miércoles, 23 de mayo de 2012

PURO VINO ES TU CIELO...

TRALCA
Lo nuevo de Bisquertt

Las Majadas, la casa de huéspedes de la viña Bisquertt y ahora un hotel temático, fue el escenario propicio para el lanzamiento a la prensa del su nuevo icono Tralca, el primer ejercicio de alto vuelo realizado por la bodega luego del pasado terremoto de febrero del 2010.

Bien es sabido (por casi todos) que Bisquertt vendió su bodega de elaboración y parte de sus terrenos planos a COFCO, la empresa china líder del mercado del vino ya que deseaban invertir en el país. Pero conservaron varios terroirs para seguir elaborando sus vinos. Tralca proviene de El Rulo, uno de sus terrenos y cosechado el año 2007, fue guardado durante dos años en barricas de roble francés para luego elaborar sólo 6 mil botellas que serán vendidas a $45.000 cada una.

Más que contarles del vino, les transmito la experiencia: Las Majadas es una tremenda casona reconstituida por Osvaldo Bisquertt (padre). Un enorme pórtico de fierro forjado me da la bienvenida junto a una pareja de preciosos pastores ingleses que juguetean a los costados de los autos. El parque que rodea la casona, increíble. Pasto verde y palmeras chilenas en sus tres hectáreas. Impacta, por decir lo menos. La tranquilidad del lugar sólo es quebrada por los perros que se ven felices a nuestro lado. De ahí a conocer la casona-hotel. Pura historia viva.

Salones, sala de juegos, dormitorios y comedor restaurados a full. Detalle a detalle. Las pinturas de los techos y muros reconstituidos con toda prolijidad. A ambos costados de la casona y siguiendo la estructura original, el hotel. Veinte habitaciones de lujo que no envidian a las mejores de Santiago. Como el metraje poco importa en el campo, grandes cuartos y baños. Todas con nombres de árboles de la zona, cautivan con sólo mirarlas.

Se respira una tranquilidad única. Solo se siente, a veces, el filtro de la gran piscina que necesariamente se requiere en los días estivales. Para los que no pueden dejar lo urbano, salones independientes con acceso a televisión. Para los hedonistas, baños a todo dar.

Aperitivo en la piscina. Como la noche estaba fría, grandes braseros con leños ardientes reciben a los invitados. Sabrosos bocadillos acompañados con las líneas Ecos de Rulo y La Joya. Luego, la cena propiamente tal en el comedor de la casona. Franck Dieudonné, el chef del Ópera, el encargado de los platos que se maridaron con el ícono Tralca. Johanna Pereira, la enóloga, explicó las características del vino y luego Felipe de Solminhac, asesor de la viña, dos cortas pero lúcidas palabras para ensalzar el vino y a la familia Bisquertt. Luego, la cena preparada por Dieudonné: simple pero tremendamente sabrosa. Terrina de liebre y luego un arrollado de plateada relleno con hongos, salsa de vino Tralca y muselina de papas nativas. Quesos y chocolates de postre. Lo justo y necesario. Ni mucho (que incomoda), ni poco (que no se agradece).

De la seriedad inicial al relajo del fin de fiesta: música electrónica y ambientes recreados para bailar acompañados de una barra de licores de alta gama (incluido nuestro gran Waqar) que acompañó a los asistentes hasta pasada la medianoche. Mal que mal, todos aprovecharíamos las habitaciones del hotel para un perfecto descanso.

A la mañana siguiente, desayuno en uno de los extensos pasillos de la casona. Pan amasado, jugos naturales, los infaltables huevos revueltos y el queso de campo. De ahí el regreso a Santiago. Tedioso a decir verdad. Santa Cruz merece hace rato una doble pista que la una con San Fernando. ¡Ni se imaginan como florecería esa ciudad!

Linda fiesta de bienvenida a Tralca, el ícono de Bisquertt. Su composición: 65% de cabernet sauvignon, 31% de carménère y un 4% de syrah, le da el vigor necesario para degustar platos de bastante potencia, tanto como para saborearlo una lluviosa tarde de invierno con un guiso de garbanzos. Sin ser un verdadero experto en esto del vino, y como en gustos no hay nada escrito, creo que este vino está para las grandes ligas. (Juantonio Eymin)