VINOS CORDILLERA DE TORRES
Salieron al mercado cinco nuevos vinos chilenos de Miguel Torres bajo la denominación Cordillera. Vinos de menos de $10.000, que originalmente eran un ensamblaje o combinación de varias cepas, pero que se han convertido en monovarietales y que representan la identidad de diversos valles. El Cordillera espumoso es un pinot noir brut del valle de Curicó, oro pálido de burbuja fina y atractivamente seco. Por el contrario, hay un dulzor frutal en su Cordillera chardonnay 2011, madurado entre el sol y el viento perpetuo de la IV Región en el Limarí. Por su parte, el Cordillera syrah 2008 del valle del Maule, de atractivo aroma, es ideal para guardarlo un par de años y dejar que su vigor se domestique con la guarda. En cambio el Cordillera carménère 2008 del valle de Curicó, aunque soporta varios años de guarda ya está de beberlo, con atractiva intensidad en nariz y en boca. Y el más novedoso resulta el Cordillera carignan 2008, con 11 meses de barrica de roble francés. Con uvas cosechadas de viejas parras de esta cepa, redescubierta por el propio Miguel Torres en 1997 en viñedos del valle del Maule, cuyos vinos resultaron muy distintos al cariñena español y que al principio combinaron con syrah y merlot, pero que en esta ocasión se presenta en su propia y novedosa identidad. Todos estos cambios coinciden con una nueva presentación aplicada en botella, en cápsula y etiqueta. (Rodolfo Gambetti)