martes, 17 de octubre de 2017

BUENOS PALADARES


CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA

 
MUJER, LA TERCERA
PILAR HURTADO
(OCTUBRE) QUÍNOA (Luis Pasteur 5393, Vitacura / 22954 0283): “Mi hermana pidió un quinotto con zapallo; mi mamá, los ñoquis de betarraga, y yo, la tartaleta de zapallo y queso azul, todos con sus esponjosas, frondosas y fresquísimas ensaladas de hojas verdes con semillas, frutos secos y sus deliciosos aliños para escoger. Nuestro pedido se tomó bastante tiempo en llegar, y estábamos hambrientas, la verdad; eso no nos gustó tanto.” “Todo estaba rico: el guiso de quínoa, cremoso y con zapallo y ragout de champiñones, era un plato contundente y con un toque de queso parmesano, muy sabroso. Los ñoquis moraditos de betarraga, con espinaca, kale, pesto de espinaca y champiñones, bien hechos y entretenidos. Mi tartaleta individual de zapallo asado con salvia, ricota y queso azul también estaba deliciosa, con muy buena masa.”

WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(OCTUBRE) PISO UNO (Santa Magdalena 116, Providencia): “Es amplio y luminoso y hasta sorpresivo. De entrada se le nota una vocación más nocturna (con amplia zona para el pucho y se huele que tienen DJ), lo que no se contradice con el tema del comer bien. De carta breve, la influencia entre nipona y peruana cohabita con lo carnívoro. Y, ya muy bien atendidos, vaya el comentario. Primero, un tártaro de atún "hawaian style" ($9.200) que, consultado el mozo, se llama así por la decoración (?!). En fin, no es que hubiera sido servido por una bailarina de hula (OK, chiste fome), pero estaba realmente de lujo, en trozos de corte medio, con tiritas de nori, sésamos negro y del otro, y con un espolvoreo de ichimi togarashi (un condimento picantito japonés). Rodajas de pepino servían de contrapunto. Y lo otro, un fish & tempura ($7.200), bastones de salmón y camote servidos fritos con salsa tártara, con un rebozo que era más propio del chicharrón peruano que el mentado tempura. Bien buenos, pero cámbienle el nombre y listo, que tempura no es.” “Después de lo comido, la verdad: aparte de algunos problemas de concepto (como que el "pescado blanco" del día sea... una vez más, en lo que parece un loop eterno del infierno sobre la tierra, reineta), en Piso Uno se cocina muy, pero bien.”

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(OCTUBRE) PASTAMORE (Las Tranqueras 1471, Vitacura): “Hete aquí un restorán sólido, eficiente, meritorio, confiable. En lo básico está más allá de todo reproche: pasta de excelente calidad, cocida, como era de esperarse, al dente, servicio dentro del promedio en Santiago, insumos de buena calidad.” “Pusimos grandes esperanzas, motivados quizá por su precio, en un secondopiatto de carne, que pedimos, a estas alturas, para compartir: un filete en salsa de vino tinto, acompañado de gnocchi con salsa de queso ($17.800). Aquí nos encontramos con aquello que nuestros abuelos llamaban "peso fuerte" y que suele conocerse también como chateaubriand, de un buen tamaño y cocinado a punto, como se había pedido; pero la salsa, quizá una pizca más dulce que lo necesario, carecía de interés, no obstante estar bien hecha (consistencia, brillo). ¿Pimienta, algún toque discreto de hierbas aromáticas, más mantequilla? Los gnocchi, por cierto, correctos pero para nada levantadores de ánimo, con una salsa también correcta, que no nos sugiere ningún otro calificativo salvo el de "sanita".”