martes, 11 de noviembre de 2014

BUENOS PALADARES

CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA

MUJER
PILAR HURTADO
(NOVIEMBRE) BIWON (Coronel 2380, esquina Los Leones, Providencia, fono 22951 8000): “Biwon, en el hotel Stanford, es un restaurante coreano. Su sobrio comedor -con mesas y sillas de madera- no es muy grande, pero se llena a la hora de almuerzo, diría que mitad coreanos y mitad chilenos” “Nuestros pedidos fueron Haemul pajeon, una tortilla de mariscos que a nuestro parecer tenía mucha harina (lo que la hacía un poco tiesa) y pocos mariscos. Luego la sopa Saegtae maeuntang, de merluza con nabo servida en olla de fierro que impide que se enfríe, muy sabrosa, picantita y con trozos de tofu. Compartimos un plato para dos: Dwe ji bulgogies, carne de chancho con verduras BBQ, que fue la estrella de la tarde, ¡qué cosa más rica! Este venía con dos porciones de arroz blanco. Como no nos advirtieron, igual habíamos pedido un Dolsot bibimbap, arroz con verduras salteadas y huevo, por lo que fue mucha comida. Además, ojo, que antes de traer los platos sirven una suerte de picoteo cortesía de la casa con kimchi, fideos, verduras salteadas con sésamo y salsas bien picantes, así que no se excedan al pedir. Toda la comida en general es sabrosa y bien aliñada, y cargada al picante sin vergüenza. Las mesas tienen unas parrillas al centro que aún no están habilitadas, y en la carta hay cervezas y vinos. No hay postres y como cierre ofrecen fruta que está incluida en el precio de los platos. Rico, como para volver y pedir un poco menos, eso sí.”

QUÉ PASA
DANIEL GREVE
(NOVIEMBRE) ESTRÓ (El Alcalde 15, Las Condes, fono 22470 8585); “Puros hits tiene la nueva carta de Estró, del Ritz-Carlton Santiago. El Tiradito de atún con cebolla morada encurtida, vinagreta de achiote e hilos de plátano frito, nos quita el aliento de un solo megaestímulo. Para vegetarianos, el Carpaccio de zucchini ($6.000), con puré de ratatouille, vinagreta de semilla de zapallo y balsámico, es un festín dulce y ligeramente picante; y los Camarones adobados sobre risotto de curry y coco ($13.000) se dejan abrazar por la turgencia de las castañas de cajú y el perfume fresco del cilantro, armando un todo difícil de replicar. Técnica, presentaciones, contrapuntos, capas, perfumes pero, sobre todo, mucho sabor.”

WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(NOVIEMBRE) BARRICA 94 (Patio Bellavista, local 94, fono 2 2732 4939): “Para empezar, un mix de montaditos con pequeñas empanadas fritas de mechada-queso (ricas), pastelera (ricas) y cuatro quesos (ricas, pero pesadas). Los montaditos, en general, generosos. Uno con salmón y palta (con ricotta trufada que de trufada, nada), otro de longaniza ahumada y cebolla, otro con anchoas con lechuga, uno de tártaro (fome de sabor) y otro con ensalada caprese, a $12.700.” “Se pidió una copa de carignan TH Undurraga ($3.300). La moza dijo que solo lo tenían por botella. Se le mostró la carta y -mucho más tarde- llegó la copa. ¿De qué sirve definirse como "Vinobar" si el personal no maneja su oferta?” “Los platos de fondo llegaron antes de terminar el aperitivo. O sea, la moza se quedó parada al lado de la mesa, con los dos platos y sin saber qué hacer. Hubo que dar por terminado lo que no estaba terminado y ayudarla a despejar.” “¿Cuál es la idea de crear un restaurante realmente seductor y desangelarlo con ese servicio?

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(NOVIEMBRE) BAR ITALIA (Avenida Italia 1423, Providencia, fono 2 2503 2870): “Hemos venido constatando que las entradas suelen ser, en estos lugares, mucho mejores que los fondos: será porque estos requieren más dominio de técnicas, más cuidado. Las entradas tienen a su favor, además, la mejor de todas las salsas: el hambre. En este caso pedimos, de una carta más bien breve, una Nina machaca ($4.900), timbal de quínoa aliñada al estilo tabouleh, con trocitos de tomate, palta y camarones, escoltada por una ensaladita.” “No hay en la carta un estilo definido sino una mezcla al azar de platos que los cocineros conocen. Uno de los fondos fue un Filete Marsella, de apelativo francés asociado, quizá, a un milhojas de papa -en el fondo, un gratin Dauphinois- muy, muy mal hecho ($9.800). Supuestamente el milhojas traía camembert, el cual llegó, en efecto, como un trocito cortado directamente del queso, tal cual, puesto al lado. No, señor. Pedimos también un salmón a la plancha con risotto de quínoa (se está haciendo, ay, endémico) y bisque de camarones ($9.800). El pescado llegó en estado decente de cocción, pero no como lo habíamos pedido (meramente sellado). Y la bisque brilló por su ausencia. En fin. Recuperamos el optimismo con un muy buen Risotto Mar y Tierra ($9.500), con camarones y gran bistec de filete puesto encima.”

LAS ÚLTIMAS NOTICIAS
RODOLFO GAMBETTI
(NOVIEMBRE) SIGNORE (Av. Vitacura 2615, Las Condes, fono 22717 6985): “Entre los bocadillos para picar ofrece unos tomates cherry cortados en la mitad, con un bocado de mozarella legítima al centro, que no necesitan nada más para encantar.” “Al mismo tiempo su carta funde estos sabores italianos con la identidad chilena. Un ejemplo en sus recomendables pizzas, de mano de un auténtico pizzaiolo importado. A veces la clásica Margarita, creada roja, blanca y verde con los colores nacionales itálicos, o una blanca de queso de búfala, una mozzarella fior di latte.  También combinan masas de su horno con buenos productos chilenos y así crean una pizza Olas del Pacífico o una Punta de Choros, todo un paisaje donde conviven camarones, ostiones, calamares y rúcula ($8.900).” “No menor es el atractivo de las pasta de este acogedor local que pasa casi inadvertido desde fuera, pero se transforma con la tentadora oferta de sus rigatoni, spaghetti chitarre al huevo ($6.500), ravioli, gnocchi, sorrentini.” “Por el tránsito intenso de esas esquinas es difícil ver el local: pero vale la pena salir a buscarlo, para conocer la hospitalidad de un signore tan bien provisto.”