FULANO, ZUTANO & MENGANO
Nació en Agustinas, a costados de lo que fue el Hotel Carrera. Ahí se hizo de un buen prestigio. Instalaciones de calidad y una propuesta gastronómica que gustaba a los habitúes del lugar. Pero les perjudicaba estar en el centro de Santiago ya que sólo podían ofrecer almuerzos. Por eso, cuando vieron la posibilidad de trasladarse al Patio Bellavista y aun lugar bastante más grande, sacaron cuantas y decidieron invertir en este nuevo proyecto. El nombre y los socios se mantendrían, parte de la carta también y así podrían mantener el nombre ganado en el centro a base de esfuerzos y buena comida. Llegué allá la semana pasada y me impresionó la puesta en escena. De mantel largo.
Y eso tiene sus costos. Mi primera pregunta a Paulina de la Fuente, anfitriona y encargada de las comunicaciones del local fue tratar de averiguar la inversión. Lógicamente no me dio números, pero que fue cuantiosa, ni hablar.
Un reponedor pisco sour con romero me recibe y lo agradezco con la finalidad de eliminar un resfrío que me acompaña. Sentados en el segundo piso del lugar, en un salón para fumadores (de los muchos espacios que posee el lugar), siguen mis preguntas y comienzan a llegar los platos. Acá, carnes, pescados, risottos, pastas, mariscos se distribuyen por igual en una larga carta que me impresiona. Para picar, camarones al panco; cebiche de salmón – camarón; pulpo al ajillo; ostiones a la crema y unos bocaditos de salmón en pan negro.
Me entretengo conversando con Paulina, mi anfitriona, del proyecto. Todo es distinto acá en el Patio Bellavista, me cuenta. Debemos cumplir horarios y ofrecer como todos los restaurantes del Patio (no es obligación pero necesario), un menú de almuerzo demasiado barato. “Hoy, me explica el día que lo visité, tenemos un tártaro de salmón de entrada, de fondo lomo a la parrilla con papas a las finas hierbas y salsa de cuatro quesos y de postre brazo de reina con helado. Todo eso por $ 6.800…y somos de los caros”
Miro la infraestructura del lugar, los albos manteles, su nueva vajilla y cuchillería, las altas copas y la calefacción funcionando y no me cuadran los números. ¿Servirá al menos para pagar la luz?
Pero la oferta es real. Y nada que hacer a esta competencia que está liquidando la buena gastronomía nacional. De fondo y realmente de buena calidad, ravioles de espinaca (elaborados en casa) rellenos con salmón y su salsa ad hoc. A mi lado, un risotto de mariscos y al frente unos panzotti de buen aspecto (y mejor sabor)
Su nicho son los adultos. Los fines de semana los reciben con niños pero claro está que F,Z&M no es un lugar para gente sub 30. Ellos tienen otros espacios y otros intereses. Lo de acá es comida y bien preparada en un ambiente tranquilo (ese mediodía con fados portugueses de fondo) y muy agradable.
Una carta amena con pinceladas de humor que se agradecen en un ambiente que parece demasiado serio. Del tiramisú dicen: Preparado con la receta original, rescatada por uno de nuestros socios desde un burdel del Véneto… Y lo probamos, aunque el queso no era mascarpone. Sin duda ese burdel no era muy original.
Ángel López y Manuel Muñoz en la cocina desde sus inicios. Más que alta gastronomía son platos sabrosos y de buena manufactura. Si algo me preocupa del Patio Bellavista es el tamaño de los restaurantes. Los últimos que he visitado superan las 200 sillas. Y si llegara el caso de que un día el restaurante se replete, el descalabro en la cocina y en servicio seria descomunal.
Como dijo un gran amigo y fanático de la gastronomía: “El problema no es que falten clientes, sino que sobran muchas sillas. Los clientes son los que hay, y no los podemos inventar”.
Aun así, Fulano, Zutano & Mengano cumple con sus orígenes. De a poco debería ir haciendo ajustes en su carta para identificarse más con el público que visita el Patio Bellavista. Son 450 mil personas al mes que se disputan los 27 restaurantes que tiene el complejo. Y para ganar hay que ser bueno.
Sin ser un restaurante italiano, me las jugué por las pastas y acerté. Hay bastante más que probar y el lugar es digno de recibir más visitas. Y me alegra tener en ese barrio un restaurante de mantel largo. (Juantonio Eymin)
Fulano, Zutano & Mengano: Patio Bellavista, local 88, fono 2905700
Y eso tiene sus costos. Mi primera pregunta a Paulina de la Fuente, anfitriona y encargada de las comunicaciones del local fue tratar de averiguar la inversión. Lógicamente no me dio números, pero que fue cuantiosa, ni hablar.
Un reponedor pisco sour con romero me recibe y lo agradezco con la finalidad de eliminar un resfrío que me acompaña. Sentados en el segundo piso del lugar, en un salón para fumadores (de los muchos espacios que posee el lugar), siguen mis preguntas y comienzan a llegar los platos. Acá, carnes, pescados, risottos, pastas, mariscos se distribuyen por igual en una larga carta que me impresiona. Para picar, camarones al panco; cebiche de salmón – camarón; pulpo al ajillo; ostiones a la crema y unos bocaditos de salmón en pan negro.
Me entretengo conversando con Paulina, mi anfitriona, del proyecto. Todo es distinto acá en el Patio Bellavista, me cuenta. Debemos cumplir horarios y ofrecer como todos los restaurantes del Patio (no es obligación pero necesario), un menú de almuerzo demasiado barato. “Hoy, me explica el día que lo visité, tenemos un tártaro de salmón de entrada, de fondo lomo a la parrilla con papas a las finas hierbas y salsa de cuatro quesos y de postre brazo de reina con helado. Todo eso por $ 6.800…y somos de los caros”
Miro la infraestructura del lugar, los albos manteles, su nueva vajilla y cuchillería, las altas copas y la calefacción funcionando y no me cuadran los números. ¿Servirá al menos para pagar la luz?
Pero la oferta es real. Y nada que hacer a esta competencia que está liquidando la buena gastronomía nacional. De fondo y realmente de buena calidad, ravioles de espinaca (elaborados en casa) rellenos con salmón y su salsa ad hoc. A mi lado, un risotto de mariscos y al frente unos panzotti de buen aspecto (y mejor sabor)
Su nicho son los adultos. Los fines de semana los reciben con niños pero claro está que F,Z&M no es un lugar para gente sub 30. Ellos tienen otros espacios y otros intereses. Lo de acá es comida y bien preparada en un ambiente tranquilo (ese mediodía con fados portugueses de fondo) y muy agradable.
Una carta amena con pinceladas de humor que se agradecen en un ambiente que parece demasiado serio. Del tiramisú dicen: Preparado con la receta original, rescatada por uno de nuestros socios desde un burdel del Véneto… Y lo probamos, aunque el queso no era mascarpone. Sin duda ese burdel no era muy original.
Ángel López y Manuel Muñoz en la cocina desde sus inicios. Más que alta gastronomía son platos sabrosos y de buena manufactura. Si algo me preocupa del Patio Bellavista es el tamaño de los restaurantes. Los últimos que he visitado superan las 200 sillas. Y si llegara el caso de que un día el restaurante se replete, el descalabro en la cocina y en servicio seria descomunal.
Como dijo un gran amigo y fanático de la gastronomía: “El problema no es que falten clientes, sino que sobran muchas sillas. Los clientes son los que hay, y no los podemos inventar”.
Aun así, Fulano, Zutano & Mengano cumple con sus orígenes. De a poco debería ir haciendo ajustes en su carta para identificarse más con el público que visita el Patio Bellavista. Son 450 mil personas al mes que se disputan los 27 restaurantes que tiene el complejo. Y para ganar hay que ser bueno.
Sin ser un restaurante italiano, me las jugué por las pastas y acerté. Hay bastante más que probar y el lugar es digno de recibir más visitas. Y me alegra tener en ese barrio un restaurante de mantel largo. (Juantonio Eymin)
Fulano, Zutano & Mengano: Patio Bellavista, local 88, fono 2905700