miércoles, 22 de julio de 2009

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR




OPORTO
Buena apuesta

Tango electrónico como música de fondo. El antiguo California Creations hoy es otro. Oporto lo bautizaron sus actuales propietarios y tras un discutido comienzo hoy presenta una propuesta diferente, entretenida y de valor.

Más allá de la apreciación estética del lugar (una de las terrazas más bonitas de la capital y un interiorismo de gran gusto), gran parte de la apuesta la coloca el chef Francisco Mandiola, de larga y variada historia en restaurantes con buena gastronomía en la capital. Su intención es ofrecer una cocina de producto acorde a la estética del lugar y al tipo de público que los visita.

Su carta es grande y entretenida, con algunos visos de comida mediterránea. Desde una salsa de tortilla española que acompaña unos blandos calamares y pulpitos, pasando por los ostiones Jumbo, traídos de Canadá, hasta una lámina de pasta que cubre un sabroso relleno de locos y camarones.

Acá hay cocina de producto. Ese que no se disfraza ni cambia de sabores con aditivos o cremas. Obvio que existen las espumas y otros aditamentos prácticos de la cocina actual, pero Mandiola no transa el sabor, incluso cuando entrega un trozo de mero con un tartar de camarones y jugo de naranjas (atrevido pero genial), acompañado de maftoul o perlas de cuscús, mejor llamado cuscús israelí.

Chocolate blanco y negro para los postres. Imaginativos e interesantes. Uno con peras y avellanas europeas y el otro con albahaca. Buen final para un restaurante que sí merece estar en este barrio de calidad gastronómica.

Buena carta de vinos y licores. Y para dignificar su nombre, una gran variedad de oportos están a disposición de los clientes. Bonita, larga y elegante barra para los que desean beber un trago antes de la cena, y un comedor donde abundan los sillones dan el relajo necesario para gozar este desafío donde sólo desentona la iluminación, ya que por ser un local de doble altura las luces llegan muy ténues a las mesas y dificulta la visión de los platos. Un error, ya que la vajilla y el concepto gastronómico deben ser parte del cuento de todo restaurante.

Nada desafina en el lugar. Incluso destaco en parte el servicio, aunque a veces se relaja. De día, un menú ejecutivo a elección entre tres entradas, fondos y postres. De noche, y con estratégicos braseros - chimeneas que le entregan un algo especial y cálido al local, la invitación es a la carta. Esa que les comento y que recomiendo. (Juantonio Eymin)

Oporto: Isidora Goyenechea 3477, Las Condes, fono 378 6411