En
reiteradas oportunidades me han consultado sobre el porqué y las razones que se
esgrime para poner como precio promedio en un restaurante un valor que ni
remotamente se parece a la cuenta final.
Este
es un tema que da para mucho. De partida hay que considerar que los expertos
toman como valor promedio sólo los platos y no los líquidos respectivos, los
que la mayoría de las veces abulta la cuenta bastante más de lo pensado. O sea,
si un restaurante tiene un valor promedio de 15 mil pesos, entre el aperitivo,
el vino y el café deberá sumar a lo menos otros 15 mil y ya llegamos a $
30.000, que es más menos el valor real de un consumo normal. A eso debe sumarle
la propina legal del 10%, así que su cuenta se incrementará al menos en un 100%
Es
difícil cambiar el criterio del precio promedio ya que los bebestibles no
pueden ser cuantificados porque los valores de los líquidos varían enormemente
entre local y local, además de que el cliente tiene siempre gustos diferentes.
Desde bebedores de cerveza (y ahí baja el promedio de la boleta final), hasta
almuerzos o cenas con bajativo y todo (que hace subir la cuenta). Por lo tanto
y desde ya, agregue siempre un 70 a un 100% más a las recomendaciones de las
crónicas y/o guías.
Así
no pasará un mal rato.