CENANDO EN EL JW MARRIOTT LIMA
En una de las mejores ubicaciones de Lima, el Malecón de la Reserva, y frente a Larcomar, un mall al aire libre con vista al océano y en pleno distrito de Miraflores, se encuentra el JW Marriot Lima, una torre de cristal de gran lujo y categoría.
Allí llegué a cenar el día de mi llegada a Lima con motivo de visitar la feria Mistura. Los buenos oficios de Paula Anrique, gerente de Relaciones Públicas del Marriott santiaguino y de Peter Giacomini, su gerente general, permitió que un grupo de cronistas conociéramos la oferta del restaurante La Vista, ubicado en el segundo piso del Marriott limeño, y la mano de Rafael López –Aliaga, su chef ejecutivo.
Bienvenida, obvio, con pisco sour (y más de uno). Una maravilla que sólo pueden hacer bien los peruanos. Acá, con todo el perfume del pisco peruano y el sabor de esos limones piuranos que tanta falta nos hacen.
Para degustar, una carta con clara influencia peruana de alto nivel de calidad. Para partir, cebiche y causa crocante de atún. Luego, cinco platos a elección entre carne, pescado, pollo y pasta. Difícil decisión y en mi caso opté por el paiche amazónico, un pez de río de gran tamaño que se captura en los ríos de la selva peruana. El pescado, blanco y sabroso venía acompañado con puré de yuca, mantequilla de cebiche y chifles de plátano. Tremenda preparación y tan buena como unos langostinos con spaghetti, salsa huancaína y grana padano que intercambié con mi vecino de mesa. Toda una influencia italiana con sabor peruano.
El comedor es grande y con cocina a la vista (dicen los entendidos que los mejores desayunos de Lima se ofrecen ahí). Luminoso y con una tremenda vista al océano. El día de nuestra visita mucha gente cenando (Alejandro Jodorowsky entre ellos) y el equipo de mozos funcionando a la perfección. Un voto de confianza para Alberto Ramírez, el gerente de restaurantes y bares de este hotel.
A la hora de los postres, estos no se alejan del Perú y su magnifica repostería que viene de la dominación española. Las monjas de claustro de la época dejaron un gran legado que aun se conserva vigente. De allí probamos un Cheese cake de ranfañote (pan remojado en chancaca), un Suspiro de chirimoya alegre y un Maki de chocolate con lúcuma.
A propósito de lúcumas y chirimoyas, no puedo dejar de contarles que la fruta en el Perú es un prodigio de calidad, sabor y tamaño. Una envidia grande.
De curiosos, el vino de la noche fue peruano. Un Intipalka syrah 2008 de la Bodega Santiago Queirolo. Un buen vino desarrollado por los enólogos Jacques Blouin y el chileno Edmundo Bordeu.
En resumen: una tremenda acogida para el primer día en Lima y un gran aporte a nuestro conocimiento culinario peruano. Uno viaja para aprender y esta experiencia de comida peruana de alto nivel, me recordó lo mismo que hace en nuestra capital Luis Cruzat, el chef del Latin Grill del Marriott: acá es alta cocina con productos chilenos. Realmente una buena dupla y posiblemente esperar que algún día Rafael López Aliaga venga a Santiago a cocinar sus productos y viceversa. ¡Seria genial! (Juantonio Eymin)
La Vista: Hotel JW Marriott Lima: Malecón de la Reserva 615, Miraflores, Lima, Perú. Fono 511- 217 7000.
En una de las mejores ubicaciones de Lima, el Malecón de la Reserva, y frente a Larcomar, un mall al aire libre con vista al océano y en pleno distrito de Miraflores, se encuentra el JW Marriot Lima, una torre de cristal de gran lujo y categoría.
Allí llegué a cenar el día de mi llegada a Lima con motivo de visitar la feria Mistura. Los buenos oficios de Paula Anrique, gerente de Relaciones Públicas del Marriott santiaguino y de Peter Giacomini, su gerente general, permitió que un grupo de cronistas conociéramos la oferta del restaurante La Vista, ubicado en el segundo piso del Marriott limeño, y la mano de Rafael López –Aliaga, su chef ejecutivo.
Bienvenida, obvio, con pisco sour (y más de uno). Una maravilla que sólo pueden hacer bien los peruanos. Acá, con todo el perfume del pisco peruano y el sabor de esos limones piuranos que tanta falta nos hacen.
Para degustar, una carta con clara influencia peruana de alto nivel de calidad. Para partir, cebiche y causa crocante de atún. Luego, cinco platos a elección entre carne, pescado, pollo y pasta. Difícil decisión y en mi caso opté por el paiche amazónico, un pez de río de gran tamaño que se captura en los ríos de la selva peruana. El pescado, blanco y sabroso venía acompañado con puré de yuca, mantequilla de cebiche y chifles de plátano. Tremenda preparación y tan buena como unos langostinos con spaghetti, salsa huancaína y grana padano que intercambié con mi vecino de mesa. Toda una influencia italiana con sabor peruano.
El comedor es grande y con cocina a la vista (dicen los entendidos que los mejores desayunos de Lima se ofrecen ahí). Luminoso y con una tremenda vista al océano. El día de nuestra visita mucha gente cenando (Alejandro Jodorowsky entre ellos) y el equipo de mozos funcionando a la perfección. Un voto de confianza para Alberto Ramírez, el gerente de restaurantes y bares de este hotel.
A la hora de los postres, estos no se alejan del Perú y su magnifica repostería que viene de la dominación española. Las monjas de claustro de la época dejaron un gran legado que aun se conserva vigente. De allí probamos un Cheese cake de ranfañote (pan remojado en chancaca), un Suspiro de chirimoya alegre y un Maki de chocolate con lúcuma.
A propósito de lúcumas y chirimoyas, no puedo dejar de contarles que la fruta en el Perú es un prodigio de calidad, sabor y tamaño. Una envidia grande.
De curiosos, el vino de la noche fue peruano. Un Intipalka syrah 2008 de la Bodega Santiago Queirolo. Un buen vino desarrollado por los enólogos Jacques Blouin y el chileno Edmundo Bordeu.
En resumen: una tremenda acogida para el primer día en Lima y un gran aporte a nuestro conocimiento culinario peruano. Uno viaja para aprender y esta experiencia de comida peruana de alto nivel, me recordó lo mismo que hace en nuestra capital Luis Cruzat, el chef del Latin Grill del Marriott: acá es alta cocina con productos chilenos. Realmente una buena dupla y posiblemente esperar que algún día Rafael López Aliaga venga a Santiago a cocinar sus productos y viceversa. ¡Seria genial! (Juantonio Eymin)
La Vista: Hotel JW Marriott Lima: Malecón de la Reserva 615, Miraflores, Lima, Perú. Fono 511- 217 7000.