene como idea favorecer la recuperación de este recurso.

Como las reglas están para romperlas (como dicen), comencemos entonces a frotarnos las manos para degustar las mejores machas que hemos visto en años. Cuando hay veda se ven los mejores ejemplares y por lógica, todos intentaremos saborearlas en todas sus formas de preparación.

Personalmente veo las vedas como un eficaz recurso de marketing con ganancias millonarias para las cadenas piratas de distribución, donde verdaderos carteles trafican el recurso marino sin mayores problemas. Por otro lado, tampoco existe un verdadero interés ecológico entre gran parte de la población. No extraña, entonces, romper las normas de las vedas y disfrutar los beneficios de comer estos productos aunque sea en casa. En Chile no hay ética ni moral, y si alguien está libre de la probidad, que me dispare.

El “parece que hay veda” es una forma de conformarse que no tenga nada malo lo que hacemos. Pasó con los Locos, la Merluza y ahora son las Machas. Lo peor es que no tomamos en serio la verdadera intención de la limitación de los recursos. Posiblemente sea una respuesta a la degradación moral y ética de quienes nos han gobernado desde siempre. Total, con tener un par de facturas de compras legales, la trampa está hecha.

La sociedad está agotada y el modelo no atrae a nadie. Preparémonos, entonces, a disfrutar durante los próximos 5 años (el tiempo de la veda) para comer las mejores machas que jamás hemos visto en nuestro país. Es cierto que estamos destruyendo nuestra fauna marina, estamos escogiendo el camino largo, que es el peor. En el Perú las vedas se respetan y por eso tienen unos productos maravillosos y una gastronomía de gran alcance, pero mientras sigamos respetando “a medias” las cosas en nuestro país, por cierto no llegaremos a ninguna parte. (JAE)