OX
Un buen representante para el mercado del lujo.
Un mito urbano que recorre el mundo,
trata de un acomodado señor que se detiene frente a una automotora donde
vendían Rolls Royce. Tras dudar un momento, entró y le preguntó al empleado el
precio de uno de los modelos. El empleado, molesto e indignado, le dice que sus
autos no tienen precio, y que antes de preguntar por el valor, debería saber de
las cualidades del vehículo.
En pequeñísima escala, el restaurante OX
de Nueva Costanera, si bien no practica el ejemplo del empleado de la
automotora, sus clientes poco o nada se preocupan de los valores. Para ellos el
sabor y la calidad va por delante del costo de un plato, y si bien existen
preparaciones de todo precio, acá lo que vale es el producto, el servicio… y la
mano del chef.
Partió como una parrilla gourmet, pero
con los años su carta se ha ido modificando y desplazando a los productos del
mar. Hoy las carnes son parte importante de la oferta, sin embargo, la
preocupación gastronómica del lugar, el prestigio del barrio y la creciente
sofisticación de su público le han ido dando progresiva importancia al
complemento marítimo de ese objetivo inicial, y hoy día se puede lograr allí
una perfecta armonía de crustáceos y vacunos u otra similar de mar y tierra.
Luego de un frío espumante de aperitivo,
acompañado de salsas diferentes para untar el pan, nos sirvieron un Gazpacho atomatado con menta y pepino
fresco, servido en una gran copa. Luego, y siguiendo con el mar, una
combinación de Pastel de jaiba y pinzas de los mismos con mantequilla
clarificada. Posteriormente llegó a la mesa un atractivo Conjunto de mariscos,
con un pequeño promontorio de fresca carne de centolla mezclada con crema,
limón y ciboulette; una larga y robusta pata de centolla al vapor; choritos y
piures, prudentemente aliñados, más una buena cantidad de trozos de mango que
justificaban la tendencia actual a acompañar productos del mar con frutas, todo
ello respetando los sabores naturales sin dañarlos como suele ocurrir con
ingredientes inadecuados y servido con vinos sauvignon blanc 2012 Ramirana y
pinot noir Secreto 2011 Viu Manent.
Un liviano sorbete de limón de Pica
separó esta potente introducción marina de los fondos: medallón de filete Angus
"high choice" y risotto con asado de tira. El primero, en cocción
mediana, venía con grandes camarones ecuatorianos, champiñones shiitake, salsa
de brandy a la crema y bisque, que incluía un poco de camarón licuado, y papas
chips. Lo mejor de la segunda receta fue sin duda el cremoso risotto al
tomillo, nada menos que con auténtico queso importado Grana Padano, pues el
trozo de asado de tira largamente cocinado y acompañado de tiernas hojas de
betarraga, quedó algo seco. En esta parte del almuerzo los vinos fueron Sideral
2009 de cinco cepas, Altair, y cabernet sauvignon Amplus 2009, Santa Ema.
De postre, crujientes Galletas de
chocolate fritas con queso crema y batido, más helado de vainilla, una
excelente forma para coronar un iluminado almuerzo con platos novedosos y que
se integran a la carta normal del Ox, que gracias a la constancia del chef
Daniel Galaz y un equipo humano de primer nivel, han logrado darle un plus al
mercado del lujo en nuestra capital. Ese que a diferencia de nuestro comprador
de un Roll Royce, no se fija en precios ya que su horizonte es otro.
OX, Av. Nueva Costanera 3960, Vitacura, fono 2799 0260