martes, 17 de julio de 2018

MIS APUNTES


 
 
SARITA COLONIA

Un lugar especial. Conservando fachadas antiguas, decorado con iconografía kitsch y lleno de objetos como payasos de los Juegos Diana, una cabeza de macho cabrío, lámparas de lágrimas y figuras de yeso de casi dos metros, el Sarita Colonia sorprende hasta el más avezado visitante.

Un trabajo realizado por el arquitecto y diseñador Gino Falcone, conocido en la industria gastronómica por haber intervenido, diseñado y participado en decenas de restaurantes durante estos últimos 25 años. Proveniente del Perú, conoció la industria cuando estaba en pañales y no tardó en convertirse en uno de los diseñadores más solicitados. Pero como le gustaba la gastronomía, junto a dos socios abrió el ya desaparecido Puerto Perú en la calle Condell, preparando quizás, su primer “Sarita” en Bellavista, que tras cuatro años de éxito decidió abandonar para luego, diez años después lanzar su Sarita en versión 2.0, un lugar que no deja a nadie indiferente.

Fui (o fuimos, ya que éramos varios cronistas) a conocer la nueva carta de esa cocina que Gino llama “travesti”, ya que trasgrede lo tradicional. La cocina peruana es sólo la base de sus atractivos platos creados por Juan Andrés García, el chef del lugar, quien abraza el producto marino de las costas chilenas para sus creaciones tales como un maravillo Tiradito de chochas (11.900) con salsa verde, leche de tigre, ají verde, cilantro, merquén y palta, que sorprende por su sabor y textura, o su Cebiche de chochas y erizos (12.900) con daditos de yuca frita y ají cacho de cabra, un placer de dioses.

Junto a la muestra de la nueva carta, el bar no se queda atrás. Cristian Cuevas, el bartender del lugar ofrece una ilimitada y variada carta de cócteles -con y sin alcohol- donde lucen sus creaciones propias y que maridan perfectamente con los platos de la carta. La idea es reemplazar el vino o la cerveza con sus creaciones, ya que acá todo se viste diferente, algo entretenido y lúdico.

Los fondos también logran cautivar. Una Causa de plátano (11.900) donde la papa amarilla se mezcla con puré de plátano asado para formar la causa a la que se agregan palta, camarones y se corona con una chalaquita de ajíes y cebolla, no hace más que transportar al cliente a los mejores restaurantes de Lima, tanto como los fideos Udon con salsa de mariscos (14.500), fideos japoneses en base de harina de trigo y salsa de ají amarillo, vino blanco, fondo de mariscos, queso parmesano y crema. Acompañado de mariscos y huevo escalfado. ¡Puro sabor!

No es una comida liviana. Hasta los más golosos terminamos rindiéndonos ante tanto plato. Aun así probé un mote al ají amarillo que me cautivó, tanto como para regresar por él. Los postres, para tentarse entre tanto plato salado: ricos y dulces alfajores helados y un típico (por esta vez) Suspiro de limeña.

Sarita Colonia descontrola, vulnera y cual travesti, viste de manera diferente la cocina peruana. Juega con el cliente ya que es inusual. Acá se entra a un mundo paralelo entretenido y sabroso. Raro pero elegante. Único y digno. Tanto como para reservar un nicho en una de las paredes mortuorias que recorre los dos pisos del restaurante, ya que Sarita Colonia es una santa peruana que es seguida por los segregados, donde la rabia marginal es bienvenida y transformada en bálsamo para la tolerancia y el respeto.  

Simplemente, Sarita seduce.

Sarita Colonia / Loreto 40, Recoleta / 22881 3937