martes, 23 de agosto de 2016

MIS APUNTES


 
PF CHANG’S
Comida oriental en formato norteamericano
Operado por la franquiciadora mexicana Alsea que administra las licencias para Burger King y Starbucks en Chile, hace unas semanas abrió sus puertas el segundo P.F. Chang’s en Santiago, sumando así 277 locales en todo el mundo. Con una decoración similar a los grandes restaurantes que pueden verse tanto en México como en Estados Unidos, el nuevo local, emplazado en plena Isidora Goyenechea, mezcla una novedosa carta que ha hecho famosa a esta cadena entre muchos comensales, ya que fusiona de forma entretenida y lúdica parte de la comida cantonesa con los toques habituales de la cocina norteamericana. El nuevo comedor es amplio y moderno, con dos pisos y una capacidad para 240 clientes. Debido a la alta demanda del sector, cuenta con un menú ejecutivo (8.990 de lunes a viernes) y además con una extensa carta de combinaciones asiáticas.

Su carta es variada y contundente. Tiene incluso una sección especial de platos sin gluten que despertó mi curiosidad ya que es tremendamente complicado el tema de cocinar sin gluten en una cocina normal. Pero si lo ofrecen con todas sus reglas, es para felicitarlos. 

Como todos los locales que ofrecen comida china en su versión cantonesa (y algunos platos de origen oriental), la gran mayoría de ellos son para compartir, algo que se agradece en tiempos difíciles. El día de mi visita probé el Chang’s letucce chicken wraps ($7.700), la entrada más vendida a nivel mundial, con pollo e ingredientes al wok, acompañados de lechuga para envolver la preparación. Fresco, sabroso y bastante chino-gringo. También las Handmade dumplings ($5.300), unas gyosas de cerdo (o camarón) con el picor necesario, cocinadas al vapor y doradas.

Compartimos, luego, el Mongolian beef ($10.000), una clásica preparación, pero con una ternura de la carne magistral, preparada con palanca nacional. Y, para terminar, Chang’s spicy chicken ($9.800), combinación de pollo picante y agridulce, que conocen muy bien en el local. Las salsas –casi todas agridulces y similares- están espesadas con almidón, cosa que no molesta en un principio pero que a la larga –y en diferentes preparaciones- llega a hostigar al consumidor. Con un aplicado servicio, propio de cadenas norteamericanas donde el manual de operaciones es la Biblia de los empleados, copian incluso el servicio de aperitivos (o cócteles) a una versión bastante gringa donde los colores, bastones, paragüitas, pajitas y mucho hielo, no convencen al consumidor nacional acostumbrado a la sencillez del trago y a un mayor grado alcohólico.

En vinos, a pesar de tener una carta bastante decente, en el momento de mi visita sólo había blanco y tinto, posiblemente una botella de cada una la que desapareció en poco rato. Posiblemente y al igual que otras cadenas norteamericanas asentadas en Chile, prefieren orientar las ventas de líquidos a jugos, limonadas o aguas minerales, donde abunda el hielo picado, económico como el agua potable y fuente de ganancias en una economía de escala, como son las cadenas de restaurantes.

La franquicia se ha preocupado de arrancar con altos estándares que colocan los estadounidenses en la etapa de adaptación: esto es flexibilidad, velocidad, amabilidad y un gran contingente de mozos y asistentes que vuelan para no dejar al cliente mucho rato mirando al cielo. La limpieza y pulcritud del lugar es destacable, como también la calidad de la comida, que realmente resulta ser una experiencia muy entretenida y satisfactoria, aunque tal vez un poco monótona si se hace habitué del lugar.

Para terminar, una aclaración: P.F. Chang’s no es en ningún caso un restaurante “de mantel”. Es uno de las cientos de cadenas que existen en el mundo. Sin importar lo anterior y viendo lo poco variada oferta de comida china/gringa en Chile, la llegada de esta cadena le da un toque de innovación y de atrevimiento para los que aman comer lo que llaman “comida casual” que se acerca muchísimo al concepto de la comida rápida o fast food. (Juantonio Eymin)

P.F Chang’s / Av. Isidora Goyenechea 2940, Las Condes / 22307 6635