martes, 3 de diciembre de 2013

OPINIÓN


CONTINÚA EN PERÚ EL DEBATE SOBRE EL PISCO

Sin duda, se trata de un tema espinoso que pasó de ser una noticia que entusiasmó a cientos de miles de peruanos, a un motivo de intensa polémica. El reconocimiento de la Indicación Geográfica Pisco al Perú por parte de la Comunidad Económica Europea (CEE) abre muchas interrogantes y ha escaldado los ánimos de gran parte del sector pisquero. Pero, ¿por qué?

La periodista Soledad Marroquín abre las puertas al debate sobre este tema en su blog Destilando pisco. Quizás ante el furor de la noticia muchos pasaron inadvertido el hecho de que el Pisco ha sido reconocido como aguardiente de fruta y no de vino. ¿Qué problemas plantea esto? ¿Por qué suscita controversia?

EL PISCO EN LA TORRE DE BABEL

Debo confesar que no ha sido fácil escribir esta nota. Inicié su escritura tantas veces como las que terminé borrando lo redactado. Pareciera que en ocasiones los peruanos habláramos idiomas distintos; hay momentos con interferencias de diversa índole que impiden la comunicación fluida y tienen como consecuencia el poco entendimiento entre los integrantes del sector pisquero.

 Yo también formo parte de esta Torre de Babel en la que estamos. El tema no es de ahora ni exclusivo de la actual coyuntura, viene de años atrás. Sin embargo, el detonante fue la noticia que se conoció hace un par de semanas sobre el reconocimiento de la Indicación Geográfica Pisco (IG) al Perú por parte de la Comunidad Económica Europea (CEE).

Leí varias veces el comunicado, las notas de opinión escritas por amigos periodistas que aprecio y respeto, el debate que se viene dando en las redes sociales, los ataques, descalificaciones, tonos irónicos, burlones, agresivos, también los silencios. Sigo confundida, como si faltaran piezas en el rompecabezas.

Entendí desde siempre que las gestiones en defensa del Pisco que se venían dando en las instancias europeas tenían el objetivo de defender, sustentar y sostener que la legitimidad de propiedad del Pisco le corresponde al Perú.

Expreso mi total incomprensión y confusión, más aun cuando leo que el Pisco fue clasificado como aguardiente de fruta. Sí, claro, algunos dirán, pero si la uva es una fruta –y lo es–, pero existen clasificaciones en instancias de gran importancia como la OIV (Organización Internacional de la Viña y el Vino) en las que las indicaciones son precisas sobre la elaboración de bebidas con uvas. ¿No se tomó en cuenta este importante aspecto en el trámite? ¿Cómo se cayó en este aparente error y quién o quiénes fueron los responsables? ¿Cómo queda el status del Pisco en la OIV?

Desde siempre, el Pisco ha sido un aguardiente de vino, explicado de una u otra manera en dos documentos que han regido la vida productiva del destilado nacional: primero, en la Norma Técnica NTP 211.001.2006, que luego quedó sin efecto al emitirse el Reglamento de la DO Pisco. Esta categorización está en la OIV y ha sido mencionada y ratificada en el último Congreso Nacional del Pisco.

¿Por qué se renunció a inscribir el Pisco ante la instancia europea respectiva como aguardiente de vino si esa es la categoría más alta y la que corresponde al destilado nacional? ¿Es posible rectificar? ¿Qué tenemos qué hacer? ¿Se ha perdido definitivamente el derecho legítimo del Perú de tener el Pisco como bebida emblemática exclusiva del país?

Hay muchas preguntas que esperan respuestas claras y concretas que puedan ser entendidas por todos. Quizás se pueda reunir a las autoridades y especialistas en torno a una mesa de diálogo donde se pueda abordar estos temas y otros que aún están en lista de espera. El sector pisquero necesita trabajar de manera unida y cohesionada, limpiar antiguas heridas para que sanen, poner todas las cartas sobre la mesa y reconstruir la historia para que el sector se desarrolle y consolide. Tengo la esperanza de que este no sea un sueño imposible. (Soledad Marroquín)