martes, 19 de noviembre de 2013

MIS APUNTES GASTRONÓMICOS


OX
Un buen representante para el mercado del lujo.

Un mito urbano que recorre el mundo, trata de un acomodado señor que se detiene frente a una automotora donde vendían Rolls Royce. Tras dudar un momento, entró y le preguntó al empleado el precio de uno de los modelos. El empleado, molesto e indignado, le dice que sus autos no tienen precio, y que antes de preguntar por el valor, debería saber de las cualidades del vehículo.

En pequeñísima escala, el restaurante OX de Nueva Costanera, si bien no practica el ejemplo del empleado de la automotora, sus clientes poco o nada se preocupan de los valores. Para ellos el sabor y la calidad va por delante del costo de un plato, y si bien existen preparaciones de todo precio, acá lo que vale es el producto, el servicio… y la mano del chef.

Partió como una parrilla gourmet, pero con los años su carta se ha ido modificando y desplazando a los productos del mar. Hoy las carnes son parte importante de la oferta, sin embargo, la preocupación gastronómica del lugar, el prestigio del barrio y la creciente sofisticación de su público le han ido dando progresiva importancia al complemento marítimo de ese objetivo inicial, y hoy día se puede lograr allí una perfecta armonía de crustáceos y vacunos u otra similar de mar y tierra.

Luego de un frío espumante de aperitivo, acompañado de salsas diferentes para untar el pan, nos sirvieron  un Gazpacho atomatado con menta y pepino fresco, servido en una gran copa. Luego, y siguiendo con el mar, una combinación de Pastel de jaiba y pinzas de los mismos con mantequilla clarificada. Posteriormente llegó a la mesa un atractivo Conjunto de mariscos, con un pequeño promontorio de fresca carne de centolla mezclada con crema, limón y ciboulette; una larga y robusta pata de centolla al vapor; choritos y piures, prudentemente aliñados, más una buena cantidad de trozos de mango que justificaban la tendencia actual a acompañar productos del mar con frutas, todo ello respetando los sabores naturales sin dañarlos como suele ocurrir con ingredientes inadecuados y servido con vinos sauvignon blanc 2012 Ramirana y pinot noir Secreto 2011 Viu Manent.
 


Un liviano sorbete de limón de Pica separó esta potente introducción marina de los fondos: medallón de filete Angus "high choice" y risotto con asado de tira. El primero, en cocción mediana, venía con grandes camarones ecuatorianos, champiñones shiitake, salsa de brandy a la crema y bisque, que incluía un poco de camarón licuado, y papas chips. Lo mejor de la segunda receta fue sin duda el cremoso risotto al tomillo, nada menos que con auténtico queso importado Grana Padano, pues el trozo de asado de tira largamente cocinado y acompañado de tiernas hojas de betarraga, quedó algo seco. En esta parte del almuerzo los vinos fueron Sideral 2009 de cinco cepas, Altair, y cabernet sauvignon Amplus 2009, Santa Ema.

De postre, crujientes Galletas de chocolate fritas con queso crema y batido, más helado de vainilla, una excelente forma para coronar un iluminado almuerzo con platos novedosos y que se integran a la carta normal del Ox, que gracias a la constancia del chef Daniel Galaz y un equipo humano de primer nivel, han logrado darle un plus al mercado del lujo en nuestra capital. Ese que a diferencia de nuestro comprador de un Roll Royce, no se fija en precios ya que su horizonte es otro.

OX, Av. Nueva Costanera 3960, Vitacura, fono 2799 0260